Un paréntesis obligado

El luctuoso episodio ocurrido el miércoles pasado durante la protesta docente en Neuquén, vuelve a sumergir al país en un manto de desaliento y dudas en el terreno social, camino a las elecciones presidenciales de octubre. No faltan antecedentes de hechos gravísimos que desembocaron en finales abruptos para administraciones políticas de distinto signo: una revuelta civil acabó con el mandato del radical Fernando de la Rúa, en diciembre del 2001. Los asesinatos a mansalva de los piqueteros Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, en junio del 2002, apresuraron la salida del peronista Eduardo Duhalde.

¿La muerte del profesor de química Carlos Fuentealba, frustrará las aspiraciones del gobernador Jorge Sobisch, del MPN, pivote no asentado para encabezar un polo de centro derecha? El ministro del Interior, Aníbal Fernández, minimizó las posibilidades del neuquino. Y Mauricio Macri, que fungía de socio pero ahora está concentrado en la pelea porteña del próximo 3 de junio, tomó distancia de la represión salvaje al señalar que Sobisch debe dar explicaciones y volvió a dialogar amigablemente con Ricardo López Murphy.

«¿Cómo estamos, nene?», quiso saber el viernes Sobisch cuando habló por teléfono con Mauricio Silva, el responsable de juntarle adeptos en la provincia de Buenos Aires y la capital federal, horas después de que el grupo extremista «Quebracho» saqueara y quemara el local partidario de Moreno y Salta, en la ciudad de Buenos Aires.

La ocasión fue propicia para que ambos repasaran el nuevo cuadro de situación que atravesará mañana otra prueba de fuego: el paro nacional de los maestros con movilizaciones y el respaldo simbólico de la CTA y la CGT, de Hugo Moyano.

La conclusión, según reveló Silva a «Río Negro», fue: la campaña presidencial quedó en segundo plano. Sobisch se hará cargo de su decisión de desalojar la ruta y de determinar la culpa del policía que disparó la granada de gas lacrimógeno desde dos metros. Si pasamos el lunes y no se muere nadie más dijo y si como prevemos el 3 de junio (Jorge) Sapag gana en Neuquén, habrá un cambio radical de escenario y expondremos nacionalmente el debate orden o caos.

En el cuartel de Sobisch se admite que existe «desesperación» por los acontecimientos, mientras crece la enemistad con Macri, al que le pronostican «una gran derrota» en junio. La prioridad machacan es resguardar el poder provincial, contra las movilizaciones de Hugo Yasky (al que vinculan con el ministro de Educación, Daniel Filmus), Moyano y «Quebracho».

La religión del dolor es respetada en el mundo. Todos se rinden y se quedan sin argumentos ante el terrible crimen de Fuentealba, pero no por ello dejan de lado sus posiciones, irreconciliables a simple vista. La intransigencia docente se hizo más agresiva en la Patagonia incluso en Santa Cruz, la militarizada provincia del Presidente, a partir del anuncio de Filmus, ante de lanzarse a la liza electoral, de garantizar un piso de 1.040 pesos mensuales. Esto se encargó de remarcarlo Roberto Lavagna.

En el MPN apuntan que nadie recuerda hoy el asesinato del policía Jorge Sayago, en Santa Cruz, durante los reclamos de los trabajadores petroleros para incrementar sus salarios, que son de los mejores del país. «Sabíamos que nos querían tirar un muerto», reconoce Silva, quien alienta la esperanza de sostener en el tiempo la campaña presidencial (junto con menemistas, duhaldistas y pattistas, entre otros), con discursos en contra de los cortes y los piquetes.

El foco sobre la rebelión de maestros en Neuquén disipó los interrogantes sobre la ausencia del presidente Kirchner en la ceremonia central que se hizo en Ushuaia, a 25 años del comienzo de la guerra de las Malvinas. Oficiosamente, se dijo que nunca pensó en asistir, pero en «off» se aceptó que no quería pasar un mal momento ante empleados docentes y patagónicos. Lo que resultó inexplicable fue la actitud de las autoridades del canal 7, que no transmitieron en directo el acto encabezado por el vicepresidente y candidato a gobernador bonaerense, Daniel Scioli.

Si finalmente Sobisch no consigue hacer pie, habrá una deserción más para octubre. Replegado Macri a la ciudad de Buenos Aires e imposibilitado el neuquino, podría recuperar chances Ricardo López Murphy, interesado en ganar el favor de Macri y desplazar a Roberto Lavagna, quien construye bajo el sello de la UCR y el apoyo de ex duhaldistas. La otra postulante es «Lilita» Carrió, del ARI, por estos días enfrascada en flexibilizar su postura para que Enrique Olivera cierre un acuerdo en la capital federal con el intendente Jorge Telerman, que ofuscaría a Kirchner.

Para los políticos argentinos, parece acertada la letra de la canción de Mercedes Sosa: cambia lo superficial/ cambia también lo profundo/ cambia el modo de pensar/ cambia todo en este mundo.

 


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