Tizas de Neuquén manchadas de sangre

La lucha docente tiene dos antecedentes dolorosos. Un Estado que no dio respuestas desencadenó en dos muertes: Teresa Rodríguez en 1997 y Carlos Fuentealba en 2007.

Esta vez la historia no tiene que ver específicamente con la capital de Neuquén, pero sí es una de esas que impactaron de lleno en cada uno de los habitantes de cada localidad de la provincia. Tiene dos protagonistas y una misma causa: la lucha docente y la educación pública.

Era un 10 de marzo de 1997, los maestros y maestras de Neuquén lanzaron una huelga en protesta por las nuevas disposiciones que había tomado el gobernador Felipe Sapag, que según el gremio que nucléa a los docentes, ATEN, atentaban seriamente contra la educación pública y las condiciones laborales de los trabajadores.

Esas resoluciones implicaban el despido de una gran cantidad de docentes de la educación, al mismo tiempo que intentaban legitimar un recorte salarial. “Las resoluciones 075/97 y 290/97 del Consejo Provincial de Educación y el Decreto 595/97 del Poder Ejecutivo dictaminados durante el receso escolar implicaban el cierre de salas de 3 y 4 años de los jardines de infantes, eliminaba cargos de áreas especiales como educación física, música, plástica y educación especial. Asimismo, pretendía reducir el personal auxiliar, eliminar talleres de informática y departamentos de las escuelas de enseñanza media”, cuentan las crónicas que se guardan en el museo Paraje Confluencia.

Se iniciaron marchas y movilizaciones en diferentes puntos de la provincia, que luego derivaron en una mesa de negociación, en la que el gobernador resolvió dar marcha atrás con algunas disposiciones, pero el recorte salarial para los maestros se mantenía.

Llegamos a abril de ese año, cuando un masivo corte de ruta en Plaza Huincul y un violento desalojo de la policía provincial interpeló a toda la sociedad.

De un lado manifestantes que resistían, del otro una fuerza de seguridad violenta. En el medio estaba Teresa Rodríguez, de 27 años, que mirada a la vera de la ruta lo que sucedía. En un instante fatal recibió un impacto de bala calibre 9 milímetros y falleció en el acto. Era madre de tres niños. No hubo justicia.

Abril de 2007. Los docentes nuevamente en lucha por la reivindicación de sus derechos. Pedían por la recomposición salarial, el pase a planta permanente de todos los contratados y el pase al básico de los aportes no remunerativos, entre otros reclamos.

No obtuvieron respuestas. En asamblea resolvieron cortar la ruta 22 a la altura de Arroyito. El gobierno de Jorge Sobisch no estaba dispuesto a permitirlo. Hubo una brutal represión, aún cuando ya se había negociado que el gremio liberaría la ruta. Estaban retirándose cuando el cabo José Darío Poblete disparó contra la parte trasera de un Fiat Uno un gas lacrimógeno que impactó de lleno en la nuca del maestro Carlos Fuentealba. Murió el 4 de abril en el hospital. Tizas y pizarrones manchados de sangre que duelen.


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