Todas las formas de pasarla bien en el río Negro

Muchos turistas eligen sus balnearios para descansar y disfrutar del día en familia. Caminatas, deportes y hasta tai chi, algunas de las actividades que se proponen.

Cada día que pasa en el verano, los balnearios del río Negro van cobrando fama como un pequeño centro turístico. Suelen convertirse en el lugar ideal para aquellos que sólo pueden hacer uso de las alternativas públicas. Además, la bendición de contar con servicios permite a muchos visitantes hacer base y desde allí planificar paseos por el sector del corredor de playas marítimas.

No importa si los días son ventosos o si la piel se eriza cuando las brisas vienen desde el cuadrante Este. La tupida vegetación de sauces y mimbres y la sinuosidad de sus playas se combinan para que un microclima les abra el camino y hacer las paces con el relax, el placer y el buen estado de ánimo.

Cualquier actividad veraniega es buena: los chapuzones, las partidas de tejo en el césped, intentar ganarle a la corriente remando un kayak o practicar las relaciones sociales. Los más jóvenes consideran toda una proeza utilizar como trampolín el muelle de calle Colón, mientras que otros suelen optar por estacionar su auto en la vereda y escuchar música a todo volumen.

La venta ambulante está a la orden del día. Eduardo es un joven oriundo del Alto Valle que se encuentra en el Hogar Encuentro con Dios, una organización no gubernamental de esta ciudad con el desafío de ganarle a su adicción a la drogas. Todas las tardes apa

rece con su canasta y exquisitos panificados procurando ayudar y ofrecer un complemento a la hora del mate. Los churros también se van como el agua que corre hacia el mar. Mariel cuenta que los días de mayor afluencia no les alcanzan las 30 docenas que le dejan en su quiosco ambulante. «Contienen crema de leche en la masa y los vendo a siete pesos», contó.

El disfrutar del río se ha transformado una sana costumbre para otro sector de la comunidad, organizado como tal. Se trata de quienes integran el grupo denominado «Tercera Juventud».

Por la mañana bien temprano suelen reunirse con los coordinadores de la Red Rionegrina, emprender caminatas por todo el paseo y luego practicar tai chi, un ejercicio físico de origen oriental que se caracteriza por movimientos pausados que benefician los aparatos circulatorio y respiratorio. (AV)


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