Un año de prisión en suspenso por golpear a su ex pareja y a un amigo en Loncopué

Fue un acuerdo entre la fiscalía y la defensa por un hecho ocurrido en marzo en Loncopué.

Un hombre admitió su responsabilidad en la agresión a su ex pareja y a un amigo de ella, y aceptó ser condenado a un año de prisión en suspenso. Además, a pedido de la fiscalía, será inscripto en el registro provincial de condenados por hechos de violencia familiar y de género.

La condena recayó sobre Jonathan Encina, un vecino de Loncopué que el 20 de marzo pasado alrededor de las 20:30 golpeó a su expareja, la amenazó, y lo mismo hizo con un amigo que la acompañaba.

La causa, caratulada en un principio como tentativa de femicidio, giró a una calificación menos grave: amenazas simples y lesiones leves agravadas en contexto de violencia de género.

El defensor Lucas Guíñez propuso una suspensión de juicio a prueba pero, según explicó el fiscal Marcelo Jofré, la política del Ministerio Público Fiscal de la provincia es que los casos de violencia de género deben resolverse en juicio.

Lo que hubo hoy fue un acuerdo pleno, antes llamado juicio abreviado, en el cual el imputado aceptó su responsabilidad en el hecho y la pena de un año de condena de cumplimiento condicional, más una serie de reglas de conducta a cumplir durante dos años.

Encina se conectó a la audiencia por teléfono y, con monosílabos, ratificó que aceptaba la resolución. Ya había sido asesorado por el defensor Guíñez.

Su ex pareja, cuya identidad se mantiene en reserva, también participó y fue una excelente demostración de que los ritos y el lenguaje judicial son una barrera más para el acceso a la justicia.


«¿Va preso, tiene domiciliaria?»


«Yo quiero saber qué pasa en ese año, si va preso, si se queda preso en la casa, o qué tiene que hacer», preguntó con insistencia la joven, que no alcanzó a entender lo que se había resuelto. Aseguró que la fiscalía no la había contactado en forma previa para informarle sobre el acuerdo. «Me sentí sola, sin acompañamiento» desde que ocurrió el hecho, dijo.

Con mucha paciencia, la jueza Bibiana Ojeda intentó ser lo más clara y didáctica posible y buscó una manera llana de explicarle de qué se trata la prisión condicional y las reglas de conducta: «él está condenado pero no va preso, a condición de que cumpla las reglas de conducta», le tradujo.

También le amplió el concepto de las reglas de conducta, en especial la prohibición de acercamiento a menos de 200 metros.

De paso, se lo remarcó al imputado Encina: «la obligación es suya. Si por casualidad se cruzan, el que se tiene que alejar es usted», le advirtió.

La ex pareja tiene un hijo en común. La jueza le dedicó un tiempo a asesorarlos sobre los trámites necesarios ante la justicia de Paz y la justicia de Familia para acordar el régimen de visitas.

La víctima abandonará la localidad en las próximas horas para radicarse en otra ciudad de la provincia, según dijo en la audiencia.


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