Una muestra de la tevé, de la política y de nosotros
La pelea entre Lanata, Casella y Ventura es un reflejo de la pantalla, y de los que nosotros, incluída la clase política, hacemos con ella.
TELEVISIÓN
Jorge Lanata lanzó la primera piedra en su programa de radio, hace una semana. Dijo que Luis Ventura, el ladero de Jorge Rial en “Intrusos del espectáculo”, tendría un hijo extramatrimonial en Córdoba con la vedette Fabiana Liuzzi. Una manera, seguramente, de cobrarle a Ventura las reiteradas acusaciones contra él. Beto Casella tomó esas palabras y armó un informe para su programa en Canal 9, “Bendita TV”. Al otro día, llamó a Ventura, desde su ciclo en Radio 10, para aclarar el asunto. Pero todo terminó en un in crescendo de insultos que no sólo hizo trepar el rating de Casella sino que se convirtió en tema del día para la tevé, para las redes sociales y para muchos de nosotros en general.
Ventura acusó a Lanata de “gordo turro” y lo mandó “a hacerse un trasplante de dignidad”. Casella tildó a Ventura de “boludo”, “mafioso” y “extorsionador”. Y Lanata arremetió ayer contra los “logros periodísticos” de Ventura: “Perdió un juicio de la familia de Juan Castro por violación de correspondencia privada, y hostigó a Juanita Viale por su relación con (Martín) Lousteau, y ella perdió su bebé”, recordó, entre otros ejemplos.
Que Ventura y compañía ventilan los trapos sucios de los famosos para trepar en el rating, no es una noticia.
Pero lo que ha ocurrido en los últimos tiempos, sí: la franja chimentera de la siesta, que apenas ocupaba unas horas en las grillas de dos canales, es ahora un virus que amenaza con convertirse en pandemia en la tevé. Y ya no sólo es asunto de esos pocos conductores que se erigen en policías de las emociones ajenas. Lanata hablando de Ventura, y Luis Majul una semana atrás (con el caso Marianela Mirra y los políticos de Tucumán), cruzaron la línea que separa el periodismo del show que sólo busca rating.
Pero no son sólo ellos. Ahora, muchos políticos prefieren ir a “Intratables”, que conduce Santiago del Moro en América (fueron Pino Solanas y Luis D’Elía); responderle a Jorge Rial en “Intrusos” (como Martín Insaurralde); sentarse frente a Alejandro Fantino en “Animales sueltos” (como Sergio Massa, Francisco de Narváez y Daniel Scioli); ante Mariana Fabbiani en “El diario de Mariana” (fue Martín Lousteau) o buscar espacio en la enorme pantalla de Marcelo Tinelli, para ver si también ellos logran incrementar los votos y repiten la suerte de De Narváez en la elección del 2008 (sin contar con que también les puede tocar la bolilla mala y padecer el efecto, como Fernando de la Rúa). En la lista no habría que olvidar a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que eligió a Jorge Rial para una de las pocas entrevistas que cedió.
En medio de ese escenario, ¿qué es lo más sorprendente del cruce de anteayer? ¿Lo que se dijeron y quiénes se lo dijeron? ¿O la sensación de que el show ha tomado el lugar de lo importante mientras nosotros, como público, lo consumimos sin chistar?
verónica Bonacchi
vbonacchi@rionegro.com.ar
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