Cien jóvenes de Bariloche construirán viviendas modulares de madera

La fabricación es parte de un programa de la fundación San José Obrero que trabaja en los barrios populares. La entidad recibió un impulso de Nación para capacitar a los futuros operarios y esperan tener los primeros modelos en tres meses.

La iniciativa de la Fundación San José Obrero para producir viviendas modulares de madera en forma cooperativa logró el impulso que le faltaba con el visto bueno del ministerio de Trabajo de Nación, que se hará cargo de la capacitación de 100 jóvenes en carpintería y herrería, afin de asegurar así la mano de obra calificada para el proyecto.

Ese aporte se suma a los convenios ya cerrados con el Conicet, el Inta, la Universidad del Comahue, la Cnea, la UNRN, la UTN y Parques Nacionales, que aportarán conocimiento técnico para el desarrollo de los prototipos y para la provisión regular de la madera, que proviene de las forestaciones abandonadas de pino ponderosa que rodean a Bariloche.

Los jóvenes serán capacitados por cuatro instructores y en el mismo proceso formativo se construirá el primer módulo de vivienda, que estará listo en agosto, según explicó el impulsor original y vocero de la fundación, Fernando Fernández Herrero.

En el proyecto también participa la provincia, que en mayo pasado les cedió un aserradero móvil. La planta de la “escuela/fábrica” funcionará en barrio Omega, donde está previsto montar la “cadena de producción” seriada con capacidad para elaborar una casa por día.

Desde la fundación San José Obrero destacaron que la fábrica de viviendas conjuga el saber aportado desde el campo tecnológico con “el trabajo de jóvenes de barrios populares”, lo cual permitirá formar “nuevas y más fuertes familias”, dado que la propuesta apunta a “ofrecer a cada uno oportunidades en base a sus necesidades”.

Explicaron que “la necesidad de vivienda es alarmante en Bariloche” y las unidades que se produzcan estarán orientadas a atender la demanda de familias de bajos recursos y también de sectores medios.

Meses atrás la fundación San José Obrero recibió un aserradero móvil. Foto: Archivo

Fernández Herrero aseguró que la madera como materia prima es muy valorada en zonas frías y de montaña como Noruega o Finlandia, aunque no tenga tanta tradición a nivel local, donde mucha gente prefiere las construcciones de mampostería.

Explicó que el propósito es ofrecer viviendas con un alto grado de eficiencia energética, mediante técnicas de aislamiento que -si bien encarecen la construcción- permiten luego ahorros considerables en calefacción.


El octubre, las primeras unidades


El prototipo de vivienda modular que ya tienen listo es de dos ambientes y unos 35 metros cuadrados (3,6 por 9,8 metros), pero está pensado desarrollar una variante con un módulo extra, para atender otro tipo de demanda.

Fernández Herrero calculó que en octubre cumplirán todos los pasos, tendrán un precio definido y estarán en condiciones de lanzar la producción. “Ya hay lista de espera”, aseguró. Entre las opciones está la de ofrecer viviendas más baratas, con un aislamiento menos sofisticado, y otras más eficientes y a un precio mayor, que garantizan un menor gasto energético. Estas últimas, a modo de ejemplo, tendrán ventanas de “triple vidrio”.

Fernández Herrero señaló que la propuesta de comercialización apuntará en principio a clientes individuales, que ya tengan su terreno, pero también está previsto acordar con el Estado la provisión de viviendas para planes y loteos sociales. “Es algo que bien puede cambiar la historia de la ciudad”, sostuvo el referente de la fundación.

Dijo que si consiguen la meta de producir una vivienda al día daría una respuesta importante a la crisis habitacional, dado que los planes encarados por el Estado “tardan varios años” en construir un plan de 100 ó 120 viviendas.

Destacó que el cambio cualitativo más importante será la incorporación de la madera como materia prima, que “siempre estuvo al alcance”. Dijo que el Inta y Parques Nacionales, al igual que los productores forestales, le buscan un destino regular desde hace año a los rollizos que producen los bosques implantados de la zona. Refirió también que el aprovechamiento y manejo racional de ese recurso disminuirá el riesgo de incendios.

La fábrica de viviendas será solo una de las líneas de trabajo de la Fundación San José Obrero, que nació hace cinco años para buscar alternativas de formación y salida laboral para jóvenes del alto de Bariloche y hoy cuenta con una “escuela socio laboral” a la que concurren 600 personas.


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