La crisis en hospitales de Río Negro obligó a derivar a clínicas, pero hay un impacto peor: cae la prevención 

La restricción de servicios en Salud Pública genera derivaciones hacia el sector privado, aunque la demanda no se volcó en forma masiva por la falta de recursos de los usuarios del sistema.

El extenso conflicto en los hospitales rionegrinos no parece haber generado un traslado directo de la demanda hacia el sector privado de la salud. La información surgida de un relevamiento realizado por Diario RÍO NEGRO en clínicas, sanatorios e institutos que no dependen del Estado orienta el escenario hacia una conclusión más desalentadora: muchos usuarios están postergando la atención médica que necesitan, porque no tienen el dinero suficiente para afrontar el costo de consultas, cirugías o tratamientos en ámbitos arancelados.

De esta manera, el sistema se alejó aún más durante el primer trimestre de este año del ideal de prevención, para actuar en la mayoría de los casos ante cuadros agudos, en los que resulta imposible evitar una internación.

Es allí donde se presentan las derivaciones desde los hospitales a los centros privados, que cuentan con sus planteles activos, con más cantidad de camas y además, en distintas especialidades, tienen mayor complejidad que en el sector público.

Por ejemplo, el Sanatorio Juan XXIII de Roca recibió entre enero, febrero y marzo un promedio de 150 derivaciones mensuales desde la red hospitalaria estatal de Río Negro.

Las fuentes consultadas por Diario RÍO NEGRO indicaron que sólo 30 de ese total corresponden al hospital López Lima de Roca, un dato que evidencia también el costo adicional importante que representan los traslados desde otras localidades hacia el centro privado.

Enero fue el mes con más derivaciones y en marzo se redujeron los pedidos para recibir a pacientes que acudieron primero al hospital público, siguiendo una línea acorde con el relato de los trabajadores del sistema estatal, que aseguran que atravesaron un inicio de año crítico por la falta de insumos para atender las demandas en los diferentes servicios.

Ocupación plena, otra traba

Ahora bien, desde el sector privado advierten que las condiciones actuales tampoco permiten a ellos garantizar la atención para esos pacientes que llegan desde el sector público, por diferentes razones.

Una de ellas es por el factor de ocupación, que está al 100% o en niveles cercanos desde fines del 2023. Ese panorama lo describieron las fuentes consultadas en el Sanatorio Juan XXIII.

En tanto, desde otra institución del Alto Valle recordaron que las mismas dificultades que expuso el gobierno rionegrino días atrás, cuando detalló el aumento exorbitante en el costo de los medicamentos e insumos, son padecidas por ellos. Pero agregaron que a ese cuadro deben sumarse los compromisos salariales ya fijados para el sector privado, con un aumento del 45,6% definido en el primer trimestre, y que además tanto PAMI como Ipross no han otorgado aumentos por los costos actuales.

“La situación del sector privado es crítica. Estamos todas las empresas en reunión permanente”, indicaron voceros.

Sobre el impacto del conflicto en Salud Pública describieron que hubo aumento de derivaciones y que se armó una red, no sólo frente al paro de principios de esta semana sino también por las urgencias durante los feriados de este fin de semana.

Esa fuente también aportó otro dato relevante sobre el presente del sistema de salud. “Notamos que los derivados son personas que acceden al servicio con cobertura de prepagas, pero caídas por falta de pago y sin otra cobertura”, se destacó.

“Además de la falta de actualización de Ipross y de PAMI, hay una situación similar con las obras sociales sindicales y con el traslado parcial de los aumentos por parte de las prepagas. Toda esta situación llevará al colapso del sistema”, auguró otro directivo del sector privado.

“Se está evaluando el cobro de copagos, cortes de cuenta corriente y/o de servicios. También hay restricciones en poder cubrir algunos servicios. Hay empresas que comienzan a evaluar disminución de personal manteniéndose la dificultad en conseguir profesionales agravado por los honorarios desactualizados”, agregó la fuente.

Traslados

150
pacientes llegaron en promedio por mes al sanatorio Juan XXIII de Roca derivados desde hospitales públicos.


Un bache de 420 consultas diarias en Bariloche


El paro por tiempo indeterminado que llevan adelante los trabajadores del hospital Ramón Carrillo de Bariloche, que se inició el 14 de marzo, prolonga la paralización de todos los servicios de salud, exceptuando guardia general y de internación.

Sin embargo, ese faltante no genera un traslado de pacientes al sector privado, por los costos que se deben afrontar para cualquier consulta.

El universo de público del hospital zonal no solo cubre la población más vulnerable de Bariloche.
Hay pacientes con obra social que también asisten por la calidad del servicio o la diversidad en especialidades que no existen en otro ámbito. Pero además, la asistencia llega a poblaciones ubicadas en un radio de más de 200 kilómetros, desde Jacobacci, parajes cordilleranos, El Bolsón e incluso habitantes del sur neuquino.

Según datos del hospital, hay un promedio de atención diaria de 420 asistencias por consultorio externo y 10 cirugías cada día.

En las tres instituciones médicas privadas con servicios integrales en distintas especialidades -Sanatorio San Carlos, Hospital Privado Regional y Fundación Intecnus- señalaron que no tienen una mayor demanda de pacientes en sus consultorios por la cancelación de atención en el hospital público.
Todos coinciden que el tema económico es la respuesta: “Las personas que asisten al hospital no pueden afrontar el pago de una consulta”, señaló un referente del sector.

Una consulta médica para un paciente sin obra social oscila entre los 9.000 y 15.000 pesos, dependiendo la especialidad del profesional tratante.

A eso se deben sumar los costos de estudios, análisis y otras derivaciones que pueda tener la consulta.

Un médico apuntó que la población del hospital que queda sin atención opta por postergar sus estudios, seguimiento de tratamientos y otras consultas, como ocurrió en los primeros meses de la pandemia por las restricciones de aislamiento.

También señaló que una vez que se reactiven los servicios -cuya fecha es incierta- la demanda será excesiva en todas las áreas, que ya venían con turnos completos a diario y allí el foco volverá a estar puesto en los insumos y equipamiento.


El extenso conflicto en los hospitales rionegrinos no parece haber generado un traslado directo de la demanda hacia el sector privado de la salud. La información surgida de un relevamiento realizado por Diario RÍO NEGRO en clínicas, sanatorios e institutos que no dependen del Estado orienta el escenario hacia una conclusión más desalentadora: muchos usuarios están postergando la atención médica que necesitan, porque no tienen el dinero suficiente para afrontar el costo de consultas, cirugías o tratamientos en ámbitos arancelados.

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