Una familia fue clave en el rescate de un cocodrilo marino que vivió hace millones de años en Neuquén
Es el segundo aviso que acercan desde el paraje Mulichinco, 35 kilómetros al este de Loncopué. El anterior fue un ictiosaurio, que combinaba el aspecto de delfín y pez espada, otro ejemplo más del tiempo en que Neuquén estuvo cubierta por agua, incluso antes del levantamiento de la Cordillera de los Andes.
Científicos trabajaron en Loncopué tras la alerta que compartió la familia de los hermanos Fuentes, pobladores del interior neuquino que encontraron en su campo un nuevo ejemplar prehistórico en menos de dos meses. La cabeza de ese cocodrilo marino estaba tan bien conservada que una niña que participó de divulgación del hallazgo no pudo ocultar su asombro: los restos de un ser que vivió hace 150 millones de años estaban delante de sus ojos, como en la más fantástica de las películas.
El rescate en puesto Los Álamos fue celebrado por los profesionales de la Dirección de Patrimonio Cultural de la Provincia y también del CONICET, que se sumaron a reconocer y extraer el cráneo articulado y completo de un ejemplar que perteneció al grupo de los “metriorrínquidos”, prueba de los años en que la Cuenca Neuquina estuvo cubierta por el mar, incluso antes del surgimiento de la Cordillera de los Andes.
Adaptados a la vida bajo el agua, estos cocodrilos “tenían un tamaño pequeño, que no superaba los tres metros de longitud y se caracterizaban por un hocico largo y delgado, con numerosos y finos dientes. Se habrían alimentado principalmente de peces pequeños e invertebrados marinos como los amonites”, explicaron los expertos. Esta última especie, que sirvió para nutrir a reptiles como estos cocodrilos, es la subclase de moluscos cuya forma espiralada puede apreciarse en piezas de piedra laja.
Recuperaron el cráneo de un cocodrilo marino que vivió hace millones de años en Neuquén | Apoyo local
La investigadora Marianella Talevi fue una de las convocadas para el trabajo de campo, por especializarse en Paleohistología de Reptiles Marinos. En diálogo con Diario RÍO NEGRO, valoró el trabajo conjunto y sobretodo el aporte que hicieron los propietarios del campo y los vecinos ProMuseo de Loncopué.
“Fuimos con uno de los hermanos y nos ayudó, es gente que siempre recorre sus campos porque además uno de los Fuentes es senderista, así que vive conoce muchos lugares”,
comentó la profesional.
Recalcó a su vez, que lo más importante es que “ni bien encontraron algo, dieron aviso a Patrimonio, que es lo que corresponde”, agregó.
El equipo estuvo liderado por Mateo Gutiérrez, de la Dirección de Patrimonio Cultural neuquina y se completó con el técnico Juan Ignacio Ison y la becaria posdoctoral Micaela Chaumeil Rodríguez, integrantes del Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología (IIPG, CONICET–UNRN). Se procedió conforme al protocolo de atención indicado por la Ley Provincial 2184/96 de Protección del Patrimonio Paleontológico, Arqueológico e Histórico, aclararon los organismos intervinientes.
Gracias a esta nueva intervención, valoró Talevi que “se logró asegurar la recuperación y preservación del fósil, así como reforzar los vínculos entre instituciones científicas, organismos estatales y la población local». Lo obtenido fue compartido en una jornada abierta a la comunidad, donde se habló sobre los distintos hallazgos logrados en la región de Mulichinco, testigos directos de la riqueza fósil que descansa en la zona. “Este caso pone en relieve la importancia del compromiso colectivo para la protección del patrimonio paleontológico”, concluyeron.
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