Terapias de Neuquén al límite, con rechazo de derivaciones e internaciones en guardias

Zapala, La Angostura y Loncopué ya habían emitido comunicados alertando a los vecinos y ayer se conoció que el mismo panorama se vive en el Castro Rendón, hospital más grande de la provincia.

Las terapias de los hospitales de Neuquén están al límite, con 96% de ocupación, algo que ya vivimos el año pasado, pero esta vez hay aspectos que aumentan la preocupación. Uno es que la suba de casos fue casi una explosión, porque se dieron en pocos días, otro es que fue en simultáneo en toda la provincia, y el tercero es que conviven con los cuadros que no son Covid, que habían bajado en 2020 por aislamiento. «El sistema sanitario está al borde del colapso», advirtió Silvia Alegría, la jefa de terapia intensiva del hospital cabecera, el Castro Rendón, y sus colegas coinciden.

Además, desde Zapala alertaron que ya hay pacientes internados en guardias cuando necesitan terapia. La cantidad de camas disponibles es un misterio que Provincia se encarga de mantener, con algunos privados asegurando que les prohibieron dar este número.

El primera alerta vino de la terapia intensiva de Zapala, la semana pasada. Mientras la provincia tenía un 83% de ocupación de camas de las unidades de terapia intensiva (UTI), el «Dr. Jorge Juan Pose», vacilaba en un 95% que, alguna veces, llegaba al 100% y obligaba a hacer derivaciones. Ahora, hasta este punto ya se complicó porque, según confirmó Alegría, el Castro ya tuvo que rechazar pacientes por falta de camas.

La profesional, en charla con Telefé Neuquén, marcó que el pico de aumento de ocupación de camas se dio este fin de semana. Las cifras de los partes diarios del comité de emergencias la respaldan. Mientras el viernes el porcentaje de ocupación de UTI era del 88%, durante el fin de semana trepó seis puntos hasta terminar el domingo con 94%.

Fue también durante el fin de semana que se difundieron los comunicados de los hospitales de Villa la Angostura y Loncopué. Este último indicaba que tenía cubierta la internación al 100% y que no había podido derivar a Zapala por falta de camas, pero la situación había empeorado porque les informaron «que no existe ninguna cama disponible en los hospitales de Zapala ni Neuquén, ni tampoco en clínicas privadas«.

Además, se conoció un nuevo comunicado, pero del equipo de Guardia del Pose, que da cuenta que debieron realizar de tres a seis derivaciones diarias, con algunos pacientes esperando horas porque se vio sobrepasada la capacidad de respuesta del grupo encargado de los traslados. Sin embargo, el dato más alarmante fue el de una persona intubada que permanece en la guardia, por falta de lugar y la aseveración de que la escena se repite en otros hospitales.

Los hospitales también coincidieron en el incremento de las consultas respiratorias y en uno de los aspectos más descriptivos de la segunda ola: la juventud de los pacientes. La jefe de terapia del Castro explicó que, a diferencia del año pasado, la mayoría de los internados rondan entre los 30 y 40 años y no tienen factores de riesgo previos. Contó que, cuando llegan a precisarla, se mantienen muchos días con respiración mecánica y, luego, tienen que enfrentar una lenta recuperación.

Uno de los referentes sanitarios de la zona sur de la provincia resaltó que este punto se le suman los focos de contagios simultáneos, cuando el año pasado se habían dado casi por región. Hubo una fuerte concentración en Loncopué en abril, alto impacto en la llama zona metropolitana (Neuquén, Plottier y Centenario) durante los meses de invierno y traslado del núcleo de contagios a la cordillera durante la temporada de verano (con la aclaración de que los positivos eran vecinos y no turistas). La sincronización achica la posibilidad de traslados a sectores más «aliviados».

La falta de camas se profundiza con la atención no Covid, que el año pasado fue casi nula por el aislamiento (se redujeron siniestros viales y hechos de violencia), más la suspensión de cirugías que no fueran urgentes. En el caso del Castro Rendón, además, deben dejar camas para las patologías complejas que solo se atienden en este centro público, como las oncológicas.

Desde septiembre, la solución para habilitar más camas fue recurrir a profesionales que enviaba Nación, lo que hoy también se muestra complejo porque el panorama neuquino es similar al de las otras provincias. Dentro de «casa» el conflicto de salud, que protagonizaron los autoconvocados y que obligó, por ejemplo, a cerrar el área Covid del hospital Heller, no cesó. Uno de sus antecedentes fue el pedido de amparo de 11 terapistas del Castro, al que le siguieron renuncias de este grupo y de profesionales de otros sectores, como la guardia, porque en el sector privado les pagaban más.

«Estamos con la dificultad de incorporar recurso humano para enfrentar la demanda que se nos viene», lamentó la jefa de terapia del hospital más grande de Neuquén.

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de clínica médica tiene el Castro Rendón según la jefa de Terapia Intensiva, Silvia Alegría.


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