La mano solidaria en la que se apoyan los adultos mayores

El Centro Integral de la Tercera Edad (CITE) funciona en Cipolletti desde 1992. Allí se brindan talleres y actividades recreativas y contención a personas vulnerables.

La vejez puede considerarse una etapa dura para los adultos mayores. La falta de empatía por parte de la familia, la escasez de actividades recreativas hace que los adultos busquen alternativas para sentirse acompañados.

En Cipolletti, el Centro Integral de la Tercera Edad (CITE) funciona como un espacio de contención para los abuelos. Actualmente alrededor de 60 adultos mayores asisten en busca de compañía. Allí desayunan, almuerzan y realizan actividades recreativas.

Para muchos de ellos, el Cite es un espacio de alegría. Algunos se encuentran solos o con familiares que no pueden hacerse cargo, pero han encontrado en el centro una gran familia. Allí realizan actividades recreativas, talleres de cerámica y literatura y clases de tango, pero sobre todo encuentran espacio de contención y escucha.

Isabel es una abuela que asiste al centro integral. Con lágrimas en los ojos contó que le emociona mucho relatar el día que llegó a este espacio. “Estaba sola, mi hijo ya había crecido y ya tenía su familia. No podía hacerse cargo de mí. El día que llegué vi un lugar que me habría las puertas, acá volví a ser feliz. Llegar a Cite fue lo más lindo que me pudo suceder, fue volver a una nueva vida. Yo acá siento que todos son mi familia, siempre están pendientes de lo que nos pasa. Hoy puedo decir que soy feliz, que si estiro la mano tengo donde apoyarme. Tuve una vida muy triste y golpeada pero cuando estoy acá trato de olvidar lo que pasó y disfrutar este espacio mientras tenga vida”, contó.

Otra de las abuelas, relató que llegó hace 12 años a la institución. Comenzó realizando un taller de gimnasia, luego continuó con reciclado, hasta que un día comenzó a quedarse a desayunar y almorzar. “Siempre decía que cuando sea viejita me iba a quedar y este año comencé a quedarme y pasar más tiempo en este espacio. Ellos me van a buscar a casa, me traen y luego me llevan. Estoy acá porque vivo sola, acá encontré una familia”, agregó.

El centro tiene un transporte que todos los días va a buscar a los adultos mayores a sus hogares. También asisten a 55 abuelos que no pueden llegar hasta el establecimiento. Diariamente les llevan viandas con el almuerzo a muchos abuelos que no llegan al centro. Una de las cuidadoras relató que “ellos nos esperan todos los días, llevamos viandas y también estamos atentos a las necesidades que tienen en sus hogares. Tratamos de asistirlos en lo que podemos y estar presentes en lo que necesiten”.

Los referentes del lugar coinciden en que el Cite es un espacio para que los adultos mayores puedan relacionarse con sus pares, aseguran que durante la pandemia al ser el grupo más vulnerable estuvieron mucho tiempo encerrados, pero hoy pueden volver a disfrutar del centro. El referente, Santiago Ocampo, explicó que “nosotros siempre buscamos realizar un trabajo integral de cuidado, no solo en lo emocional y artístico sino también poder dar respuesta a las dudas o demandas que ellos tienen”. Miguel Ángel Huenchumil, lleva casi 25 años en el centro, llegó cuando lograron adquirir el espacio propio.

Contó que en un principio eran muy poquitos, luego se fue sumando más gente. “La necesidad de los barrios hizo que el programa creciera y lográramos obtener este lugar, en esa época llegamos a tener entre 60 y 70 abuelos, gracias a ellos hoy estamos acá”.

El día que llegué vi un lugar que me habría las puertas, acá volví a ser feliz. Llegar a Cite fue lo más lindo que me pudo suceder”.

Isabel, siente que las personas del espacios son su propia familia.

Buscamos realizar un trabajo integral de cuidado, no solo en lo emocional y artístico sino también dar respuesta”.

Santiago Ocampo es uno de los referentes del centro integral.

Treinta años de la institución

El Centro Integral de la Tercera Edad (CITE) fue fundado en 1992 por la Secretaría de Acción Social de la Municipalidad de Cipolletti que decidió crear un hogar con el objetivo de brindar un servicio integral a un número importante de abuelos que no recibían respuesta de otras instituciones.
Ese año el centro estuvo ubicado en el complejo habitacional de las 432 viviendas donde comenzaron a recibir las inquietudes y demandas de los adultos. A partir de 1997 la institución logró tener su propio edificio gracias a la presentación de un proyecto ante el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación que financia parte del edificio y mobiliario. La institución hoy se ubica en la calle Miguel Muñoz y Fray Santa María Oro.
Su objetivo es realizar un trabajo solidario, preventivo y de emergencia destinado a personas mayores. Desde sus inicios brinda estadía, alimentación, recreación, servicio médico y contención afectiva a aquellos adultos mayores que por ausencia de la familia se encuentran en un grado de vulnerabilidad.


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