Kioscos saludables: sale competencia para la golosina del recreo en Neuquén

El Concejo Deliberante de la capital debate un proyecto para generar hábitos saludables en los entornos escolares públicos y privados.

A la mayoría de los niños y niñas del mundo y de Neuquén si se le da a elegir entre un chocolate o una banana (excepto que venga con tres cucharadas inmensas de dulce de leche encima) va a optar por la primera propuesta. Los hoy adultos, pasamos por el mismo deseo irrefrenable de consumir esas delicias a toda hora y en cualquier momento cuando éramos “purretes”.

Pero lo cierto es que desde hace un tiempo los movimientos que impulsan una alimentación saludable, vienen trabajando en los cambios de paradigma. Un alfajor está bien, pero que después no le siga una milanesa con papás fritas acompañada de una gaseosa cola. Que la única verdura a incorporar en el día a día no sea la papa o el fideo o el arroz, matizado con abundante queso rallado procesado, sugieren los nutricionistas y que militan “la alimentación equilibrada. Un poco de todo, en su justa medida”.
Y acá llegamos a un punto crítico: los kioscos de los colegios y las cantinas de las instituciones deportivas. Vaya paradoja.

Nadie que haya pasado por la escuela o que tenga un hijo o hija en edad escolar puede desconocer de qué estamos hablando. Todas las etiquetas negras se encuentran allí en cada estante.
Las últimas estadísticas de Salud dan cuenta que en Neuquén el 17% de los chicos hasta los 14 años tienen sobrepeso.

Es por esto que en el Consejo Deliberante de la ciudad de Neuquén, se está debatiendo un proyecto de ordenanza para que todos los establecimientos educativos ofrezcan en sus kioscos una variedad de alimentos saludables. La propuesta se extiende a la posibilidad de tener productos aptos para personas celíacas, diabéticas y con intolerancia a la lactosa.

Si bien aún está en proceso de debate, estarían, según los impulsores de la propuesta, en condiciones de conseguir los votos necesarios para que se convierta en norma en la ciudad. El proyecto tiene como objeto “la implementación de estos espacios con el fin de promover una alimentación sana, variada y segura para niños, niñas y adolescentes en edad escolar”.

La ordenanza, de sancionarse, se aplicará en todos los kioscos, bufetes, cantinas u otros espacios similares que funcionen en centros educativos de todos los niveles, de modalidad privada y estatal. Además deberán ofrecer bebidas que cumplan con las pautas definidas por la autoridad de aplicación, “según los criterios de las guías y pautas alimentarias”.

“El proyecto prevé que los kioscos puedan ampliar su oferta con productos saludables que están definidos en guías que fueron estipuladas por Nación y que se aplican acá en la región. Eso por un lado. Por otra parte, estamos discutiendo la posibilidad de limitar que estos lugares puedan comercializar productos críticos en excesos, según lo que exige la ley nacional de etiquetado. Eso lo estamos debatiendo ahora en el Consejo”, explicó la concejal del MPN, Victoria Fernández, una de las impulsoras de la idea.

La aplicación sería sencilla. Los kioscos en el interior de las escuelas deben contar con licencia comercial como cualquier negocio del exterior. Se suman los controles bromatológicos que realiza el municipio periódicamente. Es una potestad del gobierno local, por lo cual podría controlar que se cumpla la existencia de productos saludables dentro de los colegios.


Talleres intraescolares y productores locales como proveedores


Los chicos son los primeros en tomar conciencia sobre lo que significa no tener una alimentación saludable. Cuando se les explica lo entienden rápidamente”, consideró la concejala del MPN, Victoria Fernández.

Es por esto que el proyecto de kioscos saludables en entornos escolares contempla además, la realización de talleres dentro de las aulas para que los niños, niñas y adolescentes puedan adquirir hábitos más saludables.

Pero no se queda solo en eso. Se está analizando también la posibilidad de que los proveedores de estos lugares de expendio puedan ser productores locales y pequeños emprendedores. Sobre todo para la venta de productos para personas celíacas, diabéticas e intolerantes a la lactosa.

“Un poco está pensado por ese lado. En la ciudad hay salas de elaboración, que están permanentemente monitoreados y esto permitiría entregar en los kioscos de las escuelas productos saludables y con garantía de salubridad”, agregó al edil.


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