Balbina: la castigaron robándole a su hija en Neuquén

Su historia se sitúa en 1904, año en que se declaró a Neuquén capital del Territorio. Fue la impulsora de la primera escuela. Defensora de la educación pública, fue víctima del machismo.

Balbina González de López tenía 36 años y era la esposa de José Belindo López, quien había sido designado jefe de policía del Territorio del Neuquén, entre julio y noviembre de 1904. Eran los tiempos en los que se produjo progresivamente el traslado de la capital desde Chos Malal hacia el antiguo Paraje Confluencia.

En medio de todo ese proceso de cambio y reorganización, Balbina pensó que una escuela era el pilar fundamental para la sociedad que se iniciaba con la nueva capitalidad.

Los expedientes históricos dan cuenta que hubo un pedido oficial ante el gobernador del Territorio, lanzado por un grupo de mujeres , encabezado por la esposa del comisario. Finalmente el establecimiento educativo fue creado, por supuesto. Pero la historia de esta mujer, si se mira desde el interior de su vida privada, fue muy dura.

Todos aseguraban que Balbina era la esposa del comisario (ella misma estaba segura de ello), pero según los expedientes judiciales no lo era. Esto sería un dato menor sino se conociera lo que realmente pasó con esta mujer y con la hija que tuvo con José Belindo López.

Un día Balbina quedó embarazada y tuvo una niña. María Isabel. Tiempo después se supo, o al menos fue lo que el comisario quiso instalar, que no estaban casados “ni ante la ley ni ante Dios”.
Cosas que pueden pasar. Pero ¿qué pasó por aquellos años?

Según los expedientes judiciales de la época, la niña de ocho meses de edad fue “retirada” del domicilio donde habitaba junto a su madre, “en el Quinto Departamento de Neuquén por el comisario José Belindo López”.

Ese mismo día, Balbina hizo la denuncia contra el padre de su hija, ante el juez de Paz de la Confluencia, Pascual Claro, que se declaró incompetente y no elevó la denuncia al juez letrado, entonces en Chos Malal. Claramente reclamaba por su hija “secuestrada”.

El engaño que desató para la mujer la pérdida de su hija fue que el comisario le dijo que la había inscripto en el Registro Civil a nombre de los dos. Pero solo figuraba en el acta de nacimiento como hija de Belindo López.

¿Esto fue suficiente? Claro que no. El hombre logró, bajo presión, que Balbina se fuera a Buenos Aires con pretextos que no se conocen, pero que se tiene certeza que fueron intentos claros de manipulación. Y fue en ese momento en el que el hombre dio su golpe letal. La acusó de fugarse con un soldado y de haber abandonado a su hija.

Balbina no recuperó nunca a su hija y tampoco se le hacen homenajes. El único que se le otorgó fue en 2004, en el Congreso de la Nación por el centenario de la ciudad de Neuquén. Se la reconoció como una pionera de la escuela pública en la ciudad de Neuquén. Nada más.


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