Vecinos reclamaron seguridad en Ramos Mejía, tras el asesinato de un kioskero, y hubo incidentes

La Policía bonaerense reprimió con gases y balas de goma a los manifestantes, que querían llegar hasta la Comisaría. "Lo mataron por trabajar", señaló el hijo de la víctima.

En medio de un gran clima de tensión, vecinos de Ramos Mejía se manifestaron este lunes en reclamo de justicia y seguridad en esa zona céntrica del oeste del Conurbano, donde una pareja de ladrones asesinó el domingo al kiosquero Roberto Sabo, lo que generó una protesta entre la gente.

La convocatoria se realizó mediante redes sociales y entre los propios vecinos, con amplia difusión por parte de políticos opositores.

«Todo el mundo lo amaba y vino un hijo de puta y nos arruina la vida a todos. Desde que tengo uso de razón que acá no hay nada de seguridad y siempre viví en Ramos Mejía. Todo el tiempo pasan cosas y toda la vida le tuve miedo a la muerte y más que nada mi papá. Ayer me lo sacó un hijo de puta, me arruinó todo«, indicó Tomás, uno de los hijos del kiosquero asesinado durante la protesta.

Además, agregó: «Quiero que pongan más seguridad. Después se quejan de que los pibes se quieren ir del país, pero no hacen nada para que se queden. Yo me quiero ir del país ya está. Si acá no me van a dar seguridad. Tengo mas futuro en cualquier país que no sea este».

Por su parte, Nicolás, el otro hijo de la víctima sostuvo que está «orgulloso» de su padre, al que lo «mataron por trabajar». «En un minuto te cambia todo», aseguró el joven visiblemente emocionado y remarcó: «Nadie hace nada».

En un momento de la protesta se hizo presente Pedro Sabo, padre de la víctima, pero después fue retirado del lugar por sus allegados.

Las autoridades locales desplegaron vallas en las inmediaciones y un gran número de efectivos policiales se hicieron presentes, entre ellos refuerzos de otros distritos.

Pese a ello, pasadas las 19:00 se produjeron algunos forcejeos con vecinos. Además, un grupo de personas derribó el vallado puesto para que los manifestantes no lleguen hasta la comisaría y los policías armaron un cordón con los escudos.

Más tarde, un grupo de vecinos enardecidos comenzaron a arrojar botellas contra la Policía y estos respondieron con balas de goma y gases lacrimógenos. Eso desató más furia de los vecinos que comenzaron a gritar «Que se vayan todos, que no quede ni uno solo».

Hubo corridas y empujones. Al menos un policía resultó herido y un camarógrafo de tevé sufrió un corte en la cabeza.

– CON INFORMACIÓN DE NOTICIAS ARGENTINAS.-

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