Villa La Angostura: caminar hacia cuatro panorámicas imperdibles

La oferta de trekking para todos los estados físicos te lleva a las mejores vistas, en las que los lagos, el cielo, las montañas y la vegetación arman postales que nunca olvidarás.

Villa La Angostura ofrece postales paradisíacas también desde lo alto de sus cerros. Hay opciones para hacer trekking este verano que son para toda la familia o para los más entrenados. Y son gratuitas.

El Filo del cerro Belvedere -o la “falsa cumbre”- a 1600 metros de altura demanda una travesía de tres horas, al este del lago Correntoso, que está señalizada con cartelería y marcas rojas en los troncos.

Accedés por la avenida Siete Lagos, a un kilómetro de la Plazoleta de las Colectividades. Por calle Cacique Atriao, doblas a la derecha e inicias el ascenso.

“Ese filo es una hermosa montaña, parte de un antiguo volcán. Es un pitón o cuello volcánico -un conducto de alimentación vertical casi circular de un volcán que se ha rellenado de lava solidificada-. Toda la formación es de basalto, de antigua lava”, describe Darío Remorino, guía de montaña de Villa La Angostura.

La cumbre del Belvedere ofrece una postal impactante. Foto: Darío Remorino.

Si bien no es de dificultad alta, el ascenso en zigzag por la senda es exigente. El pueblo se encuentra a 825 metros sobre el nivel del mar y el filo, a los 1600 metros. De modo que es necesario subir unos 700 metros de desnivel por un bosque de coihues y lengas que, según Remorino, demanda alrededor de tres horas, según tu estado físico.

“La senda es muy transitada aunque no es el Bosque de Arrayanes que es un clásico. Te encontrás con algunos grupos reducidos porque se requiere un estado físico medio”, acota.

A medida que se asciende, hacia la izquierda se puede apreciar el lago Correntoso hasta el límite con Chile, el lago Espejo y los brazos norte del lago Nahuel Huapi, como el Última Esperanza y Rincón Machete.

Una inmensa cruz de caños, que colocó un grupo de jóvenes cinco años atrás, indica la llegada al filo.

La cruz de hierro indica la llegada a la cima del cerro Belvedere.

¿De qué hablamos cuando hablamos de un filo? Un lomo que cae hacia los costados. Cuando se llega a la cruz, continúa el filo haciendo una curva que rodea el Cajón Negro”, detalla.

La postal ofrece una panorámica del sur del lago Nahuel Huapi, la península Quetrihué, Bahía Las Balsas, Bahía Manzano y la Isla Victoria. A 60 kilómetros, asegura Remorino, se alcanza a ver incluso el hotel Llao Llao.


Opción para los entrenados


Unos metros antes del filo Belvedere nace otra senda que conduce al Cajón Negro, tras una caminata de 3 horas. Se trata de un valle de origen glaciario enmarcado por los cerros Inacayal, Belverede y Filo Belverede.

Poco antes de llegar, el recorrido regala una vista imponente del mirador con una amplia vista del lago Correntoso y los cerros Pantojo, Dormilón, Campana y una visita por la cascada Inacayal, del arroyo Las Piedritas, de unos 60 metros de alto.

El guía Darío Remorino sostiene que siempre se maravillaban del increíble paisaje.

El sendero es amplio, pero bastante sinuoso y empinado. Si se camina tres horas más por una senda ya no boscosa sino de piedra, se llega hasta el “Auténtico Belvedere”, a 2000 metros de altura.

“No es peligroso pero es pedrero. No es lo mismo que caminar por el bosque. Requiere de otro nivel de exigencia física y de experiencia. En este caso, planteamos que se parte de los 800 metros y se llega a los 2000. Son 13 kilómetros de ida y vuelta”, advierte el guía.

¿Qué se ve desde esa cima? “Todo”, resume Remorino y agrega: “Estás mucho más arriba que el filo y se ve perfecta la cadena límite con Chile, Tronador, volcán Puntiagudo, Osorno, Pantojo. Cada montaña, con su historia”.

Debés completar el registro de trekking del parque Nahuel Huapi que es obligatorio».


Trekking familiar


El cerro Bayo también se disfruta en verano ya que ofrece siete sendas con paisajes hermosos.

“Si la gente es medio burguesa y no camina mucho, es posible subir en telesilla hasta los 1.500 metros. Desde ahí, haces 50 minutos y estas en la cumbre”, propone Remorino. Y acota: “Como el esfuerzo para subir fue breve, descender caminando es más sencillo y se puede conectar con otras caminatas, como la que conduce al cerro Inacayal, la bajada del Cajón Negro y el Valle Ujenco que, en lengua mapuche, significa valle bonito.

Al cerro Bayo se puede subir en telesilla.

Desde hace 33 años, Remorino trabaja en ese cerro todos los inviernos. “Los gringos siempre se maravillaban del increíble paisaje pese a que es más bajo que el Catedral. Hace dos años estuve en Los Alpes y los gringos tienen razón”, bromea.

Desde la cima, se puede admirar mucho más al sur del Nahuel Huapi, la Isla Victoria, el Brazo Blest y Tristeza y justo enfrente, el imponente Tronador. Este guía plantea que el cerro no solo ofrece paisajes majestuosos sino la posibilidad de “interpretar la geología, la flora, fauna, la historia de los pueblos originarios, de los pioneros. Cuál es el uso y costumbre de esas plantas, qué animales hay y cuáles no se ven”.

A los 1500 metros, una confitería ofrece varias opciones para degustar durante el paseo.

El filo del Belvedere, imponente. Foto: gentileza Darío Remorino

Última esperanza, en 40 minutos


Un circuito de trekking más relajado ofrece la posibilidad de disfrutar de una apacible playa.

Por la ruta 231 que conduce al paso Cardenal Samoré, nace un sendero algo escondido hacia el brazo Última Esperanza del lago Nahuel Huapi. Está a solo dos kilómetros de la rotonda de la ruta Siete Lagos.

Luego de caminar entre 40 y 50 minutos se accede a una hermosa y apacible bahía que corresponde al brazo Última Esperanza. El nombre, según el topógrafo Emilio Frey, se debió “al deseo de los jesuitas de encontrar un paso fácil de navegar entre Chile y Argentina. Y era la última esperanza”.

El brazo Última Esperanza ofrece playas de una belleza inigualable.

El nivel de dificultad es bajo. “Primero se atraviesa una pampita, luego por una alameda hasta llegar al Brazo Última Esperanza donde todavía están los palos del muelle del hotel Correntoso”, advierte el guía angosturense.

Según Remorino, décadas atrás, los turistas alojados en el hotel navegaban hasta llegar al muelle de ese brazo, donde degustaban algo. Desde ahí se dirigían al lago Espejo caminando o a caballo, donde tomaban otra embarcación hasta la seccional del guardaparques. Caminaban 30 minutos hasta el lago Correntoso y tomaban una tercera embarcación hasta el hotel.

Hasta unos diez años, desde el brazo Última Esperanza, era posible caminar otros 30 minutos hasta el coihue de 500 años, conocido como El Abuelo que terminó cayéndose. “Su tronco podía ser abrazado por unas 8 o 10 personas y es uno de los más antiguos de este sector del parque Nahuel Huapi”, promocionaban.

Cumbre en Filo Belbedere hermosa montaña que parte de un antiguo volcán.

Datos y precios


El ascenso en telesilla al cerro Bayo cuesta 2100 pesos para mayores; y 1500 pesos para los menores de 6 a 11 años.

El alojamiento en una hostería para una persona, desde 6000 pesos.

– Una hamburguesa con gaseosa, 1700 pesos. Una porción de torta de chocolate con un té, 800 pesos.

Buscar a Darío Remorino en Facebook como Dario Enzo Carlos Remorino o en Instagram como darioremorino.


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