Un crudo relato tras sobrevivir a un intento de femicidio

"Hoy volví a nacer", dijo Magdalena quien la noche del domingo recibió un disparo de arma de fuego a través de la ventana de su casa propinado por su expareja. Se salvó por milagro.

“Siempre me decía: yo nunca a vos te voy a hacer nada. Nunca te voy a tocar”, recordó ayer Magdalena Maragaño. Pero su expareja no cumplió su palabra. La mujer estaba aún conmocionada por lo que había vivido en la madrugada de ayer. Había dormido pocas horas y el temor se percibía en su mirada, en sus palabras y el movimiento de sus pies inquietos. “Hoy, volví a nacer”, afirmó y respiró hondo.

Magdalena estaba con sus dos hijos de 4 y 11 años, cuando un estampido retumbó minutos después de la medianoche, en la vivienda de la calle Fagnano casi John O´Connor del barrio 10 de Diciembre. Un proyectil dio en una pared, a corta distancia de la humanidad de la mujer. “Impactó a la altura de mi cabeza”, indicó la mujer a “Río Negro”. Explicó que cuando le dispararon colgaba ropa, en el comedor. A pocos metros estaba su hijo pequeño.

Por el ataque está detenido su expareja, Carlos Alberto San Martín que hoy tendrá la audiencia de formulación de cargos.

La víctima relató ayer que la primera amenaza la recibió el domingo a las 21 por un mensaje de audio, que mandó por WhatsApp desde un celular, que no era el de su expareja . El sujeto la culpó por la rotura de su teléfono. “Me tenés repodrido…Te voy a volar la cabeza”, fue el mensaje del hombre, relató Magdalena.

Decidió cerrar los postigos de la ventana del comedor, que está orientada a la calle Fagnano, como medida de prevención. En enero pasado, el sujeto le había roto los 6 vidrios de la casa y la mujer denunció el ataque en la fiscalía. Por eso, al hombre le impusieron una prohibición de acercamiento a la mujer.

La víctima afirmó ayer que los hostigamientos continuaron. Dijo que cada semana recibía un mensaje intimidante para saber dónde estaba o con quién se encontraba.

“Estuvimos juntos cinco años y en diciembre nos separamos. Pero él no quiere aceptarlo”, sostuvo la mujer. Dijo que su expareja le advirtió que “no esté con nadie más”. Durante la convivencia tuvieron un hijo, que estaba en la cocina cuando ayer le dispararon. “Nuestro hijo estaba ahí y no le importó”, afirmó, indignada.

Dijo que el disparo lo hizo desde la vereda, frente a la vivienda. Un vecino escuchó el estruendo y salió a la vereda a mirar qué pasaba. Allí, observó a un sujeto que salió corriendo y unos perros lo siguieron. El testigo identificó al hombre y lo vio subirse a una camioneta utilitaria.

De inmediato, le avisó a la mujer, que denunció el ataque. Pocos minutos después, policías llegaron al domicilio y con los datos que recolectaron organizaron un operativo de búsqueda. Interceptaron al sospechoso a menos de 10 cuadras y lo detuvieron.

La mujer dijo que se enteró de que le secuestraron un arma de fuego. “Gracias a la Policía que me ayudó”, dijo la víctima. “Fue un verdadero milagro. Volví a nacer”, afirmó Magdalena.


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