A 60 años de la llegada de la educación universitaria pública a Neuquén

En 1964 se sancionó la ley 414 que creaba la Universidad del Neuquén, a instancias del gobernador Felipe Sapag. En abril de 1965 se inició el primer ciclo lectivo en dos sedes: Challacó y la capital.

Hace 60 años nació en Neuquén la primera universidad pública y gratuita de la región. Eran tiempos de escasos recursos de territorios que recién empezaban a formarme como provincias. Neuquén le encontró la vuelta al futuro en 1964. A un año de asumir como gobernador por primera vez, Felipe Sapag puso el ojo en la educación superior y creo la Universidad del Neuquén, una semilla que abonó la tierra y fue el pasaporte para que «los hijos de obreros sean ingenieros”.

El 30 de octubre de 1964 la Legislatura de Neuquén sancionó la ley 414 que creó la Universidad del Neuquén con la habilitación de nueve carreras: Matemáticas, Física y Química; Historia y Geografía; Castellano y Literatura; Ciencias Naturales; Geología y Mineralogía; Ciencias Agrarias; Antropología Social y Ciencias de la Personalidad; Técnica de Administración de Programas de Bienestar Social y Técnica del Turismo. El proyecto contempló dos sedes: una en Challacó, a 20 kilómetros de Plaza Huincul, donde funcionó la primera facultad de Ingeniería del sudoeste patagónico y otra en la capital de Neuquén donde se abrieron las carreras humanísticas.

Neuquén cumplía por aquel entonces 9 años desde que el Territorio Nacional había pasado a ser provincia. “ No existía la coparticipación, no se cobraban impuestos, no había regalías por el petróleo. No estaban creadas las instituciones como para recaudar y obtener recursos. Pero mi papá que fue un visionario, se animó porque consideraba a la educación como algo tan vital como comer o tener salud”, aseguró Silvia Sapag, hija del creador de la Universidad del Neuquén y una de las primeras alumnas de la Universidad del Neuquén.

Sin fondos para concretar una idea de tal magnitud, se salió a buscar otras alternativas. Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) cedió parte de sus instalaciones del campamento de Challacó y en la capital neuquina, Nación ofreció las aulas de lo que hoy es la escuela 201, ubicada en la esquina de Belgrano y Salta. Resueltos los primero escollos, en abril de 1965 se inauguró el primer ciclo lectivo universitario en ambas sedes.

En su discurso inaugural brindado en el Aula Magna, el gobernador Sapag dijo: «De esta universidad depende que los hijos de los padres pobres tengan la oportunidad ambicionada; de esta universidad depende que los hijos de padres pudientes ya no emigren a otros lugares para proseguir sus estudios; de esta universidad depende que se multiplique nuestra riqueza”.

“Se supone que el desarrollo económico ha de transformar a la sociedad tradicional en sociedad moderna, sobre la base de la tecnificación, la racionalización y la eficiencia. En este sentido, el desarrollo económico se asocia invariablemente con la educación, en tanto ésta es la encargada de satisfacer el requerimiento de formación de recursos humanos. La educación es percibida entonces como un factor de cambio social, pero también como un canal de movilidad a nivel individual; por lo tanto, los recursos destinados a ella no son pensados como gasto, sino como inversión”, se expresa en el libro “Una historia de 25 años” sobre la vida académica de la Universidad Nacional del Comahue, editado por la Editorial Educo. Hay que recordar que la UNCo fue la continuadora de la Universidad del Neuquén, luego del proceso de nacionalización de la casa de altos estudios.


Challacó, el centro de la descentralización


Uno de los tantos objetivos que persiguió en su momento el gobernador cuando proyectó la Universidad del Neuquén, fue que la educación superior llegara a todos los rincones de la provincia posibles. Fue así que una de sus primeras sedes se instaló en Challacó, un campamento de YPF, en un inhóspito territorio.

«Hoy, Cutral Co y Plaza Huincul van a recibir una merecida compensación a su tesón y sacrificio: a pocos kilómetros en el campamento petrolífero de Challacó comenzará a funcionar la primera facultad de Ingeniería del sudoeste patagónico. Será para los neuquinos, para los hijos de la Patagonia y para todos aquellos que deseen especializarse en las técnicas de la explotación y exploración petrolera», expresó el mandatario en su discurso inaugural del primer ciclo lectivo.

La sede además contaba con un albergue para los estudiantes gratuito y «se garantiza la alimentación y el estudio». «A esta faculta concurrirán los hijos de los obreros para ser ingenieros. Y serán ingenieros de YPF los que ejercerán como profesores de nuestra juventud», agregó el gobernador en su alocución.

La descentralización no solo estuvo pensada en dónde se dictarían las carreras, sino también en el universo estudiantil al que se apuntaba. Así lo pensaba Sapag.

«Neuquén capital será desde hoy una ciudad universitaria que, como centro de cultura, irradiará su fecunda labor allende el río Neuquén, incluyendo el complejo humano que habitan las ciudades de Cipolletti, Cinco Saltos, Allen, Roca, Villa Regina, Zapala y San Martín de los Andes; además de localidades menores que sin duda se integrarán a nuestra casa de altos estudios», expresó.

Y continuó en su pensamiento: «Al mencionar la universidad como del Neuquén, lo hago por la simple imposición que obedece a la ficción de los límites geográficos. Todos sabemos, ansiamos, y todos estamos seguros de que nuestra universidad, ha rebasado los convencionales límites provinciales para transformarse en la Universidad del Alto Valle. Y esta Universidad ya puede llamarse la auténtica Universidad del Comahue, a poco de que podamos vencer las naturales restricciones económicas. Digo esto porque está en nuestros planes el poder brindar a todos los habitantes de la Patagonia las comodidades de un internado digno, a fin de que, desde las lejanías inhóspitas, lleguen alumnos becarios».


La vida universitaria en primera persona


Silvia Sapag, hija del creador de la Universidad del Neuquén fue una de sus primeras estudiantes. Y fue la primera mujer de su familia en tener un título universitario.

Se recibió de profesora de Geografía, en la sede de la capital (hoy escuela 201). Tenía apenas 20 años. A los 16 años egresó del secundario con su título de “Maestra Normal Nacional”, obtenido en ese mismo colegio.

“Yo quería seguir estudiando y la Universidad del Neuquén me dio esa oportunidad como a tantos otros chicos de esa época que hoy son profesionales y trabajan en estas tierras. Eso era lo que mi papá buscaba. Formarlos para que se queden acá”, recordó la profe.

Su padre tenía como costumbre llevar adelante su gestión en la Casa de Gobierno y también en la casa familiar. Silvia era una adolescente de 15 años cuando el proyecto de la primera universidad pública comenzaba a diseñarse en papeles, entre rutinas familiares y niños dando vuelta. «Yo era muy chica en ese momento y la verdad que no tomaba real dimensión que sí la fui tomando con el tiempo y con la edad«, dijo.

A la distancia y con datos que ya siendo estudiante universitaria en su propia tierra pudo dimensionar, recordó: «Fue un proyecto sin recursos, sin gente, con muchas necesidades y aún así creó la universidad. Eso fue un salto hacia arriba y eso me sigue asombrando. También era la forma en que contagiaba a todo el mundo porque todo su gobierno fue con gente muy sencilla. El era un carnicero y la gente que lo acompañaba eran amas de casa, empleados, mecánicos, crianceros, mineros, estudiantes. No había profesionales en ese época acá en Neuquén. Lo que hizo fue titánico Veía la educación como algo liberador».

Y trajo a la charla una frase de su padre: «Será una facultad para los pobres plenos de posibilidades intelectuales pero materialmente imposibilitados de obtener las ventajas de una educación que los podría liberar de la inequidad de vivir en la miseria», expresó Sapag en su discurso refiriéndose a la sede de Challacó.

Cuando Silvia se recibió tuvo que esperar cinco años para obtener su título de grado. Es que comenzaba el proceso de nacionalización de la universidad. “Fue la Universidad Nacional del Comahue la que me entregó el título. Orgullosa de eso”, agregó.


El debate en la Legislatura


En la sesión donde se aprobó la ley 414 de creación de la Universidad del Neuquén, fue la entonces diputada del MPN; Mariana Creidi, la encargada de defender el proyecto. Se discutía si era viable o no.
“En sus argumentos aparecía la concepción propia del desarrollismo, que imponía la idea de asociar lo educativo a lo económico, por lo que la nueva universidad debía ser orientada hacia el estímulo del desarrollo científico”, se expresa en el libro “Una historia de 25 años”, editado por Educo.

De un extracto del discurso de la diputada se desprende: «Se posibilitarán todos los caminos de elevación y progreso a los habitantes de la provincia y se los facultará para el real y activo manejo de su destino y riqueza”.


Hace 60 años nació en Neuquén la primera universidad pública y gratuita de la región. Eran tiempos de escasos recursos de territorios que recién empezaban a formarme como provincias. Neuquén le encontró la vuelta al futuro en 1964. A un año de asumir como gobernador por primera vez, Felipe Sapag puso el ojo en la educación superior y creo la Universidad del Neuquén, una semilla que abonó la tierra y fue el pasaporte para que "los hijos de obreros sean ingenieros”.

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