En Bariloche, la Universidad del Comahue empezó las clases con un régimen “híbrido”

El Centro Universitario Regional tiene 3.000 alumnos. Se prioriza la presencialidad para materias prácticas y la opción virtual para las teóricas.

El Centro Regional Bariloche de la Universidad del Comahue inició el ciclo de clases 2022 con una modalidad de “presencialidad cuidada”, según el concepto general adoptado por la casa de estudios para todas sus actividades. Si bien desde la semana pasada los alumnos asisten regularmente a las aulas, la decisión fue conservar la “virtualidad” para ciertos contenidos teóricos, que son autorizados “caso por caso”.

El secretario académico del CRUB, Alfonso Aguilar, explicó que las cursadas siguen “los lineamientos del ministerio de Educación”, adaptados por la propia universidad, que mantienen aforo en las aulas, aunque menos exigentes (hoy son de una persona por metro cuadrado, cuando llegaron a ser de una cada nueve m2), uso de barbijo, ventilación constante, higiene de manos y “campaña fuerte de vacunación”, con aplicaciones ofrecidas por la propia universidad en su sede local, los martes de 10 a 13.

El sistema universitario fue el que más resistencia presentó a la normalización educativa, a medida disminuía la gravedad de la pandemia. Mientras los niveles inicial, primario y secundario funcionan ya con presencialidad plena, la universidad todavía está en plena transición.

Aguilar dijo que hay cambios importantes respecto del régimen que aplicaron hasta diciembre pasado, cuando las clases todavía eran remotas como regla general, con algunas excepciones de regreso a a la presencialidad, mientras que “ahora es al revés”.

Explicó que “se fue disminuyendo la lógica de grupos de riesgo” por razones de salud, que fue motivo excluyente para mantener muchas asignaturas con funcionamiento virtual. Hoy solo son considerados “algunos casos particulares, a modo de excepción”.

Señaló que “los docentes han acompañado esta regla y han presentado propuestas” para adaptar los contenidos a su cargo, que “en ningún caso fueron rechazadas”.

Según el secretario académico, “la recepción de los cambios entre los estudiantes ha sido muy buena”. Dijo que “en 2020 no tanto, pero en 2021 tanto docentes como alumnos evidenciaban el cansancios de mantener la virtualidad”. Explicó que para los jóvenes es importante “habitar la institución, compartir los espacios, y hay una valoración positiva del intercambio con sus pares y con el docente”.

Aguilar dijo que la adaptación al nuevo contexto requirió un extendido análisis, porque existe el CRUB tiene “una gran variedad” de carreras entre las que se destacan Enfermería, Educación Física, Matemática, Historia, Biología y Acuicultura. Cada una con su particular estrategia pedagógica.

Por eso mismo optaron por aplicar un criterio de clases híbridas, “con fuerte presencialidad en los contenidos prácticos y el desarrollo de clases virtuales en algunos teóricos”. Dijo que no existe ninguna asignatura que no tenga alguna instancia de presencialidad.

Tecnología que llega para quedarse

Aguilar dijo que el CRUB tiene unos 3.000 alumnos y a la sede central concurren alrededor de 500 por día. Los exámenes de los turnos en febrero y marzo se cumplieron en forma “híbrida”, aseguró, lo mismo que los cursos de ingreso.

Este medio le preguntó por la tecnología que la universidad había resuelto comprar -según se anunció el año pasado- para el montaje de aulas “híbridas”, que permitan seguir las clases en forma simultánea a alumnos presenciales y otros a distancia. Aguilar dijo que se trata de una inversión importante, que se compra por licitación y “todavía no llegó”.

Meses atrás se habló de un costo cercano a los 5 millones de pesos por aula.

Dijo que será útil aun después de terminada la pandemia porque se trata de un recurso pedagógico ideal cuando hay espacios áulicos que no son acordes con la matrícula de algunas materias. “Hoy hay universidades que entregan turnos para que los alumnos puedan acceder al aula, porque no hay espacio para todos -afirmó-. En otros directamente entran los que llegan primero a la clase y los otros deben seguirla desde el pasillo. El aula híbrida permitiría resolver este problema”.


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