“Una ciudad pensada para las personas y el ambiente antes que para los vehículos”


Un grupo de estudiantes que participó del proyecto para planificar “Supermanzanas” en Neuquén contó cómo fue la experiencia de repensar la estructura urbana en un sector del barrio Santa Genoveva.


Ariel Keller, Rocío Bove, Luciana Castro y Jimena Mamani participaron del proyecto como parte de la materia.

¿Es posible pensar un proyecto como el de las “supermanzanas” ideado en países desarrollados de Europa, en ciudades con tantas limitaciones de infraestructura y déficit de planificación como las de nuestra región? Para los estudiantes de la cátedra “Elementos de planeamiento urbano” la experiencia con barrios de Neuquén capital confirma que la propuesta no sólo es factible sino necesaria para mejorar la calidad de vida y del ambiente para sus habitantes.

Ariel Keller, Rocío Bove, Luciana Castro y Jimena Mamani estudian Ingeniería y participaron de la propuesta de concebir “supermanzanas” en barrios concretos de la capital neuquina. En su caso, tomaron un sector del Santa Genoveva y verificaron si aplicando los principios de este sistema se podría mejorar la vida cotidiana de sus habitantes en aspectos como la circulación, la seguridad o el uso de espacios verdes.

La primera tarea fue realizar un relevamiento de las calles y veredas, algo que no fue fácil de realizar con las restricciones de circulación debido a la pandemia.

“Lo primero fue recorrer la zona, ver sus características y hacer un registro fotográfico, para tener un archivo de imágenes sobre las cuales trabajar”, comenta Ariel Keller. Como anécdota recuerda que al ver a una persona enmascarada tomando fotos muchos vecinos lo vieron como sospechoso, “y circuló una imagen mía tomada por cámaras de seguridad. Finalmente fui a la Policía y expliqué que era estudiante y se trataba de un trabajo académico para la universidad”, comenta risueño.

Lo más evidente que detectaron fue que el barrio “tenía serios problemas de accesibilidad”, señala Rocío Bove. “Muchas veredas eran un desastre, muy angostas, con desniveles de hasta 50 centímetros, escalones, rampas pronunciadas. Me preocupó la situación para personas con discapacidad o problemas de movilidad”, comentó.

Jimena Mamani explicó que, con la propuesta de la “supermanzana”, la idea fue “crear rulos donde la calzada se limita y los vehículos pueden acceder a todas las fachadas pero circulan a baja velocidad y en un solo sentido, entonces no podés estacionar en cualquier lado ni entrar y salir por el mismo sector. Eso favorece que el tránsito ajeno al barrio prefiera usar los carriles exteriores, aumentando la seguridad para quienes viven y circulan dentro de la supermanzana”. Ariel Keller agregó que “la intervención permite reducir hasta un 50% el espacio de uso vehicular y ampliar su uso para peatones y bicis, generando un espacio con más accesibilidad y seguro para que la gente del barrio se sienta más cómoda en el lugar donde vive”.

Luciana Castro explicó que el trabajo requirió definir en planos, gráficos y esquemas las manos en que se circularía en cada sector, calcular el ancho de calzadas y veredas, elaborar propuestas de áreas verdes, pensar en aspectos de seguridad como el acceso a vehículos de emergencia (bomberos, ambulancias) o servicios (como recolección de residuos). La planificación les demandó unos dos meses de trabajo, mayoritariamente vía zoom.

Rocío Bove señala que “la experiencia fue buenísima, pensar hoy algo así en Argentina se ve como lejano, pero al trabajar en esto nos dimos cuenta que es posible hacerlo en nuestra zona. Un lugar que incluya, que dé participación a la ciudadanía”.

Keller coincide. “El diseño fue pensado como personas que viven el día a día en la ciudad. No un grupo especializado que realiza la parte técnica, sino que debe hacerse con participación de los habitantes del lugar. Realizar talleres participativos para tener en cuenta el punto de vista de los vecinos, de la comunidad, evitando los errores del pasado” opinó.

Castro puntualizó que “con ayuda del Estado es muy posible de realizar. Sería muy beneficioso para los habitantes e indicativo de un avance social general”, concluyó.

El trabajo debiera continuar el año próximo con la materia “Introducción a la Gestión Ambiental, pero la facultad ya anunció que no se dictará. Los estudiantes realizaron un pedido por escrito para que pueda concretarse.


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