Triste
Triste no es que el 1% más rico patalee cuando se le quieren cobrar impuestos, y parar sus tramoyas de contrabando y eludir sus obligaciones… sino que un trabajador o clase media apoye a sus políticos ¡y sus políticas!
El desclasado hace más daño social que su propio verdugo, porque termina legitimando a quien lo va a someter de todas las formas posibles; no solo a él, ¡sino al 99% de la sociedad!
Gracias a estos “desclasados” tenemos que soportar la miseria a la que se somete al 50% de nuestros hermanos en toda la Nación. Y por supuesto no se hacen cargo de nada. Les inocularon un odio que no pueden siquiera manejar, por falta de lectura e información.
Los desclasados terminan siendo el grupo de choque que usa el poder concentrado para mantener y agrandar sus privilegios, son nuestros amigos, parientes, vecinos…
¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Qué hacer para convencer que están pegándose un tiro en el pie cada vez que apoyan al poder concentrado? Es muy difícil decir sobre el cómo hacer para abrir los ojos de los desclasados;_el trabajo que han hecho a sus cabezas es brillante, porque en la edad media se sabía que había que enfrentar a los verdugos;_y ahora, en pleno siglo XXI, van solos como corderos a poner su cabeza, y ¡de verdad creo que no se dan cuenta! Pero en ese “no se dan cuenta”, sus actos de votar al verdugo, hace que nos lleven a todos hacia el cadalso.
¿Quedan esperanzas? Y sí. Es lo ultimo que debemos perder. Hay pueblos enteros como Chile, Bolivia, Perú, pronto Brasil, y tantos otros que no se resignan a ir a poner la cabeza ante sus verdugos.
No se trata de derechas o izquierdas; es el poder concentrado en el 1% de la humanidad, y el 99% que debería comprender de qué se trata todo esto.
Jorge L. Fernández Avello
DNI 12.862.056
Bariloche
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