Alarma por la sobrepesca de gatuzo, un pequeño tiburón, en el Mar Argentino
Su población cayó drásticamente en las últimas cuatro décadas. Son altamente vulnerables por la explotación pesquera y la reproducción tardía.
El gatuzo es una de las 54 especies de tiburones que habitan la costa atlántica argentina. Su población disminuyó exponencialmente en las últimas cuatro décadas y los especialistas coinciden en que su conservación se encuentra en estado crítico.
Sucede que los tiburones no tienen buena fama y se desconoce su verdadero rol en los ecosistemas marinos. Son depredadores clave que ayudan a mantener el equilibrio y la salud de los mares y océanos, regulan la cadena trófica y protegen los arrecifes de corales, manglares y las costas.
Sin embargo, este tipo de peces son altamente vulnerables por la explotación pesquera y su reproducción tardía.
Los investigadores plantearon que, en el Mar Argentino, la especie más afectada por su intensa comercialización y pesca es el gatuzo, un tiburón de pequeño tamaño que no supera un metro de longitud y al que se puede pescar desde la orilla a tiro de caña.
“Podemos confirmar que, por efecto de muchos años de pesca comercial, la abundancia poblacional del gatuzo ha disminuido por debajo de los niveles sostenibles. A futuro, su estado de conservación será muy crítica si no se llevan adelante medidas de manejo y control de su pesca”, subrayó Santiago Barbini, doctor en Ciencias Biológicas e investigador del Conicet a la Agencia de Ciencia, Tecnología y Sociedad.
Este especialista del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras advirtió que, si la abundancia de estas especies disminuye, se pueden generar desequilibrios en los niveles tróficos inferiores, alterando la estructura de toda una comunidad marina. “Esto afectará, en última instancia, a los recursos pesqueros. Si hay tiburones, los ecosistemas marinos serán más saludables”, alertó.
Diferentes organizaciones ambientalistas recalcaron que para Semana Santa, por ejemplo, se registra un aumento en la comercialización de gatuzo, en peligro de extinción. Se trata de una especie endémica de la región; de modo que si desaparece de las costas argentinas, desaparecerá en todo el mundo.
“Si bien es el principal tiburón que se comercializa en las pescaderías, el efecto negativo en su población es causado por años de pesca intensiva sobre esta especie. El consumo de proteínas de pescado como el gatuzo no es el problema, la cuestión está en realizar un adecuado manejo sostenible del recurso”, remarcó.
En Argentina, el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero, junto con la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos de Uruguay, avanza en un plan de recuperación de este recurso.
“Existen regulaciones y medidas de protección para los grandes tiburones tanto en la pesca comercial como recreativa. Por ejemplo, en la costa de la provincia de Buenos Aires, la pesca recreativa de cazón, escalandrún, bacota y gatopardo es con devolución obligatoria. El efecto negativo de la pesca recreativa sobre estas cuatro especies es posible que sea mayor de lo esperado”, explicó Barbini.
Consideró crucial los controles efectivos de los desembarques comerciales para la conservación de los tiburones en la región como así también «medidas de protección más rigurosas para especies muy comprometidas en su conservación como el escalandrún y un espacio de gestión pública a fin de que los ciudadanos puedan canalizar denuncias de no cumplimiento de las reglamentaciones vigentes”.
El gatuzo es una de las 54 especies de tiburones que habitan la costa atlántica argentina. Su población disminuyó exponencialmente en las últimas cuatro décadas y los especialistas coinciden en que su conservación se encuentra en estado crítico.
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