Preocupan las pocas reservas para el verano en Bariloche

El anuncio del DNU, la incertidumbre económica y el aumento de las tarifas aéreas y el valor del combustible no ayudan a que la gente se decida a viajar.

A la incertidumbre política y económica se sumó el aumento desmedido de las tarifas aéreas y los valores del combustible. El combo atenta contra la temporada turística en Bariloche. A diferencia de los últimos años, cuando los empresarios del sector recomendaban viajar con reservas por el alto nivel de demanda, a pocos días de enero las consultas no abundan.

No es muy alentador el escenario. Es un día a día. Venimos muy flojos en cuanto al porcentaje de reservas”, resumió Martín Lago, presidente de la Asociación Hotelera Gastronómica de Bariloche.

Los números difieren según el tipo de alojamiento. Las cabañas apenas alcanzan un 60% de reservas; mientras que la hotelería céntrica araña el 50%. “La preferencia por las cabañas responde a la lógica de los últimos veranos. La gente busca alojamientos con facilidades para cocinar, pileta o jardín y menos servicios hoteleros”, expresó el empresario.

Los hoteleros coinciden: la dilación de las reservas responde a los anuncios del presidente y la incertidumbre económica. Lo que no se sabe es si la gente solo está demorando su decisión para viajar, optará por destinos más cercanos o simplemente, suspenderá el viaje.

“Tenemos muchos pedidos que no han sido confirmados vía una reserva efectiva. Hay bloqueos de habitaciones en hotelería que se sostienen, pero aún no han sido pagados. Podría haber cancelaciones. Hoy es todo incierto”, reconoció Lago.

El presidente de la Cámara de Turismo de Bariloche, Nestor Denoya, advirtió que para enero, “se detuvo la comercialización; mientras que para febrero, no hay buenos números”. “Se contiene la demanda hasta saber qué pasará. El futuro es incierto. El DNU aumentó la incertidumbre. Todo lo que ha pasado retiene la demanda”, señaló.

Los bajos números de reservas para la temporada se reitera en todos los destinos turísticos. Lo cierto es que los más próximos a los centros emisivos, como la costa atlántica, corren con ventaja. Sucede que en los últimos días, los pasajes aéreos de cabotaje se incrementaron hasta un 100%. Volar de Buenos Aires a Bariloche, ida y vuelta, cuesta entre 320 y 380 mil pesos para los primeros días de enero.

«Esto alienta a que la gente se desplace menos distancia para compensar el sobrecosto que genera. El aumento de las tarifas aéreas generan un impacto enorme. Subieron de una forma tan abrupta que la persona que demoraba su decisión, ahora se encuentra con que los valores se incrementaron. Venir en auto también está carísimo», dijo Lago.

Según un buscador de internet, alojarse en Bariloche en enero arranca de los 244 mil pesos (por una cabaña para cinco noches), 201 mil pesos (por una hostería) o 389 mil pesos (un departamento).

«Los precios son muy dispares. Acabamos de firmar las paritarias hace 20 días, con los incrementos pautados, pero quizás haya que rever. El escenario es tan dinámico que es difícil determinar cuál será nuestro costo de prestación», expresó Lago.

El secretario de Turismo de Río Negro, Marcos Barberis, consideró que la elección este verano “se regirá por las tarifas”. «Hay que ser cuidadosos con el tema tarifario. Estamos en un momento difícil para poner precio a los servicios o bienes que brindamos, pero hay que ajustar al máximo para ser competitivos en materia de precios”, planteó.

Señaló que “hay que priorizar la ocupación, aunque esto conlleve márgenes de ganancia más bajos. Hay que encontrar el punto de equilibrio entre ocupación y rentabilidad”.


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