Viaje al gran cráter de un inhóspito volcán y otros paseos cerca de allí

Corona del Inca, el volcán de La Rioja se encuentra muy cerca del límite internacional entre Argentina y Chile, en un sitio caracterizado por el frío extremo, los fuertes vientos y la inmensidad.

En La Rioja, uno de los tantos puntos que toca esa gigantesca columna vertebral de Latinoamérica que es la Cordillera de los Andes, encierra en uno de sus tramos un lugar único, casi irreal: el cráter de un volcán cercano al cielo, bautizado Corona del Inca, que con una laguna de azul profundo en su interior despierta el asombro de los que se animan a la travesía. Mirá todo lo que podés hacer allí.

Según publica Télam, desde la Capital riojana se deben recorrer unos 340 kilómetros para llegar al departamento Vinchina, en el extremo noroeste de la provincia, y desde allí son necesaria entre cuatro y seis horas para sortear el difícil circuito que desemboca en Corona del Inca, en plena cordillera y a escasos kilómetros del límite con Chile.

La travesía parte desde la cabecera departamental o desde la localidad de Jagüé, último poblado antes de ascender a la maravillosa terraza del continente. Como en toda la Cordillera de los Andes, las vistas son excepcionales y sus caminos también excepcionalmente difíciles como para resguardar las bellezas que atesora.

Entre los meses de diciembre y abril, en esa pequeña ventana temporal, el visitante puede acceder a conocer el cráter Corona del Inca, siempre acompañado por guías o baqueanos autorizados para esta tarea.

Se trata de uno de los volcanes situados a mayor altura en el planeta, rodeado de enormes macizos que desafían los sentidos del hombre, con picos cercanos a los 7 mil metros, vientos y nieves permanentes, la inmensidad del cielo y de la puna en todo su esplendor.

Por más que el viajero esté acostumbrado a los paisajes cordilleranos, la visita a Corona del Inca no deja de subyugar, y el camino hacia ese mágico lago ya es, en sí mismo, una experiencia inolvidable.

El recorrido debe realizarse en vehículos con tracción 4×4, con la conducción de pilotos expertos y la guía de especialistas y baqueanos, porque las condiciones del clima y del terreno no dejan lugar a improvisaciones. Respecto al precio y al flujo de visitantes que tiene este sitio, tiene un costo de 50 a 60 mil pesos por persona. Si se utiliza un 4×4 propio, se abona un solo pase de 20 mil pesos por vehículo.

La Quebrada de la Troya, antes de arribar a Jagüé; la árida Quebrada del Peñón; la Reserva Provincial Laguna Brava con su bella población de flamencos y la Pampa del Veladero son algunos de los lugares de ensueño que hay que dejar atrás para llegar al cráter del volcán.

Los «Seismiles», el bloque de macizos cordilleranos que superan los 6 mil metros de altura, son también parte del premio para los valientes que se animan a la travesía. Los cerros Veladero, Bonete Chico y Pissis que custodian por tres flancos a Corona del Inca son testimonio de la majestuosidad de los Andes, donde anidan los volcanes más elevados del planeta.

Llegar allí y vislumbrar la belleza zafiro de la laguna, descender de los vehículos y caminar hasta las márgenes de este lago en el cielo, son el punto final de la aventura.

Consejos para aventureros

Los guías y operadores piden llevar provisiones en abundancia para poder mantener la energía durante todo el día, y viajar con más de 2 litros de agua por persona.

Además, se debe llevar suficiente abrigo para soportar las temperaturas de hasta 15 grados bajo cero que allí se registran todos los veranos y sugieren realizar paradas a mitad de camino para aclimatarse, que es la única alternativa para disfrutar la experiencia a una altura de 5.500 metros sobre el nivel del mar.

Es conveniente realizar una reserva muy anticipada en alguna de las prestadoras para estas excursiones, que tienen fechas de salida a partir de diciembre hasta abril en los enlaces: www.lagunabravaexcursiones.com.ar, www.coronadelinca.com.ar o en www.runacay.tur.ar/corona-del-inca.

Otros atractivos turísticos que se podrán visitar 

El Parque Nacional Talampaya, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y una de las Siete Maravillas Naturales de la Argentina, ofrece un espectáculo único para todos los sentidos, con la imponencia de sus rojos cañones de tierra y piedra, la fauna salvaje que puebla su arenoso paisaje, y los maravillosos tesoros ocultos de sus yacimientos paleontológico y arqueológico que atrapan a los casi 100 mil visitantes que año a año recorren el lugar.

El Parque Nacional Talampaya, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

La Rioja es un reservorio único de bellezas naturales, de tesoros patrimoniales, de hechos históricos destacados y de un acervo cultural reconocido en todos los rincones del país.

El Parque Provincial el Chiflón es otra área natural que integra la lista de destinos seguros. Vecino al Valle de la Luna, cuenta con formaciones rocosas que le valieron el apodo del «Pequeño Talampaya», además de restos arqueológicos y un bosque petrificado en lo alto de sus farallones.

Ya en los llanos riojanos, las Sierras de los Quinteros ofrecen la Reserva Natural Quebrada de Los Cóndores, uno de los sitios más importantes del país para avistar estas aves. Además, se pueden realizar allí actividades de eco aventura, senderismo, trekking, cabalgatas y observación de flora y fauna autóctona.

La Reserva Natural Quebrada de Los Cóndores

Y vecinas a la capital provincial están las Termas de Santa Teresita, con aguas mesotermales entre los 38 y 40 grados y de múltiples propiedades hidroterapéuticas, en un complejo de cabañas donde ya se establecieron capacidades limitadas, lo mismo que para el ingreso a las piletas.


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