Una cápsula del tiempo para entender este 2020

Los alumnos de segundo año del Colegio Santa Teresa de Jesús, de Neuquén hicieron una cápsula del tiempo para que dentro de 50 años sepan cómo vivimos la pandemia de Covid-19. Ellos mismos escriben. Y nos describen.

Redacción

Por Redacción

¿Cómo contarle a las generaciones futuras este momento que estamos viviendo? Cómo contar las distancias, la añoranza del tiempo pasado con los abuelos, las aulas vacías, cómo explicar que nos volvimos seres virtuales, que dejamos de vernos de un día para el otro, que la pantalla se volvió nuestra ventana al mundo, y al vecindario.
Eso fue lo que le planteó Anabel Añez, a cargo de Lengua y Literatura, a los dos cursos de segundo año de colegio Santa Teresa de Jesús, de Neuquén en el que da clases. Pensar primero, leer textos después y luego escribir sobre estos días.


No es el desánimo lo que leerán dentro de cincuenta años quienes abran esta cápsula del tiempo en esa escuela neuquina. Este grupo de adolescentes, que sí extraña no ver a sus abuelos, los festejos de los cumpleaños, ir a la escuela para verse, o hacer deportes, es el medio lleno: resaltan el tiempo que pasan con sus familias, revalorizan la escuela, los vínculos que se crean ahí, el uso del tiempo y el cuidado del medio ambiente que llegó naturalmente de la mano de la cuarentena.
Pero esperan que esas generaciones futuras que abran la cápsula estén viviendo un mundo más justo, equitativo, menos discriminatorio, más igualitario.
Añez aprovechó los encuentros virtuales con sus alumnos para proponerles la idea. Y todos se entusiasmaron. Leyeron algunos textos testimoniales, para aprender cómo es ese registro. “Como la consigna era contar cómo vive un adolescente de esta época, les gustó porque les significaba hablar de ellos mismos, de lo que sienten, de cómo ven la realidad. Y les sirvió para hacer catarsis de lo que estaban atravesando”, cuenta Añez.

La docente que llevó adelante el proyecto.


Los temas más recurrentes de los textos -explica la docente que repartió su tiempo entre cuadernillos que se enviaban a la casa y clases virtuales- fueron “los sentimientos (casi todos hablaban de cuánto extrañaban a abuelos, tíos, primos, amigos); pasar cumpleaños sin poder reunirse; la revalorización de la escuela, y de la modalidad presencial. A casi todos también les preocupa la cuestión de la discriminación, y el bullying en las redes sociales, que son muy crueles. Eso fue un tema recurrente. Rescataron la revalorizacion de la familia, el vínculo con esa familia directa, el uso del tiempo y el poder hacer actividades que en otro tiempo no hubieran hecho”.

Los textos ya están descansando en la cápsula, esperando que llegue el futuro para que desde ese tiempo, nos entiendan y sepan lo que nos pasó.

Mirá algunos extractos:

Voy a hablar de los pros y contras durante este tiempo según mi punto de vista.
Empecemos por los pros. Para muchos es un gran beneficio poder hacer todo desde la comodidad de nuestras casas, por mi parte me encanta poder estar horas jugando a la play o viendo series sin tener que seguir horarios. Podemos hacer más actividades que nos gustan, pasar tiempo con nuestras familias, descubrir nuevas habilidades, ver mil series y películas, y hacer las tareas según nuestra propia organización. Realmente es muy cómodo. Pero, por otro lado, hay que pensar en que quizás no todos tienen esa comodidad, no tienen ingresos constantes o no pueden conectarse para seguir educados. También nos aleja de nuestras familias a distancia, quizás también de algunos lugares que amábamos visitar y ahora no podemos, extrañamos a nuestros amigos, extrañamos ir al cine o juntarnos entre muchos.

Sofía Molina- 2º B


Corre el año 2020 y me toca vivir una época compleja. Una sociedad consumista que le da más valor a las cosas materiales y superficiales. A las apariencias, antes que a los sentimientos. Donde la mayoría de los adultos trabaja todo el día para conseguir bienes materiales y quedan agotados, con poco tiempo para disfrutar de los afectos. Una sociedad exitista que quiere todo ahora. Vamos y venimos todo el día. Nos cargamos de actividades de lunes a domingos sin detenernos en una mirada o en una charla. Nos domina la tecnología que nos tiene tan conectados pero muchas veces nos sentimos solos igual. La desigualdad social es muy grande y la situación económica, desde hace un par de años, es cada día más difícil.Y mientras transcurre este tiempo, casi sin darnos cuenta, nos sorprende la pandemia más grande de los últimos 100 años. Nos atrapa y nos paraliza. Es como si el tiempo se hubiera detenido. El mundo se detiene.
Martina Giulietti- 2º A


Esperamos que en el futuro todo pueda mejorar, que nuestro país sea próspero y que el mundo en general esté en un buen momento. También que nuestra experiencia pueda ayudarles a reflexionar sobre lo torpes, egoístas e inconscientes que podemos llegar a ser los seres humanos y que cambien. Ojalá las nuevas generaciones puedan crear un mundo lleno de respeto y empatía, que no haya más sufrimiento innecesario. Por otro lado, nos preguntamos: ¿Se habrá encontrado la cura para enfermedades que llevan buscando una por años,? ¿Se habrá podido colonizar Marte? ¿Podrá ser posible la inmortalidad? ¿Será la Tierra todavía un lugar habitable?
Maite Ugartemendía- Julieta Fernández 2º B


Hola, ¿cómo están? espero que bien o al menos mejor de los que nos tocó vivir durante el 2020, a causa de un virus llamado Covid-19 que surgió el China y al poco tiempo se convirtió en una pandemia. Me intriga pensar en qué año y quién será la persona que leerá esto. Seguramente ya habrá libros y documentales y me imagino que también te lo enseñaron en la escuela en las clases de historia, ¿continuarán teniendo clases? , ¿no?, pero te aseguro que lo que te voy a contar es totalmente distinto porque es un hecho verídico. Me gustaría decirte que es un hermoso año, pero te estaría mintiendo porque están pasando muchas y distintas clases de cosas , incluso si me dijesen por las noticias que los aliens vinieron por nosotros les creería a estas alturas.
Agustina Buenaventura- 2º B


Nosotros, como cualquier adolescente, vamos a la secundaria. Pero por el aislamiento tenemos que tener clases de manera virtual. ¿Como? Simple, tenemos
una aplicación llamada google meet que está conectado por gmail y es por donde mandan invitaciones para unirse a las clases, las tareas también las realizamos de manera virtual.También nos tuvimos que adaptar las juntadas con amigos, ahora las tenemos que hacer virtuales, y si las hacemos en persona no podemos saludarnos como antes y tenemos que tomar distancia unos de otros.
Antes de que pasara todo esto para nosotros era normal, nos levantábamos, íbamos a la escuela, almorzábamos, realizamos actividades extracurriculares, cenábamos y nos íbamos a dormir, así repetitivamente, teníamos una rutina.
Por culpa de la cuarentena nos perdimos un montón de momentos que pudimos haber pasado si no tuviéramos que aislarnos, pero tenemos que seguir adelante porque lo vamos a poder superar.
La cuarentena no fue la causa de los problemas mencionados anteriormente, los problemas existen desde siempre, desde la contaminación ambiental causada por el hombre como la sobreexplotación de recursos y la sobrepoblación hasta la obesidad y la pobreza, los cuales son problemas muy graves hoy en dia por que estan trayendo consecuencias destructivas hacia la naturaleza y hacia la misma raza humana. La cuarentena lo que hizo fue empeorar algunos y mejorar otros.

Matías Gasque- Joaquín Cazeneuve- Thiago Paulovich 2º B


Los tiempos de cuarentena están siendo duros para mucha gente. Para los que no pueden trabajar y están mal económicamente, para los ancianos que no pueden ser visitados por sus familiares, para la gente que sufre ansiedad, para los padres que tienen hijos chicos y tienen que explicarles de alguna forma que no se puede salir y para muchas personas más. Y luego está el miedo continuo. Cada 24 horas vemos las noticias donde informan la cantidad de muertos que aumenta constantemente. Hay miedo a los demás, a contagiarse, a contagiar a los familiares, a la misma vacuna, a no poder trabajar, a no poder estudiar, a la acumulación de tensión en algunas familias entre varias otras inseguridades. Nosotras esperamos que cuando abran este mensaje, los humanos nos hayamos concientizado y tal vez hayamos encontrado algún método de sustentabilidad que no requiera el maltrato hacia el medio ambiente. Esperamos también que la sociedad recapacite y las luchas, por las que en este tiempo, tanto hemos insistido rinda sus frutos. ¿Se habrá terminado con la discriminación?, ¿Con la exclusión?, ¿Con la violencia y el maltrato? Son algunas de las preguntas que en este momento nos hacemos y que esperamos que la respuesta de todas ellas sea un “sí”.
Clara Álvarez- Ainara Hielpos 2º A


Centrándonos un poco en las cosas que realizamos nosotros los adolescentes, aparte de realizar la tarea institucional, otros tienen la posibilidad de poder entrenar ya sea clases virtuales con sus profesores y compañeros del club al que vayan a entrenar, y si no muchos están con la tecnología, juegan a la play, celular, computadora, etc. Antes de la cuarentena, era muy común que nosotros los adolescentes saliéramos a una fiesta, una juntada con amigos, estar en una plaza tomando tereré, etc. Ahora nos vemos muy poco o prácticamente no nos vemos, a veces jugamos online por medio de videojuegos, hacemos videollamada, etc.
Lautaro Martínez- Tiziano Ungar 2º A


En este momento, creemos que se está cumpliendo el dicho que dicen los adultos acerca de que los adolescentes somos el futuro. Estamos provocando muchos cambios, luchamos para mejorar el futuro de nuestro mundo para evitar el cambio climático, por los derechos de las mujeres, por la aceptación del colectivo lgbt+ y de la gente de piel oscura, entre otras cosas. Estamos cambiando el mundo y yo creo que para bien. Antes yo pensaba que ese dicho que dicen los adultos era irreal, que no era posible. Pero, en este tiempo, me di cuenta que nuestras voces tienen poder y que si nos proponemos hacer justicia por algo o por alguien, siempre lo conseguimos.
Guadalupe Tapia- 2º A


Mi nombre es Ainara. Tengo 14 años. Actualmente, en el año 2020, vivo en la capital de la provincia Neuquén, Argentina. Pero nací en la ciudad de Cipolleti, provincia Rio Negro, Argentina.
Les quiero contar cómo estoy viviendo este período por un acontecimiento muy repentino que está pasando. Estamos atravesando por una pandemia, un virus llamado Covid-19 o Coronavirus, que se originó en China a partir de la transmisión de un murciélago a un humano y terminó siendo una enfermedad mundial.
Les cuento muy resumidamente de qué trata este virus. Se trasmite por el contacto entre personas, ya sea por un abrazo o simplemente hablar. Se contagia a través de las gotas que expulsamos de la nariz o la boca que salen cuando uno tose, estornuda o habla, por contacto con las manos, abrazos, superficies u objetos contaminados. Por eso es importante mantener distanciamiento social y utilizar tapabocas o barbijos. Aunque el origen del virus haya sido transmitido de un animal a un humano, esta enfermedad no enferma ni afecta a los animales.
Esta pandemia nos produjo a todos un cambio impactante y muy repentino en nuestras vidas, ya que debido a que el virus se transmite por el contacto con otras personas, tuvimos que aislarnos todos y cada uno en nuestras casas.
Antes de que empezara la cuarentena, yo vivía mi día a día yendo a la escuela a la mañana, salía al mediodía o a veces a la tarde, tenía otras actividades extra algunos días, a veces me juntaba con mis amigos y amigas, con mis familiares, veía a mi abuela todos los días, hacia mis tareas. Una vida típica de adolescente promedio.
Esta situación nos afectó a absolutamente todos pero les quiero contar como es desde mi punto de vista y de la mayoría de mi generación, la generación z.
Somos una generación de nativos digitales ya que tenemos a nuestro alcance tecnología como celulares, computadoras, consolas de juego, etc., desde niños. Somos una generación considerada frágil por no haber pasado por ninguna guerra pero también nos consideran una generación ansiosa porque es muy común que padezcamos ansiedad desde muy jóvenes.
Pero también, para otros, somos la mejor generación, porque la mayoría de nosotros y nosotras tenemos una mente abierta, y gracias a eso hemos podido manifestar los pensamientos que creemos correctos y esto nos ha ayudado a cambiar muchas cosas que las consideramos como algo malo para la sociedad. Hay muchísimos movimientos revolucionarios, como el Movimiento Feminista que lucha para conseguir equidad entre el hombre y la mujer; el movimiento ecologista que lucha por la defensa del medio ambiente; el movimiento contra el racismo que lucha contra la discriminación racial; y el movimiento de liberación LGBTQ+ que lucha por los derechos de la diversidad de géneros, entre otros, pero estos son los movimientos más populares.
Volviendo a los acontecimientos de este 2020, el año empezó con situaciones complicadas, como incendios en distintas partes del mundo, en Australia y Chernobyl, inundaciones en Indonesia, pero lo que movilizó a TODO el mundo, es el Coronavirus.
A pesar de que estamos en una época con mucha tecnología y gracias a eso podemos estar comunicados con otras personas, el aislamiento nos afectó a muchos, ya que no podemos tener contacto físico, vernos, charlar, salir a pasear, compartir un almuerzo o una cena con nuestros seres queridos.
También modificó mucho nuestra actividad física, ya que dejamos de hacerla, o por lo menos no hacemos tanto como antes, y al estar en la comodidad de nuestra casa es más fácil distraernos, quedarnos echados en la cama o el sillón. Nos hace desarrollar mucho el sedentarismo.
Con respecto a la escuela, como tenemos que estar aislados se han cancelado las clases presenciales. Por esto, estamos estudiando por
clases virtuales; hay colegios que tienen plataformas institucionales y/o utilizan un mail institucional. Por estos medios es que nos comunicamos con los profesores y las profesoras, para seguir con el aprendizaje del ciclo escolar. Pero no todos lo viven de la misma manera, ya que hay muchas personas que no tienen la posibilidad de tener una computadora, un celular o conexión a internet para poder conectarse a las clases o comunicarse con las autoridades de cada colegio. La suspensión de las clases presenciales empezó siendo por 15 días pero, actualmente, ya llevamos meses con la modalidad virtual. Han probado volver a las clases presenciales en distintas provincias pero no ha resultado y se han vuelto a cancelar.
Por otro lado, el aislamiento nos hizo darnos cuenta de muchas cosas, nos ayudó a reflexionar mucho. En lo personal me hizo valorar otras cosas que capaz antes no valoraba tanto. También me acercó muchísimo a mi familia. Pasamos más tiempo juntos y, yo por lo menos, me abro más a ellos, les cuento más de mis cosas, confío más en ellos. Aunque al principio fue difícil la convivencia, ahora estamos muy bien y con las comodidades de casa.
Pero hay que ser consciente y ver que no todos tenemos la misma realidad. Hay muchas personas y familias que no tienen la oportunidad de tener una casa, un techo donde poder aislarse; muchos perdieron su trabajo por el aislamiento y tienen que recurrir a ayuda social en comedores o instituciones benéficas como Cáritas o Red Solidaria que se ocupan de asistir a los más vulnerables. Yo creo que en estos momentos tendríamos que tener más empatía, tomar conciencia de lo que está pasando, y cuidarnos, ya que cuidándonos también cuidamos al otro.
Si estás leyendo este mensaje espero que, en tu época, el mundo sea un lugar mejor. Les deseo a ustedes, generaciones futuras, que sean una sociedad mucho más empática, abierta y justa para todos y todas, que sean más conscientes respecto al cuidado del medio ambiente, que lo respeten y respeten a las especies y seres vivos que lo habitan. Tengo la confianza de que va a ser así.
Si llegaste hasta aquí, te agradezco por leerlo!

Ainara T.
7 de Septiembre de 2020.


RELATO TESTIMONIAL DE CAMILA S.

No estoy segura de si alguna persona está leyendo esto. Tal vez lo hayamos destruido todo o la sabia naturaleza nos haya destruido a nosotros a consecuencia de nuestras horribles y egoístas acciones.

Mi nombre es Camila Salvucci, tengo 14 años y vivo en la ciudad de Neuquén, una bella ciudad de Argentina.

Es difícil escribirle a alguien del futuro ¿cuánto cambiará el mundo en tantos años? Escribo esto imaginando, si estuviera en el futuro, qué me gustaría saber sobre el pasado. Me gustaría que alguien me cuente toda la realidad, lo que no nos muestran en el colegio, lo que no se encuentra en cualquier libro, lo que vivía y sentía la gente.

Hablando de sentimientos, no es algo que predomine en la actualidad, al igual que los valores. El amor y la empatía fueron dejados de lado. ¿Qué valor importante la empatía no?, “ponerse en el lugar de otro”, preguntarse ¿Qué sentiría yo si estuviera en su situación? A veces nos cerramos tanto en nuestra realidad que nos olvidamos cómo se siente el otro. En esta situación de pandemia, donde hace más de 6 meses que estamos encerrados, es común que suceda. Mi familia y yo estamos bien, mi círculo cercano también, pero es un privilegio que muy pocas personas pueden gozar y hay que valorarlo. Mis papás estuvieron poco tiempo sin trabajar ¿pero se imaginan no recibir ingresos por más de 4 meses? ¿O la persona que invirtió todos sus ahorros en un proyecto que luego tuvo que abandonar por no poder mantenerlo? Y no hablo solo de estabilidad económica, ¿qué tan bien le hace a nuestra mente estar encerrados TANTO tiempo?

Porque no fueron ni 15 ni 40 días, ya van más de 160. ¿Y la persona que está sola? ¿Y qué sucede con la gente que sufre de violencia doméstica? Las cifras aumentan cada vez más. Y con el miedo que nos inyectan a través de los medios se crea una psicosis colectiva. Como producto de todo esto se produce una incertidumbre: no sabemos si podemos morir infectados, de hambre, de miedo o salir de esto con algún trastorno psicológico.

La peor parte llega cuando las autoridades, nuestros gobernantes, los que nos ordenan estar encerrados, se reúnen a “comer un asado”, o dejan que su familia se transporte a otro país mientras no dejan viajar a un pobre padre que quiere ver a su hija por última vez

antes de que el cáncer la matara. Se aprovechan de la situación, se aprovechan de nosotros. En la actualidad, político es sinónimo de ladrón y corrupto, y no se salva ninguno.

De todas formas hay un virus deambulando por todo el mundo y este virus no discrimina. Para entrar un poco en contexto, esta pandemia se originó en China, luego fue expandiéndose por los países europeos y luego por nuestro continente. La OMS (Organización Mundial de la Salud) comunicó que era una epidemia pero resultó ser de otra forma y afectó globalmente, convirtiéndose en una pandemia.

Contando desde mi posición y perspectiva como adolescente, es difícil. Yo creo que la adolescencia es una etapa donde compartir con nuestros pares (amigos o gente de nuestra edad) es algo muy importante y resulta muy difícil relacionarse de manera virtual comparado con la presencia física. Extraño mucho a mis amigos, a mis compañeros, al colegio y a los profesores. Esta situación me fue útil para darme cuenta que el colegio no es sólo un espacio para estudiar y aprender sobre determinadas materias, es un lugar donde también compartís y aprendes con y de tus compañeros.

Admito que estoy muy cansada de esto, pero después de analizar todo lo anterior a mi postura como adolescente, considero que tengo que estar más que agradecida porque hay personas que la están pasando mucho peor.

Ser un adolescente en estos tiempos es algo bastante difícil. Los estereotipos, la discriminación y la superficialidad se alimentan entre sí, dejando el respeto y la igualdad atrás y trayendo como consecuencia las inseguridades. Esto no sólo afecta a los adolescentes, también a los adultos, por ejemplo, al momento de buscar trabajo. Pero centrándome en la adolescencia, como ya dije, considero que es de gran importancia compartir con nuestros pares, y pertenecer a un grupo es una de las cosas que la mayoría de los adolescentes busca en esta etapa.

Pero a veces esta búsqueda sobrepasa los límites, renunciando a nuestra personalidad y a quiénes somos sólo para encajar, o haciendo cosas que no queremos o que hieren a otros, sólo para pertenecer. Y no es nuestra culpa, porque existen tantos prejuicios y está tan normalizada la discriminación, que da miedo ser rechazado, por eso es importante la seguridad en uno mismo y recordar que si son amigos de verdad, te van a aceptar como sos.

Los medios de comunicación cumplen un rol muy importante en esto. A través de ellos es que te imponen y exigen una imagen y modelo irreal que se considera “socialmente correcto” con el que supuestamente tenés que cumplir para ser aceptado/a. Las redes sociales son unos de los medios más protagonistas en la adolescencia actual, son sitios por donde las demás personas pueden opinar fácilmente sobre vos y por donde más se exigen e imponen los estereotipos. La peor parte llega cuando esta exigencia conduce a consecuencias psicológicas como la depresión, la anorexia, la bulimia y otros trastornos que tienen mucha vigencia hoy en día.

Esta pandemia también nos está haciendo dejar de lado otras cosas: nuestro país lleva semanas sufriendo incendios en la parte centro-norte del país. Los focos descontrolados de Córdoba y Santa fe dejaron cientos de personas evacuadas, animales muertos y un desastre medioambiental. Estos incendios son intencionados y ningún medio habla de esto.

Esta situación de pandemia que estamos viviendo no es nada buena, pero la pregunta es ¿Para quién no es buena? Nosotros los humanos tenemos una idea antropocéntrica que nos hace creer que somos el centro del universo, que lo dominamos. Pero ahora que estamos todos en cuarentena, que la actividad humana tuvo un freno, contaminando mucho menos, el mundo está mucho mejor: reducción de la contaminación del aire, aguas cristalinas, descubrimos otras especies donde antes no se encontraban. Si pudiéramos preguntarles a las especies animales qué opinan del coronavirus, seguramente su opinión sería completamente opuesta a la nuestra. Para ellos y para el mundo es una salvación, los está salvando de nosotros. Tal vez todo esto no fue una casualidad, tal vez el mundo nos está haciendo pagar por todo el mal que le hacemos.

Otra palabra protagonista de nuestra actualidad siempre fue y es el machismo. Miles de mujeres son víctimas del patriarcado con el que convivimos todos los días. Desde silbidos, “piropos desubicados” y violencia verbal hasta secuestros, violaciones y asesinatos. Y con una justicia que respalda a estos delincuentes. Vivimos con miedo y no sólo en la calle. Miles de mujeres sufren violencia doméstica, miles de niñas son abusadas por sus propios familiares. Con una justicia que respalda a estos delincuentes. Hartas estamos. Porque a esta pandemia machista no la va a solucionar una vacuna o un barbijo. Esto se va a solucionar con la educación y con la lucha diaria de todas las mujeres para que podamos vivir en paz.

Viéndole el lado positivo a la sociedad de hoy, creo que hemos avanzado bastante y vamos a seguir haciéndolo, generación tras generación. En la actualidad, ser homosexual o bisexual ya no es un delito, ni ser transexual, ni que te guste música, ropa o cualquier cosa diferente, pero la discriminación sigue existiendo y no va a desaparecer de un día para el otro. Es algo que lleva trabajo y tiempo. La educación es la respuesta; la educación es la respuesta a todo.

Otro aspecto para destacar son los grandes avances científicos, tecnológicos, y en el ámbito de la medicina, que hemos logrado obtener hasta ahora. Y también vale destacar y agradecer que tenemos acceso a una educación pública tanto a nivel primario, como nivel secundario, nivel terciario y universidad.

Espero que quien o quienes estén leyendo esto estén sorprendidos por cuanto ha mejorado el mundo, que ni las opiniones, ni los gustos, ni las apariencias nos confronten, que la religión no se use como excusa para justificar atrocidades, que vivamos por lo menos un poco más en paz, y que nuestra relación con el mundo y la naturaleza este basada en la armonía y equilibrio.

Camila S.

7 de septiembre de 2020


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