Una neuquina en Botswana desnuda el África profunda

En un viaje que duró 8 meses y que fue impresionante, Luciana pudo conocer la vida social, cultural y otros aspectos de este país africano sin litoral. Compartió con los habitantes su vida cotidiana y así relata sus días en la ciudad de Francistown.

Botswuana fue uno de los países más pobres de África en el momento en que se independizó del Reino Unido en 1966, no obstante, hoy, es una nación que logró salir adelante. Luciana eligió conocerla desde adentro. Así llegó a Francistown, una ciudad no muy turística que le recomendó la dueña de un hostel en el que había hecho un voluntariado en Sudáfrica y aquí recuerda sus vivencias.

“En Francistown tuve la experiencia de cosechar tomates por un día entero, una labor agotadora bajo el abrasante calor africano. Luego, me fui a ayudar a Lilian, una mujer que administraba una Boarding Home, una casa momentánea durante el periodo escolar, para estudiantes de secundario.

Allí pude observar la cultura de este país, cómo se desenvuelven los adolescentes y cuáles eran sus problemas. Uno de ellos, era que le hacían bullying a una persona por tener un color de piel diferente.

En los juegos intercolegiales de la ciudad.

Era la única blanca entre 30 adolescentes. Entonces me encontré experimentando la minoría de una manera contundente por primera vez y eso me hizo reflexionar sobre los comportamientos humanos, la discriminación y las fobias que se dan en el mundo.

Con Lilian íbamos para todos lados a hacer sus trámites: comprábamos en el supermercado las provisiones para los chicos, íbamos a las escuelas a hablar con los profesores, a las entidades gubernamentales a resolver problemas. Así, conocí la ciudad y la rutina de una nativa.

Me alojaba en una casa con una señora llamada Paida y sus 2 nietos: Wannitha y Thapelo, unos niños muy educados y prolijos de 9 y 11 años. Ellos me enseñaron su idioma (setswana) y yo a ellos español. Estaban locos por los temas “Despacito” y “Taki taki”. También, con ellos compartí comidas típicas, entre ellas el pap (o sima) hecha con maíz blanco y el porridge ( en base a avena).

Los elefantes sobre el río Chobe. Botswana atrae a muchos turistas con su variedad de animales.

Una de las cosas que llamaron mi atención fue que los niños generalmente van en combi a la escuela y que es común que los conductores tengan la música muy alta ¡Incluso a las 6 de la mañana! Todas las combis de transporte. Algunos pasajeros se enganchan y los ves bailar adentro.

Luego de pasar un mes allí me fui, como turista a otra ciudad, Kasane, a las orillas del río Chobe para hacer mis primeros safaris. Pude ver, entre otros, hipopótamos, diferentes aves, cocodrilos, impalas, elefantes. ¡Una verdadera aventura!

Sin duda viajar es un placer, conocer distintas culturas, sociedades, creencias y personas, es un tesoro imborrable. Hoy estoy creando un blog para contar mi experiencia, para expresar, para inspirar y ayudar a otros viajeros. Está disponible en https://viajeracosmica.com”.


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