8M: Fiorella, la operadora eléctrica que venció a las tormentas y los estereotipos en Valle Medio

Tiene 25 años y trabaja en el mantenimiento de redes de la principal distribuidora eléctrica de Río Negro. Vive en Choele Choel y se ganó un lugar en el mundo que la apasiona.

La primera noche que tuvo que acudir a una “emergencia”, el escenario era dantesto. Ríos de agua y arcilla viajaban a toda velocidad por rutas, por calles, por banquinas, sin contención. El temporal de agua y viento azotaba con furia la geografía del Valle Medio rionegrino, volteando árboles, revoleando carteles por el aire, haciendo masivo el estado de angustia. Todo va peor si ocurre a oscuras.

“Hice mi primera experiencia en una emergencia durante un temporal de lluvia torrencial y fuertes vientos. Las plantas se caían sobre las líneas, el viento volteaba subestaciones transformadoras, todos corrían de acá para allá. Fue increíble trabajar en ese contexto con mis compañeros”.

Fiorella Micaela López habla con timidez debajo de un casco amarillo en el que se lee “EdERSA”. Ella, 25 años, nacida en Choele Choel, criada en Luis Beltrán, educada en Bahía Blanca y hermana de cinco hermanos, es desde hace algunos meses una especie de precursora local porque se transformó en la primera mujer en incorporarse al equipo operativo de la distribuidora eléctrica más grande de Río Negro.

De alguna manera rompió el molde, flanqueó un límite invisible en un sector donde las mujeres tenían su espacio, es cierto, pero siempre para actividades comerciales y administrativas.

La Pandemia, ese Vía Crucis de encierro e introspección que parece una historia vivida allá por el Medioevo, cuando la humanidad se detuvo por un virus que apareció del otro lado del mundo, le dio una oportunidad única a Fiorella. Su padrastro tenía una empresa contratista que tendía sistemas eléctricos en loteos, construía instalaciones en media y baja tensión, realizaba podas preventivas.

Los contagios arreciaban, el personal faltaba, ella no dudó: “le pregunté a mi padrastro si podía empezar a trabajar con él, que me interesaba aprender. Me dio un lugar, y acá estoy”, sonríe enfundada en el típico uniforme de jeans azul que ya dejó de ser exclusividad masculina.

Fiorella forma parte del equipo de operaciones de la distribuidora en Valle Medio.

El derecho a piso y el lugar ganado de Fiorella


Empezó con tijera y motosierra, limpiando de ramas la periferia de los tendidos eléctricos. Había que pagar derecho de piso. La respaldaba una Tecnicatura Superior en Mantenimiento Industrial, que logró en Bahía Blanca y que tanto orgulloso le generó a mamá. Por eso creció rápido, podando, tijereteando de su camino algunas concepciones y miradas machistas.

“Al principio me costó mucho trabajar en este sector. Ver una mujer en esta tarea generaba algunas dudas y por eso tuve algunos choques en otra empresa. Con el tiempo todos entendieron que lo que vale es el compromiso y lo que una sabe y ofrece en el trabajo, independientemente del género”, cuenta.

Y sigue: “En EdERSA ingresé al equipo de redes hace cinco meses, y siempre me trataron con respeto, siempre a la par de mis compañeros. Para mí es un orgullo ser la primera mujer operativa, porque es realmente impactante que una de nosotras trabaje en este ámbito. Es un cambio significativo, y del que pienso sacar mucho aprendizaje”.


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