Trekking en El Bolsón: cinco refugios de montaña para descubrir en otoño

Invitamos a nuestros amigos de El Bolsón Trekking a que nos recomendaran qué podíamos hacer en estos días en la Comarca Andina. El resultado es este informe súper completo. Planificación, ropa, calzado: todo lo que tenés que saber para vivir una aventura inolvidable en la Patagonia.

El otoño en El Bolsón es una de las temporadas más buscadas por amantes de la naturaleza, trekkineros y fotógrafos, ya que las lengas, coihues y ñires de sus  montañas muestran sus más diversos colores. El frío del invierno aún no ha llegado y el calor del verano se ha ido. El otoño en la Comarca Andina aparece siempre misterioso y puede ser que nos encontremos en la montaña algo de nieve y vivir la siempre bella experiencia de ver caer los copos sobre los árboles, sentir ese silencio especial mezclado con el crujir de la nieve bajo de nuestros pies.

Unas de las maneras más formidables de experimentar este fenómeno natural es ver nevar a través de una ventana en un refugio, sentados frente a un cálido fogón.

Para que puedas experimentar todo eso, te invitamos a descubrir cinco refugios que siguen abiertos y no te podés perder en otoño.

Es por el Valle del río Azul que se encuentran la mayor cantidad de refugios interconectados: se distribuyen a lo largo del río en la Red Troncal de Refugios.

El trekking se comienza desde Wharton, a 16 km. En ese lugar hay estacionamientos privados o se puede llegar en colectivo de línea desde El Bolsón. Acá te mostraremos solo los que están abiertos en esta época del año.


1. La Playita


Es el primero de los ocho refugios que se ubican en la costa del río Azul y uno de los cuatro que están abiertos. Partiendo desde el acceso Wharton, la duración del trekking es de entre 2 y 3 horas, aunque puede variar mucho de acuerdo a la experiencia previa de cada uno.

Refugio La Playita de cara al río Azul. Foto: Federico Magri / El Bolsón Trekking

El recorrido es de unos 7 km  y tiene tramos de pendientes pronunciadas, puede de a ratos parecer agotador. Pero nada te apura, estas en la montaña… El refugio está justo enfrente de una playa con hermosos pozones que te van a refrescar la vista y el cuerpo… si es que te animás a mojar tus pies. Gabriel, Sebastián y todo el equipo te esperan!

El imperdible de La Playita es sin dudas su hermoso pozón a tan solo 150 metros del refugio. 


2. La Tronconada


A solo media hora más de trekking, te vas a encontrar con el refugio La Tronconada: seguís por el mismo camino río arriba y vas a hallar el desvío que te hace cruzar una vistosa pasarela que atraviesa el río Azul.

Pasarela sobre el río Azul rumbo al refugio La Tronconada. Foto: Federico Magri / El Bolsón Trekking

El refugio está apenas unos metros de ahí y cuenta con toda una zona de camping justo al lado del río ideal para descansar y disfrutar el sonido del Azul. Continuando por este recorrido, el Refugio Cajón del Azul (se encuentra cerrado) está a media hora más de trekking desde el desvío a La Tronconada.

Refugio La Tronconada. Foto: Federico Magri / El Bolsón Trekking.

Teniendo que cruzar también el río por una pasarela, unos metros hacia la derecha te llevarán a la tranquera del que fue el primer refugio que existió en esta zona.

Los famosos pozones del Cajón del Azul. Foto: Federico Magri / El Bolsón Trekking.

Antes de cruzar esta pasarela, 50 metros río arriba están los famosos pozones del Cajón del Azul.


3. Casa de campo en la montaña


A solo 2 hs del refugio del Cajón del Azul está este hermoso refugio que cuenta con habitaciones privadas o compartidas y una amplia zona de acampe para recibirte.

Refugio Casa de campo. Foto: Federico Magri / El Bolsón Trekking.

Un espacio familiar donde Nani, Julieta, Cecilia y Gonzalo te hacen sentir como en casa.

Pozones cercanos al refugio Casa de Campo. Foto: Federico Magri / El Bolsón Trekking

Desde aquí hay varios miradores para recorrer, con pozones increíbles. Además ofrece cabalgatas y excursiones guiadas a lago Esmeralda y las nacientes del río Azul. 


4. La Horqueta


Ubicado en la confluencia de los ríos Azul y Rayado el refugio se encuentra  a 13 km (4/5 hs) desde Wharton, a 2 hs del refugio del Cajón del azul y muy cerquita del de Casa de campo. Está a una altura de 650 msnm. Si vas, llevá tus propias fuentes de iluminación:  no cuenta con energía eléctrica.

Refugio La Horqueta. Foto: Federico Magri / El Bolsón Trekking.

Dispone de colchones y te recomendamos que lleves tu propia bolsa de dormir. También tiene una zona de camping disponible con fogones y mesas en la costa del río.

Refugio La Horqueta y su entorno soñado. Foto: Federico Magri / El Bolsón Trekking.

Federico, el refugiero , te va a mostrar todos los lugares que tenés que conocer y disfrutar. Cuenta con proveeduría y su mayor atributo es la amplia playa con piletón a pocos minutos. Imperdible.


5. Piltriquitrón


Este refugio se encuentra en otro sector de El Bolsón, a diferencia de los cuatro anteriores, que están en el circuito Troncal. Desde allí tendrás vistas increíbles de Lago Puelo, El Bolsón, la Cordillera de los Andes y hasta podés ver hasta el cerro Tronador.

Refugio PIltriquitrón. Foto: Nir Ekdesman

Podés llegar en auto, en remise o en transporte hasta el estacionamiento. Desde allí la caminata al refugio puede durar entre 1 y 2 hs.

Son 2 km por un hermoso bosques de lengas y a mitad de camino te vas a encontrar con el Bosque Tallado, donde artistas han hecho sobre los árboles diferentes esculturas.

Una escultura del Bosque Tallado en primer plano. El Bolsón como telón de fondo. Foto: Alfredo Leiva.

El refugio Piltriquitrón está a 1500 metros de altura. Si vas a ir  es importante que te registres en la Oficina de Informes de montaña y que preguntes ahí por transportes, clima y estado de las sendas: es muy probable que te encuentres con nieve. 

En las cercanías del refugio Piltriquitrón. Foto: Nir Ekdesman

Para quienes duerman en el refugio: hay que llevar bolsa de dormir y se puede llevar comida para cocinarse ahí o comprar el plato que ofrecen los refugieros.

En el caso que acampes, es imprescindible llevar carpa, bolsa de dormir y calentadores o anafe para cocinar: no está permitido hacer fuego.

La iluminación es por panel solar y también alimenta la radio comunicación para casos de emergencia. Cuenta con baño y letrina (no tiene duchas).

Refugio Piltriquitrón. Foto: Nir Ekdesman

La cumbre del Piltriquitrón está a 2260 msnm y solo es accesible sin equipamiento técnico cuando no hay nieve, eso es generalmente en verano, en este momento del año está completamente nevada. Consultar a los refugieros.

Recordemos que el trkeking no es solo deporte, también es viaje, conocimiento, autoconocimiento y sobre todo, una experiencia que nos conecta con los secretos que brinda la naturaleza en estado puro.
El caminante ama y respeta la naturaleza, y cuida en que su paso por esos caminos solo queden las efímeras huellas de sus pisadas.


Cómo planificar una salida a la montaña


Por más fácil que parezca hay aspectos importantes a tener en cuenta.
La primera clave de la planificación es tener en claro qué recorrido o plan se va a realizar, dónde, cuántas personas van a ir y calcular el tiempo siempre en relación a la persona con menos capacidad física y/o técnica. Ir a la Oficina de Montaña no solo a registrarse, sino también a pedir toda la información de los lugares que queremos visitar y recibir recomendaciones.

Refugio PIltriquitrón al atardecer. Foto: Nir Ekdesman

Clima: siempre hay que tener en cuenta las condiciones meteorológicas para estar informados si el recorrido que queremos hacer es factible en esas fechas.

Material: debemos llevar vestimenta adecuada, linterna, agua, anteojos para sol, protección solar, botiquín de primeros auxilios (no olvidarse incluir los medicamentos en el caso de que se estén tomando)

Ropa: vestirse con el sistema de las 3 capas: la primera es una camiseta transpirable; la segunda, una chaqueta térmica, y la tercera, un rompevientos impermeable y campera abrigada para el frío. Nuestro calzado debe ser adecuado (mejor que cubra el tobillo) y se usarán medias que absorban la humedad (dos pares). También llevaremos un gorro/a,  guantes (2 pares).


10 consejos para una salida a la montana


1. Primeros auxilios. Es importante estar formado en la práctica de las maniobras de Resucitación Cardiopulmonar (RCP) y en primeros auxilios. Estos cursos se pueden realizar en la Cruz Roja Argentina.

2. Preparate físicamente. Sea cual sea la dificultad, la altitud de la montaña o la duración del recorrido, hay que estar en forma físicamente para  poder disfrutar nuestra salida. Si sos una persona sedentaria, no es recomendable que empieces con una salida muy exigente o larga. Acordate de empezar a caminar temprano.

Refugio La Tronconada. Foto: Federico Magri / El Bolsón Trekking.

3. Al consultar la previsión meteorológica para la zona y la fecha de la salida es recomendable hacerlo con más de una fuente para estar seguro.

4. Mantené el material y el botiquín en perfectas condiciones. No olvides meter en tu mochila una linterna y el botiquín de primeros auxilios completo y en condiciones.

5. Nunca vayas solo. Aunque la preparación técnica, física y del equipo debe ser individual porque cada montañista debe tener su propio equipo, las salidas no deben hacerse nunca sin compañía. Un simple esguince puede ser un gran problema, imaginate otros problemas más serios lo riesgosos para la salud que pueden ser.

Pasarela sobre el río Azul. Foto: Federico Magri / El Bolsón Trekking.

6. No te separes del grupo.

7. Avisa que salís y a dónde salís. Además de planificar bien el recorrido que se va a hacer, avisar siempre a alguien que no vaya con vos y además dejarlo asentado en la oficina de montaña.

8. Hidratate y alimentate durante la salida. El agua o alguna bebida para deportistas, junto con frutos secos, no pueden faltar en tu mochila, ya que tu cuerpo necesita recuperarse del esfuerzo físico que hagas.

Refugio La Playita. Foto: Federico Magri / El Bolsón Trekking.

9. Renunciar no es una derrota. Lo más importante es volver a casa, por lo que si en algún momento no te sentís con las fuerzas para seguir, te lesionaste,  el tiempo empeora mucho o estás demorando más de lo pensado y se va hacer de noche, no lo dudes y pega la vuelta; la montaña seguirá ahí.

10. Divertite. La montaña  a nivel amateur, el trekking o pasar un día al aire libre no deja de ser una actividad de diversión pensada para pasarla bien y disfrutar, así que esa debe ser tu meta principal. Y no olvidés volver con tu basura!


Calzados para un trekking seguro


Hay una gran variedad de calzados para la práctica del trekking, casi tanta como terrenos y tipos de trekking.

Como la seguridad es lo primero a tener en cuenta, no recomendamos salir a caminar con un calzado que nunca antes hayamos usado. La adaptación podría causar ampollas y malestar al no haber experimentado el contacto antes con el material.  Otros tres consejos:

1. Protección. Cuando andamos por la montaña, es fácil recibir o dar golpes a piedras, raíces, etc. Por eso, el calzado debería en lo posible, ser un poco más rígido. Las zapatillas para este tipo de actividad están reforzadas con una puntera de goma para proteger nuestros dedos, lo mismo en el talón. Un detalle también importante es el tobillo: recomendamos el uso de botitas que lo protejan aportándole mayor contención.

Refugio PIltriquitrón en plena nevada. Foto: Nir Ekdesman

2. Estabilidad y agarre. El objetivo del calzado también es el de estabilizarnos, ya que en la naturaleza y terrenos de montaña es muy fácil pisar mal, por ser muy irregulares. La suela cumple esta función y también amortigua nuestros pies ante la mayor presión en caso de llevar mucho peso. Sería ideal que la suela sea antideslizante y con tacos, dentro de lo que tengamos la más firme posible, ya que es la que ejerce de barrera protectora y evita que nos hagamos daño. Una zapatilla blanda -por ejemplo, de running- nos causará muchas molestias en zonas duras, con piedras, aristas, etc.

3. Transpiración y respiración. Debemos ir secos, cómodos, evitar sobrecalentamientos. Y para eso necesitamos que el calzado transpire. Además, debemos ir protegidos. No solo de lluvia o nieve; en la montaña hay barro, charcos, o la simple humedad de la vegetación. El calzado con membrana (gore-tex) soluciona este problema, ya que permite al pie transpirar a la vez que es impermeable. Así que, si habitualmente transitamos por zonas cálidas, poco húmedas, por sendas y zonas con poca dificultad, podemos elegir modelos con menor resistencia y sin membrana. Para los demás casos insistimos: la
seguridad y la protección, siempre por delante de otros factores.


Ropa: el sistema de las tres capas


El sistema de las tres capas sirve para todo el año, obvio reforzando el abrigo. Quien desarrolle actividad al aire libre en condiciones desfavorables necesita resguardarse. Con el objetivo de estar calentitos y secos, claves a tener en cuenta.

Protección: que la lluvia, la nieve, el viento, no penetre desde el exterior mojándonos y enfriándonos.

Evacuación del sudor: a pesar de las bajas temperaturas que podemos encontrar en la montaña, debido a la fuerte actividad, la transpiración nos puede empapar. Si esa humedad no se evacua, al detenernos sufriremos un enfriamiento súbito que nos puede traer serios problemas.

Retención del calor corporal: lo que genera calor es el cuerpo, no la ropa. La ropa tiene que evitar que se pierda. La mejor manera y más práctica es la técnica de las tres capas: la que mantiene el cuerpo seco, la que mantiene el calor y la que lo protege de los factores externos.

Para entender la mejor manera de vestirse en la montaña explicaremos la técnica capas de cebolla.



¿En qué consiste? Es el uso de varias prendas de ropa en diferentes capas, para resguardarte del frío, en vez de utilizar solo una “gruesa” que te puede estorbar, pesar o no permitir regular tu temperatura según la actividad. Lo que sucede es que al superponer prendas, se forman entre las capas cámaras de aire que te aíslan del frío. Ésta técnica está compuesta por tres capas: una en contacto directo con la piel, una o varias capas aislantes, y una capa exterior. Pero el punto no está únicamente en la cantidad sino en la correcta distribución de las capas de ropa. Aquí nuestras sugerencias:

Primera capa: es la más interna y la que va pegada al cuerpo, su función es mantener al mismo seco eliminando el exceso de humedad. Por eso la primera capa recomendamos que sea ropa de interior térmica y transpirable, lo más pegada al cuerpo posible. Algunos materiales que podemos recomendar para cumplir esta función son la lana merino o sintética.

Segunda capa: mantiene el calor corporal, permitiendo que las prendas de la primera se mantengan secas. Es importante que ésta prenda también sea transpirable. La tela más común que encontramos en ésta segunda capa son los buzos o camperas polar. En el caso de estar expuestos a muy bajas temperaturas es común utilizar una capa adicional, como podría ser una campera con relleno de duvet o sintético, o cualquier prenda que podamos colocar sobre la anterior sin que nos limite en los movimientos.

Tercera capa: funciona como aislante de factores externos: sea lluvia, viento o nieve. Aquí se encuentran las camperas y pantalones con propiedades “waterproof” y cortavientos, es decir, resistentes al agua (impermeables) y al viento.

Puente La Tronconada. Foto: Federico Magri / El Bolsón Trekking.

Recordemos que el trekking no es solo deporte, también es viaje, conocimiento, autoconocimiento y sobre todo, una experiencia que nos conecta con los secretos que brinda la naturaleza en estado puro.
El caminante ama y respeta la naturaleza, y cuida en que su paso por esos caminos solo queden las efímeras huellas de sus pisadas.


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