Tiene 16 años, 43 causas policiales y escapó con el cuerpo enjabonado
Fue recapturado y ahora la Justicia dispuso que no pueda salir de su celda y que un guardia se dedique especialmente a custodiarlo. La intención es que sea trasladado a un centro de máxima seguridad.
EN MAR DEL PLATA
Un adolescente que cuenta con unas 43 causas policiales y que se había escapado de un Centro de Menores en las afueras de Mar del Plata, tras atravesar las rejas del predio con el cuerpo enjabonado, fue recapturado en las últimas horas.
Fuentes policiales informaron a DyN que el chico de 16 años fue detenido en la tarde de ayer al ser allanada una casa de la calle Termas de Río Hondo al 3200, del barrio Belisario Roldán.
El joven se había fugado el sábado 26 de diciembre del Centro de Menores que funciona en la localidad de Batán, donde llevaba recluido 22 días.
La policía informó ese día que el adolescente se escapó atravesando las rejas con su cuerpo enjabonado.
Una hora más tarde se fugaron otros dos internos del mismo centro de menores saltando uno de los paredones perimetrales.
El adolescente fue detenido el 4 de diciembre pasado luego de herir de un balazo a un chico de 12 años durante el robo a una casa.
Tomó intervención el fiscal Walter Martínez Soto, titular del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil en turno.
El adolescente fue alojado en el Instituto Cerrado de Menores de Batán, el mismo lugar de donde se había escapado. Pero esta vez, la jueza de Garantías de Menores, Fernanda Di Clemente, dispuso medidas especiales de seguridad para evitar una nueva fuga: no podrá salir de su celda y un celador estará dedicado a custodiarlo.
La fuga del menor generó, una vez más, fuertes cuestionamientos a la vigilancia de los celadores.
Cómo fue la fuga y detención
El menor se escapó el 26 de diciembre a la tarde. Según la reconstrucción de los investigadores, estaba lavando ropa cuando cubrió su cuerpo con jabón para pasar por un estrecho espacio y así acceder a otro sector del Instituto Cerrado de Menores de Batán. Desde ahí, aún no está claro cómo escapó. “Parece que le hubieran abierto la puerta para que se fuera”, confió una alta fuente consultada.
Dos horas después de su fuga, los celadores denunciaron que el menor se había ido. Tuvo ese tiempo de ventaja para esconderse.
Una vez que se conoció el escape, la causa quedó a cargo a cargo de Martínez Soto. El fiscal y el equipo de investigadores del gabinete de Minoridad de la Coordinación Departamental de Investigaciones (CDI) comenzaron a trabajar en su recaptura. Desde un principio, la Policía realizó un “trabajo de campo” que consistió en seguir a sus conocidos y familiares. Varias versiones aseguraron haberlo visto en el barrio Centenario, donde viven sus amigos. Pero a pesar de los testimonios, el menor no podía ser atrapado.
Con el avance de los días, los investigadores averiguaron que algunos de los familiares del adolescente se habían mudado. Y empezaron a buscar esa nueva dirección.
Ayer a la mañana, después de nueve días, los efectivos del CDI pudieron determinar que el menor se estaba ocultando en una casa ubicada en Ternas de Río Hondo al 3200. Enseguida se lo comunicaron al fiscal del caso. Con la información contundente, Martínez Soto le solicitó ayer a la mañana a la jueza de Garantías, Fernanda Di Clemente, la orden de allanamiento para la casa ubicada en el barro Belisario Roldán.
La magistrada autorizó el procedimiento y ayer a la tarde el fiscal encabezó el operativo junto a investigadores del CDI. “Antes de entrar a la casa, efectivos de civil pasaron por el lugar y lo vieron que estaba en la puerta”, confió un investigador. Con el menor en el lugar, ayer pasadas las 15, la Policía ingresó en la casa y lo detuvo. Estaba junto a su madre, una hermana y un novio de ésta. “La familia no lo protege. Es un situación realmente difícil para la madre y todo su círculo cercano. No saben qué hacer”, reveló una fuente judicial consultada.
Un vez que fue detenido, el adolescente fue trasladado a Batán, donde quedó alojado bajo especiales medidas de seguridad. Las dispuso la jueza Di Clemente, quien ayer a la tarde fue hasta el Instituto Cerrado para llevarle un claro mensaje a las autoridades y celadores encargados de cuidarlo: si algo le pasa al menor o vuelve a escaparse tendrán que hacerse responsables.
Agencia DyN y La Capital de Mar del Plata
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