Guía para recorrer el río Azul en El Bolsón, el boom del verano en la Patagonia

Es una de las opciones más convocantes en el sur, en especial los famosos Pozones del Cajón del Azul, pero hay mucho más para explorar en el mágico trayecto de 40 km del río desde la cordillera al lago Puelo. ¿Trekking o vehículo? Vos elegís...

El río Azul nace en la Cordillera de los Andes y atraviesa un valle a lo largo de 40 kilómetros hasta su desemboque en el Lago Puelo. Ofrece una decena de paradas imperdibles para quienes visitan El Bolsón.

Es posible llegar hasta el río en auto, desde el centro de la localidad, pero también se lo puede conocer a través de caminatas por la red troncal de refugios en el noroeste.

Uno los espectaculares pozones del Azul, cerca de la naciente en la cordillera y el refugio Casa de Campo. Foto: El Bolsón Trekking.

«Más allá de las bajadas específicas para el chapuzón del verano en aguas cristalinas en los que se pueden ver piedras y alevinos, se pueden realizar actividades como rafting, pack rafting (cada uno va en un botecito individual) o stand up paddle«, recalcó la directora de Turismo, Sofía Seroff. Lo definió como un río manso, «con algunas partes más rápidas que otras».



La primera opción para ir en vehículo arranca en el camping Doña Rosa, a unos 8 kilómetros del centro de El Bolsón. En ese sector, abundan las sendas cortas para caminar por el costado del río.

La segunda parada es el pozón El Paraíso con dos opciones de acceso. Por un lado, se puede bordear el río desde Doña Rosa durante 45 minutos o bien a través del camping Hue Nain. En ambos casos se cruza un puente colgante y luego, hay que tomar hacia la derecha hasta el final del camino donde se encontrarán increíbles pozones.

El Paraíso, se accede a través de dos campings. Foto: El Bolsón Trekking.

«Es un pozón de agua cristalina con una gran piedra en el medio. Ahí empieza uno de los tantos encajonamientos del río Azul y es de muy fácil acceso», describió Federico Magri, poblador de El Bolsón y amante del trekking. Dijo que es ideal para pasar el día y «si la gente se anima -porque el agua es muy fría- se puede nadar».



El río también atraviesa la red de refugios. En este caso, hay que dirigirse hasta la chacra Wharton, en Mallín Ahogado, a 14 kilómetros de El Bolsón desde donde se inicia el trekking.

La picada está perfectamente señalizada, pero se recomienda salir muy temprano. ¿Por qué? El sol se oculta temprano ya que se trata de una zona encajonada entre altos paredones y como el sector de los pozones es estrecho, suele haber poco lugar para acomodarse.

Río Blanco, afluente del Azul. Foto: El Bolsón Trekking.

La caminata consiste en bajar una pendiente de 40 minutos hasta llegar a La Confluencia, el encuentro de los ríos Azul y Encanto Blanco. La primera parada obligada es el pozón del refugio La Playita, sobre la margen sur del río Azul, a unos 8 kilómetros de Wharton. Demanda dos a tres horas de caminata.

Río Blanco, afluente del Azul. Foto: El Bolsón Trekking.

Desde ese lugar se pueden realizar caminatas cortas hasta miradores y hay piletas naturales de agua verde azulada. Magri aseguró que «no hay mucha pendiente porque está a unos 600 metros del nivel del mar. El pozón se encuentra a 70 metros del refugio, por un sendero que bordea el río hacia abajo».

Si se continúa caminando por unos 20 minutos, se arriba al refugio La Tronconada, donde es posible acampar o pasar el día. Este lugar se encuentra en un bosque de coihues al pie del faldeo del cerro Dedo Gordo, sobre la margen norte del río Azul.

Con otra caminata de 20 minutos se llega a un puente verde de metal. Pero no hay que cruzarlo. Poco antes, si se avanza 50 metros río arriba se desemboca en los Pozones del Cajón del Azul.

Pozones del Cajón del Azul, el lugar más famoso y concurrido. Foto: El Bolsón Trekking.

Es uno de los rincones más hermosos, a cuatro horas de caminata y a unos 9 kilómetros de Wharton. Y este año tan concurrido que hasta se congestionan las dos pasarelas que hay que cruzar para llegar, la del río Blanco y la del Azul, separadas por 60 metros. Por eso lo ideal es ir temprano.

Magri agregó que en los puentes cuando hay gente en ambos extremos se turnan para pasar de a una persona por lado, aunque con las selfies a mitad de camino todo se demora un poco, en especial este verano. Como todos por aquí, pidió respeto por la montaña, no zarandear las pasarelas y no olvidarse de volver con la basura.

Ese lugar cuenta con una proveeduría, pero la mayoría de los turistas lleva comida para pasar el día.

Pasando el Refugio Cajón del Azul, se atraviesa un sector muy húmedo de exuberante vegetación. Luego de cruzar un arroyo, se llega a una bifurcación que, hacia la derecha, conduce al Refugio El Retamal.

Refugio El Retamal. Foto: El Bolsón Trekking.

Está ubicado en una pampa rodeada por coihues y retamales en un contrafrente del cerro Dedo Gordo. Desde el refugio se puede acceder al Mirador Grande, con una de las más lindas postales del Azul y, el Paso de los Vientos, desde donde puede observarse la Cordillera de los Andes y algunos valles.

Siguiendo la caminata por el Circuito Troncal, se arriba a un desvío a mano izquierda que conduce a los refugios El Conde y Casa de Campo. Durante el trayecto, se atraviesa un puente de madera sobre el río Azul desde donde se observa un pozón de intenso color verde-azulado.

Casa de Campo se encuentra a 14 kilómetros de la Chacra Wharton y a 12 kilómetros del límite con Chile. «Es nuestra cuarta temporada y hemos llegado a tener 160 personas en un asado por la noche. Nuestro fuerte son las comidas. Recibimos a la gente con una torta frita. El desayuno es tenedor libre. Hay tortas fritas, pan casero, dulces caseros», resumió Nani Sirvent, dueño del refugio.

Asadazo en el Refugio Casa de Campo. Foto: El Bolsón Trekking.

«¿Por qué la llamamos Casa de Campo? Porque es nuestra casa. La abrimos para los chicos. Desde un principio nos preguntaban cómo llamaríamos el emprendimiento: ¿Nacimiento del Azul?, ¿La esmeralda? Pero no, yo comparto mi casa», agregó.

Dijo que, en un principio, la idea no era ofrecer un servicio de camping sino hacer salidas guiadas con reconocimiento de flora y fauna. «Pero en un mes se nos fue llenando de gente. Es un lugar muy lindo donde se juntan los ríos Rayado y Azul. Amanece muy temprano y oscurece tarde», describió.

Desde el lugar se pueden realizar varias excursiones o caminatas a tres miradores. La más larga es de 40 minutos hasta la laguna de los Cueros, donde se puede ver el cerro Cigarro en el límite con Chile. Sirvent explicó que, hacia el fin de esta temporada, habilitarán un nuevo camino a un cajón del río Azul donde se alcanzar a observar el Cañadón del Revólver.

Otra maravillosa postal cerca de los refugios Casa de Campo y El Conde. Foto: El Bolsón Trekking.

Con otra hora más de caminata, se llega al Refugio La Horqueta, que fue construido como puesto ganadero en 1940 por uno de los primeros pobladores de la zona. Se encuentra a pocos metros de la confluencia del río Azul y el arroyo Rayado, con playas y pozones.

«Estos paseos se pueden hacer en el día si es que la persona está acostumbrada a caminar. En todo este circuito no subís una montaña sino que se camina por un cañadón, entre dos montañas«, describió Magri.

Explicó que, en todos los refugios, se puede pernoctar o acampar y cada uno tiene un sello distintivo. «Hay algunos más montañistas, otros más familiares, de guitarreadas. Cuanto más te alejas de Wharton, más montañista es la gente. No se requiere reserva para acampar o dormir en el refugio, pero es por orden de llegada. Y siempre hay que llevar bolsa de dormir«, añadió Magri.



+ Con variaciones según el caso, las tarifas de los refugios oscilan entre los $ 1200 y $ 1500 para acampar y entre $ 2200 y $ 2500 para pernoctar. Como referencia de precios de comidas, una pizza sale alrededor de $ 1500 y un sandwich $ 700.

Pozón del Refugio La Playita. Foto: El Bolsón Trekking.

+ Refugio Cajón del Azul: para pernoctar $ 2500, para acampar $ 1500,

+ Refugio La Playita: el pernocte cuesta $ 1600, el acampe, $ 800.

+ Refugio Casa de Campo: pernocte en habitaciones compartidas para 4, 6 y 8 personas, 2.500 pesos por cabeza (hay que llevar bolsa de dormir). Hay servicio de ducha con agua caliente. Acampar cuesta 1.200 pesos. El desayuno o merienda, 700 pesos y almorzar o cenar, 1000.

+ Un colectivo de línea que sale de la Plaza Pagano también llega hasta la chacra Wharton.


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