Una enfermedad centenaria que mata el ganado

El Mal del Huecú es una intoxicación del ganado que ocurre en la Patagonia. Produce brotes todos los años con mortandad de animales, generando grandes pérdidas a los productores.

Por Méd. Vet. Agustín Martínez – Méd. Vet. Carlos Robles (Grupo Salud Animal – INTA  Bariloche)

Recientemente, el Sistema Regional de Salud Animal (SIRSA) del INTA Bariloche ha diagnosticado tres brotes de “Mal del Huecu”, en diferentes regiones de la Patagonia.
El Mal del Huecú es una intoxicación del ganado producida por el consumo de Poa huecu (Coirón huecu) o de Festuca argentina (Coirón Negro).
La distribución de la Poa huecu está acotada a los departamentos del centro-norte de la provincia de Neuquén, mientras que la Festuca argentina crece en una franja precordillerana desde Mendoza hasta Santa Cruz, y en torno al Golfo San Jorge en las provincias de Chubut y Santa Cruz. Los brotes detectados ocurrieron en diferentes zonas de la Patagonia.
Desde el año 1914 hay registros formales de que esta intoxicación genera grandes pérdidas por muertes en los rodeos, hatos y majadas de la región Patagónica. Especialmente los brotes ocurren cuando los animales, traídos de otras zonas o animales de arreo, pastan áreas del campo donde crecen estas gramíneas.
Si bien los animales con signos clínicos leves o moderados se pueden recuperar si se los mantiene bajo cuidados intensivos (encerrados a corral con forraje y agua), no siempre se descubren los animales afectados a tiempo, y el cambio de manejo muchas veces se torna dificultoso cuando es numerosa la cantidad de animales que se intoxican.
A pesar de que la intoxicación es conocida en la región desde principio de siglo pasado, hasta el día de hoy no se conoce con certeza cuál es el principio tóxico que la produce.

“Los animales que presentan signos clínicos leves o moderados se pueden recuperar si se los mantiene bajo cuidados intensivos”

Agustín Martinez – Médico Veterinario


Investigadores del INTA Bariloche, han logrado reproducir experimentalmente la enfermedad alimentando animales con Poa huecu y con Festuca argentina y han determinado que ambas plantas poseen hongos endófitos en el interior de sus tallos que podrían ser los causantes del poder tóxico de estas plantas.
De este trabajo también participaron la estudiante de Veterinaria Luciana Bain de Comodoro Rivadavia, el veterinario Marcelo Aguilar de la Agencia de Extensión de INTA San Julian (Santa Cruz) y la veterinaria Luisa Gómez de Loncopue, del Ministerio de Producción, Neuquén.
En la actualidad, se está trabajando sobre la identificación de los compuestos tóxicos que se encuentran en las plantas y en la identificación y biología de los hongos endófitos presentes, con el objetivo de conocer mejor los mecanismos de la enfermedad y así poder desarrollar métodos para la prevención y tratamiento de la enfermedad.

Casos y síntomas
Los brotes diagnosticados, ocurridos en diferentes zonas de la Patagonia permitieron obtener un detalle sintomatológico.
El primer brote ocurrió en un establecimiento del Departamento Pilcaniyeu (Rio Negro) en un grupo de 8 caprinos Criollos que pastaban en un campo vecino con abundante cantidad de Festuca argentina. En 4 animales se observó sintomatología nerviosa. Dos de ellos presentaban temblores con contracciones musculares en los miembros, cuerpo y cuello que producían movimientos de la cabeza. Debido a la pérdida del equilibrio, dos animales se paraban con las cuatro patas bien separadas, aumentando así la base de sustentación. Estos animales caminaban con dificultad. Un tercer animal directamente no se podía parar, y quedaba echado con las cuatro patas endurecidas. El cuarto animal afectado estaba en estado agónico sin movimiento y con las cuatro patas muy flojas. De los animales afectados dos murieron a las pocas horas y los otros dos se recuperaron luego de 15 días ofreciéndole forraje y agua en un corral.


El segundo brote ocurrió en el Departamento Magallanes (Santa Cruz) en un lote de 9 bovinos Hereford, que estaban pastando en un potrero con Festuca argentina. Todos los animales se intoxicaron y presentaban marcada debilidad cayendo fácilmente cuando se los sujetaba con el lazo. Los animales más afectados movían la cabeza en círculos, les costaba caminar y al intentar correr se caían. Luego de un tiempo, al tranquilizarse, se podían parar y desplazarse lentamente, pero si se los obligaba a moverse, nuevamente volvían a presentar dificultad en los movimientos. Estos animales tuvieron que ser vendidos y transportados a otro establecimiento para evitar que la intoxicación se agrave.
El tercer caso ocurrió en el Departamento Loncopue (Neuquén) en un hato caprino Criollo de 500 animales, donde 3 animales se intoxicaron tras pastar en una zona del campo con presencia de Poa huecu. Al ver los animales con los primeros signos clínicos de temblores musculares, la dueña decidió encerrarlos en un corral y le dio de comer heno de alfalfa y maíz hasta que se recuperaron en el término de dos semanas.

Dato

1914
El año desde el que hay registros formales del “Mal del Huecú” en la región Patagónica.

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