Un pasajero nos cuenta cómo es el regreso al país con medidas por coronavirus
Filas, barbijos y pedidos de no usar el celular. Un pasajero que regresó a Argentina le cuenta a "Río Negro" las medidas que se toman en el aeropuerto internacional de Ezeiza.
El barbijo solo se recomienda para quienes tengan síntomas respiratorios. (Gentileza).-
Amontonamiento. Alguna persona con barbijo. Una declaración jurada sobre el estado de salud. El panorama de llegada al país en el aeropuerto de Ezeiza es muy distinto desde que se comenzaron a aplicar medidas especiales por el coronavirus. Un pasajero lo cuenta para «Río Negro».
La primera acción que se toma, dentro del avión, es el reparto de una declaración jurada de salud a cada pasajero. La persona debe completar todos sus datos de forma obligatoria y consignar los países por los que pasó, con la fecha correspondiente. También debe anotar lugar de alojamiento en el país, con referencia incluida, y el número de asiento en el que viaja, probablemente para controlar entre aerolíneas.
Papel en mano, los pasajeros bajaron del avión y se encontraron en un pasillo con los de otros vuelos. Se formó una fila de unos 300 metros que avanza lentamente e incomoda a muchos. Se pide que nadie utilice su teléfono. En la misma, hay quienes usan barbijo, medida solamente recomendada para quienes tengan síntomas respiratorios.
Las personas de edad avanzada y quienes tienen hijos pasan primero. Al resto solo les queda esperar hasta llegar por el control y, si todo está en orden, poder salir de Ezeiza con la confirmación de haber aprobado uno de los filtros sanitarios del país.
Sin embargo, eso no evita que quienes han arribado desde países con circulación interna de coronavirus (en Argentina no hay casos autóctonos) deben estar en aislamiento social por 14 días de forma obligatoria.
Finalmente, una hora después los pasajeros lograron salir de la fila. Antes tuvieron que pasar por la cámara térmica y entregar su declaración jurada de salud, con los datos de contacto. El nerviosismo pasa, las valijas llegan y cada quien continúa en un nuevo medio de transporte hacia otro destino, tan vez, con más controles.
El control térmico
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