Un desmoronamiento estuvo a punto de causar una tragedia en El Espigón

Cuatro peñascos del tamaño de un Fiat 600, cada uno, que cayeron del acantilado destrozaron parte de la pasarela que conduce al espigón, y un obrero que pintaba la escalera a pocos metros del lugar del accidente pudo salvar milagrosamente su vida.

El desmoronamiento se produjo en las primeras horas de la tarde de este domingo en un momento en los visitantes a ese encantador lugar no llegaba al medio centenar.

Como la marea estaba bajando en el lugar la mayoría de las personas se encontraba en el sector Norte del acantilado donde se concentran los surfistas que aprovechan la playa en bajamar, es decir a unos 30 metros del sitio donde se registraron los peligrosos desprendimientos.

En ese momento se encontraba el obrero a unos 10 metros de la caída lo cual resultó ileso, y más allá del susto, tampoco sufrió lesiones el único pescador que se encontraba haciendo lances de caña desde el espigón. En forma habitual, ese sector natural de pesca se llena de aficionados con marea subiente ya que es un momento formidable para el pique.

Ni bien ocurrió el siniestro se dio aviso a la delegación municipal del Balneario El Cóndor y también acudió personal de defensa civil para clausurar ese sector y ayudar en la evacuación de los visitantes ya que un tramo de la pasarela quedo destruida bajo los escombros. Los socorristas también colocaron carteles de prohibición de circulación hasta tanto se produzca el despeje de las piedras.

El delegado municipal, Jose Acosta, señaló ante una consulta de DeViedma que el fenómeno de desprendimiento “por suerte” se registró en un instante que no había mucha gente, y a su entender, el desprendimiento obedeció a que en la jornada anterior se produjo “una fuerte sudestada que debilitó la parte de abajo del acantilado”, ya que el viento Sur generó olas muy grandes que golpearon sobre esa base.