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Tendencias que son furor en Las Grutas

Fiebre maradoniana, tapabocas coloridos y sanitización con ozono están en el primer puesto de la moda.

Las Grutas vive un verano atípico, porque la pandemia impide distenderse como otros años y hay que seguir pendientes de los protocolos, pero la ciudad está repleta de colorido y tendencias. De esas que convierten las playas en un desfile de estilos que tal vez solo duren hasta la finalización de la temporada.

Algunas modas, sin embargo, llegarán para quedarse, al menos por lo que resta del año. Como la “fiebre maradoniana” que, tras la pérdida del ídolo, se instaló en remeras, estampas, pulseras y accesorios. Estas vacaciones, todo remite al “10” que el futbolista supo llevar en su espalda.

De allí que en estas costas puedan verse desde musculosas que hacen las veces de vestidos playeros hasta gorras y pañuelos que reflejan el número y los colores de la camiseta del Diego. Ese homenaje se hizo extensivo a varones, mujeres y chicos de todas las edades, que lucen con orgullo.

Otro de los detalles top es netamente femenino. Es que se impusieron, con más fuerza que otros años, los camisacos o vestidos camiseros, que, reversionados para gozar del sol, se usan con la bikini o la enteriza abajo, para llegar con estilo a la playa y, luego, lucir frescas e impecables al pasear por la peatonal.

Y para las que no las compraron con anterioridad, en la arena algunos vendedores, con carros de cuatro ruedas y estructuras de hierro en las que cuelgan perchas, las ofrecen. Entre los modelos, las telas blancas o claras con bordados, tipo hindú, las camisas estampadas y batik son las que reinan.

Los anteojos de sol son los accesorios estrella y no hay edad para estar al grito de la moda.

Por otro lado, el inevitable barbijo, que es el accesorio de estos tiempos pandémicos, aparece en distintas modalidades y diseños. Y los chicos no se quedan afuera de esta necesidad, aunque los dibujitos que estampan sus tapabocas contrastan con los colores neutros que eligen los adultos.

El sombrerito de pescador, o piluso vuelve a estar de moda en las playas del país, y después de un tímido desembarco 2020 en el sur, ahora sí ya es masivo. Los vendedores ambulantes los ofrecen. Para trasladarlos llevan una pila alta sobre sus propias cabezas, y muestra la diversidad de colores. Los preferidos este verano son los colores flúor.

Los anteojos de sol son otros de los accesorios estrella, y los modelos retro siguen encabezando las preferencias. Lamentablemente, aunque su venta se desalentó a nivel nacional y provincial, muchos optan por versiones de gafas muy económicas, pero que no brindan protección, porque sus vidrios, al no contar con filtros adecuados, ponen en riesgo la salud ocular.

Modelos para todos los gustos se venden en la playa. Económicos pero sin los filtros adecuados.

Siguiendo con los clásicos de los veranos, las que siguen reinando en este 2021 son las trencitas que se imponen en las cabezas de nenas, jóvenes y adolescentes. Es que permiten mantenerse peinadas sin esfuerzo y son sinónimo de vacaciones.

Volviendo a la indumentaria de playa, este año, tal como ocurre desde hace un tiempo, están pisando fuerte las mallas enterizas. Claro que las amantes de las dos piezas no decaen, y, aunque muchas optan por las enteras, las bikinis ganan la partida.

Por último, el dato de este año es la existencia de una cabina de ozono, que los concesionarios de la cuarta bajada instalaron para que los turistas pudieran sanitizarse de cuerpo completo, para alejar al covid.

Hay una cabina de ozono, en la cuarta bajada para sanitizarse.

El sistema usa gas ozono para destruir microorganismos y virus. Está en las instalaciones del parador, y puede ser utilizado por el público que quiera someterse a una asepsia mayor a la que brindan el lavado de manos y el uso del alcohol en gel.


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