Una campaña que puede ser muy cara

La rebeldía contra Cammesa, los aumentos de la tarifa y el crédito que el gobierno provincial desconoció forman un caldo crítico en CALF.


Esta semana se confirmó que la cooperativa eléctrica de Neuquén está en crisis. En CALF esa condición no es una novedad. Su historia lo confirma. Sin embargo, la velocidad con la que esta vez consiguió llegar al estado de turbulencia es inédita. Las malas decisiones tomadas, fundadas apenas en caprichos, y la voracidad de la administración del sistema eléctrico nacional ponen a la distribuidora contra las cuerdas y deja a casi 100.000 usuarios de rehén.

En poco más de cuatro meses CALF acumuló una deuda con Cammesa que supera los 400 millones de pesos y que, según el financiamiento que se negociaba con el Ministerio del Interior, podría alcanzar los mil millones de pesos en cuatro años.

Podría decirse que la cooperativa entró sola al matadero. Su presidente, Carlos Ciapponi, asesorado por sus colaboradores más cercanos, decidió declararse en “rebeldía”, cuestionar el valor que la energía alcanzó con los tarifazos de Nación (más de 2.000% en tres años) y no pagar los aumentos que reclamaba Cammesa.

El motivo: el aumento de la morosidad en los usuarios que, entre planes y falta de pago, se calculó en un 30%. La falta de pago de los aumentos y los siderales intereses del organismo nacional crearon la bomba de tiempo.

Pero en el círculo rojo de CALF evaluaron la medida como “exitosa”. Lo calificaron así por la reacción desatada en todo el país y que hasta tuvo un tuit del presidente Mauricio Macri criticando la facturación de las cooperativas. A favor de CALF está la reputación de Cammesa.

El funcionamiento de la administradora está bajo la lupa constantemente. Incluso en el último apagón. Pero el caso más cercano es el de Río Negro donde el gobierno provincial sospecha de un intento por trasladar la abultada deuda de Edersa a las cuentas públicas.


El MPN ha hecho la vista gorda a la situación y se defendió al indicar que no es parte interesada, aunque lo será si, como dice, gana el 22 de septiembre.


El servicio eléctrico en la ciudad de Neuquén es potestad del Municipio. Pese a que CALF agitó la bandera de no aumentar, por debajo se giró casi de inmediato los pedidos de modificación de la tarifa. En el sector se llama “pass through” porque es de aplicación inmediata: tanto los acuerdos salariales como el valor de la energía deben trasladarse a las facturas en forma directa, no hay ganancia para la distribuidora.

El intendente Horacio Quiroga, quien el viernes reiteró sus sospechas sobre la cantidad e idoneidad del personal de la cooperativa, se negó a firmar los aumentos. Recién lo hizo esta semana. Fue después de desatar una guerra política al señalar que la deuda se pagaría con un crédito tomado por Provincia que se trasladaría a los usuarios.

La deuda acumulada tiene, al menos, dos responsables. Por más que se intente ocultar, las recomendaciones que le acercaron a Ciapponi y las decisiones de Quiroga fueron parte del clima electoral.


El elevado precio de la tarifa eléctrica deja fuera de sistema a tres de cada diez neuquinos y que, con la nueva suba ya criticada por comerciantes e industriales, podría incrementar la sangría.


El titular de CALF llegó a armar un partido con sus iniciales y a afirmar públicamente que quería ser intendente. Ayer no solo declinó la posibilidad sino que renunció a la presidencia de la cooperativa. Quiroga, en tanto, irá el mes que viene por su segunda elección.

Pero existe un tercer responsable directo: el elevado precio de la tarifa eléctrica que deja fuera de sistema a tres de cada diez neuquinos y que, con la nueva suba ya criticada por comerciantes e industriales, podría incrementar la sangría. Como señalan algunos concejales además de los tarifazos hay que posar la lupa en la boleta de CALF donde hay tasas municipales porcentuales y un costo de servicio que solo un puñado de personas en la ciudad pueden explicar.

Esta marejada cuenta con la vista gorda del gobierno provincial. Pese a que el gobernador Omar Gutiérrez niega que estén participando de un acuerdo para tomar un crédito que salve la deuda, argumentando que no son poder concedente, sí conocen las negociaciones que CALF y el candidato del oficialismo Marcelo Bermúdez vienen manteniendo en Cammesa.

Resulta por lo menos llamativo que el MPN busque mantenerse al margen cuando está convencido de que ganará la ciudad el 22 de septiembre y, por lo tanto, será poder concedente.


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