Una playa paradisíaca, sin guardavidas: la advertencia que recibieron bañistas cerca de Las Grutas
Las autoridades solicitaron a los visitantes que tomen los recaudos necesarios para disfrutar del mar.
En el llamado Caribe de la Patagonia», ubicado a unos 65 kilómetros de las Grutas, ya se vive la temporada de verano a pleno, con la visita de miles de turistas de todo el país. Rodeado por lobos marinos, arena limpia y aguas cristalinas, Punta Villarino es una de las hermosas playas para disfrutas. Sin embargo, hay que tener precaución a la hora de meterse en el mar: no hay servicio de guardavidas.
Así lo anunció la delegación municipal del puerto San Antonio Este, quienes destacaron que es importante «que los bañistas y visitantes tengan conocimiento de esta situación para tomar las precauciones necesarias al disfrutar del mar».
Para ello, las autoridades colocaron cartelería respectiva en las playas de Punta Villarino, indicando la ausencia de servicio de guardavidas.
«Les pedimos a todos los visitantes que sean conscientes de esta situación y tomen las medidas de seguridad necesarias para disfrutar de un día seguro en la playa», concluyeron.
Punta Villarino, una playa soñada que tiene como escoltas los lobos marinos
Es un lugar único, que tiene como escoltas a los lobos marinos. Los que nunca tuvieron la oportunidad de ver a la especie de cerca se podrán dar una “panzada” al visitar esta playa. Los guardas ambientales resguardan la zona para que nadie moleste a los lobitos pero, a una distancia prudencial, se los puede observar y tomar imágenes.
Están tan cerca que se aprecia la capa de grasa que recubre sus cuerpos. Su organismo la fabrica para cuidarlos de los factores ambientales y facilitar su desplazamiento adentro del agua. No huelen muy bien, pero siguen mostrándose encantadores.
La forma simétrica en la que se colocan en la arena, además, llama la atención. Forman una v, en cuyo vértice se asientan los ejemplares más viejos, mientras que los más chiquitos quedan casi adentro del agua, ya que se los suele apreciar en la orilla, como si necesitaran del sol para mantener el tono oscuro que los caracteriza.
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