Tareas en casa: ser flexibles, creativos y evitar el estrés

Las modalidades virtuales plantean desafíos a padres y docentes. No hay criterios únicos y a veces hay excesos.

Además de las calles vacías, otra postal se sumó a la cuarentena obligatoria por la pandemia del coronavirus. Chicos de uniforme en casa intentado mantener la “normalidad” o interactuando con sus profesores para realizar los trabajos. Pero también otros repitiendo que no quieren, que no entienden. Y padres estresados e indignados por el volumen de tarea.

El aislamiento obligatorio obligó a pensar en otras formas pedagógicas de llevar la escuela a la casa. Los docentes desplegaron, de la nada, un abanico de recursos. Las escuelas privadas subieron actividades a sus plataformas virtuales, donde incluso dictan clases. Otros pusieron en marcha blogs o envían tareas por Whatsapp o e-mail.

Las opiniones son diversas. Que con una actividad diaria sería suficiente. O unas pocas horas al día. Que basta con algún repaso de lo aprendido para que los chicos solo se mantengan conectados con la escuela.

En algunos casos, la exigencia escolar es muy alta. Algunas llegaron a poner en marcha hasta cuatro clases virtuales por día, simultáneas para todos los grados. En otros, toman asistencia y los chicos deben usar uniforme.

Pablo González tiene dos hijas, en jardín y en primaria. Consideró que “con un equilibrio, las clases son buenas pero en exceso, solo generan aun más estrés”.

En muchos casos, las familias son monoparentales y no cuentan con todos los recursos tecnológicos. Además, hay padres con el llamado “home office” en los mismos espacios donde los chicos desarrollan las tareas.
María Juárez analiza las actividades escolares como madre y como docente de nivel primario.

“Como maestra, trato de focalizar en que las familias tienen otras preocupaciones y que los chicos tienen que seguir aprendiendo”, reconoció y agregó: “Cómo mamá practico la paciencia, intentado que hagan las tareas”. “Hay que ver videos, leer artículos y no todos pueden. Como maestra envío actividades mediante mensajes de Whatsapp y respondo todo el tiempo. Se hace lo que se puede”, planteó.

Muchos padres consideran que las tareas sirven para “sacar un poco a los chicos de la computadora” pero prefieren no estar sujetos a horarios ni armar un cronograma. Regular las actividades diarias parece ser la consigna. Manuela Redondo relató: “Intento sacarles presión. Cuando veo que están aburridos, los siento y hacemos tarea”.


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