Dos museos para llevar a los chicos, si estás en Las Grutas y aman a los dinosaurios

Cerquita del balneario hay dos opciones para visitar y aprender, que son ideales para los que se fascinan con los 'dinos'. En las nota, te contamos cuáles son y cómo llegar

Hacer turismo también es aprender y visitar lugares y museos que nos permitan conocer más acerca de la historia de la región. Sobre todo si viajamos con niños, que se fascinan con los dinosaurios y con otros animales prehistóricos, o con los modos de vida que tenían los pobladores originarios.


Por eso si estás en Las Grutas hay dos espacios para tener en cuenta, que servirán para que grandes y chicos se entretengan por igual, mientras conocen en profundidad la geografía y el pasado de los paisajes patagónicos.


Museo Provincial “María Inés Koop”, en Valcheta


Este museo está en Valcheta, una bella localidad que queda a poco más de 100 km de Las Grutas, por ruta 23, y es especial para los más chiquitos porque es uno de los pocos que cuenta con un tesoro muy particular: huevos de dinosaurios fosilizados.

Los huevos de ‘dinos’, el mayor atractivo del museo


Esos fósiles son los que más interés generan, al igual que los restos de esqueletos de la misma especie, los fósiles marinos y las improntas de plantas, que permiten imaginar el pasado tropical de un área que hoy se muestra mucho más árida que entonces.

Restos marinos fosilizados, otro de los atractivos del lugar


El lugar se creó en 1978 y pertenece a la Red de Museos de la provincia, funciona de lunes a viernes de 8:30′ a 13:30 ‘ y de 14:30′ a 17:30′, mientras que sábados, domingos y feriados están de 10′ a 13′ y de 15′ a 18’.


Museo Casa Jacobacci, en San Antonio Oeste


Este atractivo museo está en San Antonio Oeste, la ciudad que queda a 15 km de Las Grutas. Tiene una sala completa dedicada a los dinosaurios, que tanto fascinan a los más chicos.

Los chicos se fascinan al recorrer las salas


Su especialidad es la antropología y las ciencias naturales de la costa patagónica. Funciona en una hermosa casona que fue restaurada por la Fundación Azara, a través de un convenio con el municipio.


La vivienda, que data de 1908, constituye una muestra de lo mejor de la arquitectura ferroviaria, que se destaca por la chapa y la madera, ya que esas edificaciones fueron creadas para albergar al personal del ferrocarril, cuando llegó para realizar los ramales (hoy en gran parte inactivos) que unirían Buenos Aires con el vasto territorio patagónico.

La casa que se convirtió en museo. Una joya arquitectónica


Esta casa en particular era del ingeniero Guido Jacobacci –
el mentor del proyecto ferroviario- y por eso tiene un señorío especial, que aún deslumbra.


Ahora en ella se crearon 10 salas en las que pueden apreciarse muestras de geología, paleontología, etnografía y biodiversidad de monte y del entorno marino.


Con respecto a las entradas, los residentes locales no pagan y el resto deberá abonar $1000. Los menores de 12 años, $500. Funciona de miércoles a domingos de 10′ a 13′ y de 18′ a 21′.


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