Temperaturas bajo cero y la postal oculta de Bariloche, las personas en situación de calle

En el hogar Emaus, cuentan que la última semana atendieron a 39 personas, cuando la población estable el año pasado y el 2020 era de 30.

Estaba con la mirada clavada en el suelo. Su barba canosa y profusa le cubría gran parte de su rostro curtido por el paso del tiempo. Agrietado por los años de soledad. Tres perros descansaban a su lado, mientras el sol les acariciaba el lomo. Bianchi, como lo conocen en el Hogar Emaús, estaba sumergido en su mundo, ajeno a las personas que esperaban en la esquina de Anasagasti y Onelli alguno de los colectivos que suben hacia el Alto de Bariloche.

Es un hombre que ha forjado su carácter en la calle. Sentado sobre unas escalinatas, junto a un comercio de artículos y ropa deportiva, observaba como trascurría la tarde fría de una ciudad sumergida desde hace varios días en una ola polar que cala hasta los huesos.

Bianchi estaba abrigado con una campera negra, un gorro de lana y un jeans. Tenía su bastón apoyado sobre una de las vidrieras. Solo intercambio dos o tres palabras con Río Negro y cortó abruptamente el diálogo con un “buenas tardes”. No quería ser incomodado.

Tiene más de 60 años, muchos de ellos deambulando por la ciudad. Es una de las 39 personas que pasaron la noche del martes en el Hogar Emaús, ubicado en Otto Goedecke y Chubut. Es una de las pocas instituciones -sin fines de lucro- que asiste y brinda refugio a personas en situación de calle.

Allí, Bianchi pasa las noches después de extensas horas de recorrer calles de esta ciudad o de permanecer sentado en alguna de las esquinas de la calle Onelli.

María Pía Flores es empleada municipal y trabaja desde hace 5 años en el Hogar Emaús, que depende de Cáritas y que se sostiene con apoyo de la Municipalidad de Bariloche, organizaciones de la sociedad civil, de particulares y voluntarios. También, Nación aporta con un programa social.

La mujer relató que esta semana atendieron a 39 personas, cuando la población estable el año pasado y el 2020 era de 30.

El hogar recibe también a personas procedentes del campo que se mudaron a Bariloche y no tienen donde para pasar la noche. Foto: Chino Leiva

Explicó que el año 2020 y el 2021 no permitieron el ingreso de otras personas por razones sanitarias. El covid-19 estaba en su peor momento y era muy arriesgado para las personas alojadas en el Emaús abrir las puertas sin ningún control. Contó que en 2019 tenían 40 personas.

“Cuando llegan acá es porque no tienen un lugar donde dormir”, sostuvo. También, reciben personas procedentes del campo que se mudaron a Bariloche y no se pudieron adaptar a la ciudad o directamente no tienen donde para pasar la noche.

Hasta algunos jóvenes malabaristas, que arribaron a la ciudad y que trabajan ocasionalmente en las esquinas con semáforos, durmieron en Emaús.

El objetivo es que las personas estén transitoriamente”, sostuvo María Pía. Pero no es fácil conseguir un espacio en Bariloche que desde hace años enfrenta una grave crisis habitacional que se agudizó en el último tiempo. Y la sufren los que menos tienen.

No solo reciben una cama para dormir y comida, sino también contención y apoyo. Foto: Chino Leiva

Dijo que entre 15 y 16 personas que asisten al Emaús están en situación de calle. Años atrás debían pasar las noches en cualquier lugar que la calle les brinde como refugio. Desde 2012 tienen el Emaús.

El funcionamiento de esta institución ha logrado que cada vez haya menos personas en las calles de Bariloche, sobre todo, en las noches. María Pía comentó que en Emaús tienen comida, abrigo, atención médica y hasta talleres que brindan manos solidarias. También ofrecen acompañamiento para tratar de fortalecer vínculos familiares. Pero no es una tarea fácil.

Nación ayuda con el programa del Equipo de Calle, donde hay varios jóvenes trabajando, como Agustina Liempe. Aportó un trailer que tiene una ducha móvil a disposición de las personas que no tienen donde bañarse.

María Pía contó que la Municipalidad aporta una combi para hacer recorridos por la ciudad entre las 17 y las 21 para traer a las personas en situación de calle al hogar. “Cuando vemos que alguno no llega lo salimos a buscar”, afirmó.

Para este invierno desde Nación aportaron 80 camperas nuevas. Agustina relató que armaron un listado con las personas que más necesitaban abrigo y les propusieron un trueque. Que aporten alguna prenda vieja o muy usada a cambio de la campera nueva, como una forma de que valoren esa prenda.

El sol ayuda, pero la sensación térmica de 13 grados bajo cero se siente. Foto: Chino Leiva

María Pía sostuvo que el propósito es ayudar a las personas a resolver su situación habitacional o familiar “para que haya rotación”. Algunos llevan años en la institución y les cuesta mucho irse.

El único registro oficial de personas en situación de calle lo tienen en el Hogar Emaús, reconocieron desde la Municipalidad.


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