25N: estudiantes de una escuela nocturna para adultos impulsan un Banco Rojo en su barrio
La EEBA Nº7 Anexo 4 inaugurará un Banco Rojo construido junto a sus estudiantes para visibilizar y debatir las violencias de género en la comunidad. El proyecto surgió de un trabajo pedagógico que combinó memoria, arte, diálogo y participación.
Chacra Monte es un barrio ubicado hacia el norte de la ciudad, en plena zona de chacras, a unos siete kilómetros del casco urbano de Roca. Aunque está relativamente cerca, mantiene características propias de una zona semirrural, donde los vecinos de dedican a la fruticultura, el trabajo por temporada y oficios varios. Allí viven algo más de 3600 personas, según datos del último censo. En una escuela de adultos, idearon un proyecto colectivo para visibilizar la violencia de género y en este 25N harán una intervención.
25N: ¿qué simboliza el Banco Rojo?
La la educación de adultos tiene un peso particular en el barrio: muchas vecinas y vecinos retoman sus estudios por la noche, después de trabajar o cuidar a sus familias. Dentro de esa dinámica funciona la EEBA Nº7 Anexo 4, en el edificio de la EP Nº350, donde un grupo de estudiantes decidió impulsar un proyecto colectivo para visibilizar las violencias de género.
Así nació la iniciativa del Banco Rojo, una intervención simbólica y pedagógica que este martes a las 20 será instalada en el predio escolar en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, con la intención de promover la reflexión y fortalecer la conversación comunitaria sobre la problemática. Este martes a las 20 instalarán su propio Banco Rojo, un símbolo internacional que busca visibilizar los femicidios y las violencias de género de todo tipo.
La iniciativa fue diseñada y motorizada por docentes y estudiantes adultos que asisten a la modalidad nocturna en este barrio rural de Roca, donde la escuela funciona como espacio de encuentro, contención y participación comunitaria.
La propuesta surgió a partir de un trabajo pedagógico que el equipo docente venía desarrollando en torno a la tríada Diversidad–Género–Identidad. La idea tomó impulso cuando docentes y estudiantes vieron un banco de pallets fabricado por alumnos de la secundaria con quienes comparten edificio. A partir de ese disparador, recuperaron la experiencia del Banco Rojo nacida en Italia en 2016 y replicada en Argentina desde 2017, adaptándola a la realidad del barrio.
Aprendizajes y una invitación a pensar
Durante varias semanas, las y los estudiantes participaron de talleres, debates y actividades interdisciplinarias que permitieron reflexionar sobre la violencia en sus múltiples formas y comprender su dimensión estructural. Desde el área estético-expresiva trabajaron con mujeres históricas cuyas canciones y poesías denunciaron desigualdades y violencias.
“El aprendizaje más fuerte fue entender la importancia del respeto, detectar situaciones de violencia y reconocer que existen herramientas para prevenirlas y denunciarlas”, explican las y los docentes. Muchos estudiantes compartieron experiencias personales difíciles, lo que reforzó el sentido del proyecto: construir colectivamente una cultura de rechazo a la violencia.
La expectativa del grupo es clara: que el Banco Rojo, instalado en el patio de la escuela, genere impacto inmediato. “Ese color tan fuerte invita a detenerse y pensar. Queremos que sea un grito de justicia, un grito que muchas ya no pueden dar”, expresan.
En este punto, subrayan el rol fundamental de la escuela rural y nocturna como territorio de prevención: “Es en la escuela donde se puede conversar sobre lo cotidiano, abrir espacios de escucha y acompañamiento, y reforzar la idea de que cada persona tiene derecho a vivir sin violencia”.
Un acto abierto y un trabajo que continúa
El acto de colocación será este martes a las 20, con la participación de estudiantes, docentes, instituciones invitadas y autoridades del sector educativo. Habrá palabras alusivas y un cierre artístico-musical preparado por el grupo. La escuela ya planifica continuar con talleres y actividades de sensibilización, sumando a las familias y a toda la comunidad de Chacra Monte.
El equipo señala una preocupación central: la normalización de la violencia en distintos ámbitos de la vida cotidiana. Por eso el mensaje dirigido a niñas, niños y adolescentes es contundente: la violencia de género no es aceptable; el respeto y la igualdad son derechos, no aspiraciones. “Queremos que se sientan agentes de cambio en su entorno”, expresan.
Los protagonistas del proyecto
El Banco Rojo es el resultado del trabajo colectivo de las docentes Lucía del Carmen Cid, Silvio Guzmán y Claudia Millalén, y de las y los estudiantes María Alejandra Antorena, Rosa Naupa, Mireya del Carmen Contreras, Marta Graciela Latur, María Ester Herrera, Celso Enrique Toro Osses y Víctor Hugo Rodríguez.
Su participación activa no solo hizo posible el proyecto: reafirma el valor de la educación de adultos como motor de transformación comunitaria.
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