“Es un delito federal”: buscan en Allen a quienes tatuaron cruces esvásticas en perros y gatos

«Tratamos de no dar notas para cuidarnos y que eso no perjudique a la investigación, con lo que podamos decir», reconoció en diálogo con Diario RÍO NEGRO Gabriela Sánchez, presidenta y asesora legal de ACPRAA, la Asociación Civil Protectora de Animales de Allen. De todos modos y dada la sucesión de animales encontrados, con cruces esvásticas tatuadas en sus orejas, optaron por hacerlo público para pedir que cese.

“El primer caso se nos presentó hace tres meses atrás, es la primera vez que nos pasa», indicó la referente sobre este proceso que fue escalando en gravedad. Según recordó, fue una de las familias que colabora con la institución poniendo a disposición su propia vivienda como espacio de «tránsito», la que inició la alerta. Estos vecinos, que alojan a las mascotas rescatadas hasta que consigan un hogar responsable definitivo, recibieron en ese momento a un gato pequeño recuperado en la vía pública, que “estaba famélico, deshidratado y que le costaba caminar«. Al inspeccionarlo, notaron que en su oreja estaba dibujado el símbolo nazi. La tinta no se borraba. Estos colaboradores dieron aviso y le sacaron las fotos que luego se viralizaron.

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“En un principio consideramos que era una travesura de chicos, ya que hace un tiempo que venimos dando charlas en colegios, donde vemos que algunos estudiantes tienen ese símbolo en sus cuadernos, pero al ser consultados, reconocieron que no tienen mayor idea de lo que significa, sino sólo manifiestan que lo tienen ‘de onda’”, contó Sánchez.

Sin embargo, el tiempo pasó y hace unas semanas otros vecinos marcaron un nuevo hallazgo. Fue en el mismo sector que el hecho anterior, solo que en esta oportunidad se trataba de una perra, también desnutrida, “con la piel pegada a los huesos, totalmente deshidratada y que en una de sus orejas presentaba el tatuaje” de la cruz esvástica, relataron. “Nos pidieron ayuda, la pusimos a resguardo, nos pareció terrible y no quisimos fomentarlo”, dijo la titular de la Protectora, pero terminaron dándolo a conocer porque las sospechas siguieron escalando. 

Para sorpresa de todos, surgió un tercer caso, el último del que tomaron conocimiento: un perro también con el mismo aspecto. “No sabemos si estaba en cautiverio, pero ya nos hace pensar que puede ser una práctica que están realizando con ellos en alguna vivienda, realmente nos generó miedo”, aseguró la letrada.

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Cautelosa para evitar identificar la zona allense involucrada y posibles represalias contra quienes avisaron lo sucedido, Sánchez se limitó a señalar que les “asombra la crueldad, porque para tatuarlo a un animal hay que dormirlo, anestesiarlo o someterlo a semejante fuerza que logre mantenerlo quieto». Comprometida con su equipo, que funciona de manera ad honorem hace décadas, afirmaron que van a “rastrear el sector para encontrar la casa donde están haciendo esto y que en caso de que sean menores, los padres puedan escuchar el repudio y tomar dimensión, porque es un delito federal”, dijo, contundente.

Convocaron a vecinos y vecinas que puedan tener datos al respecto, a que se comuniquen por las redes sociales con la Protectora, que figura como “Juana Acpra Allense”. “En el caso de que vuelva a pasar, ya localizando el lugar, vamos a hacer la denuncia que corresponda, ya desde lo penal para que sea derivado», concluyó.