A.N.I.M.A.L. viene a Neuquén y a Bariloche

La banda, que estuvo diez años separada, volvió a reunirse y viene a la región para hacer dos shows. Estará el sábado en Neuquén y el domingo en Bariloche.

MUSICA

Este fin de semana, toda la energía y el poder de A.N.I.M.A.L (Acosados Nuestros Indios Murieron al Luchar) vuelve a escenarios de la región -tras diez años de separación- con Andrés Giménez en voz y guitarras, el bajo y las voces de Cristian Lapolla y Marcelo Castro en batería.

Más precisamente el sábado, a las 22 en el Social Club de Juan Julián Lastra 150, Neuquén, bandas invitadas Pornoser, Mitosis y Creer; y el domingo, a las 21 en Interview, Rolando 245, San Carlos de Bariloche, también con Mitosis más Dunamis y Temache, como soporte.

“La respuesta de la gente nos sorprende mucho, gratamente, porque ninguno de nosotros imaginaba que el sentimiento sobre A.N.I.M.A.L seguía tan a flor de pie”, le dice el cantante Andrés Giménez a “Río Negro” en su estudio de Caballito.

“Es lógico que cuando pasan los años y una banda no está, su lugar lo pueda ocupar otra o los chicos se olviden un poco de ella. Pero nos damos cuenta que caracterizamos un momento muy importante en la historia de la música metálica y de la argentina y latina en general. Se nota que este regreso es tan bien recibido”, agrega en el encuentro con el diario el también guitarrista de esta banda de heavy.

-A.N.I.M.A.L, históricamente, y vos fuera de la banda, además de la potencia sonora trabajaron letras plenas de convicciones claras, de una mirada diferente, de un tratamiento poco frecuente sobre temas sociales.

-Creo que marcamos una forma de interpretar lo que decíamos y seguimos diciendo hasta el día de hoy. Y eso es muy importante porque, a la larga, es lo que queda. La música y las letras perduran en el tiempo y hacen que un grupo entre en el alma de la gente. A.N.I.M.A.L mantuvo una lírica que siempre trató de decir lo que siente, dentro de su contexto, con verdad. Y por suerte, muchos lo percibieron y eso perduró. Y no estar no cambió nada. Todo lo contrario, aumentó. Y también se relaciona mucho con que el mundo -transcurrieron años- sigue pasando por las mismas necesidades.

-Los gobernantes o líderes políticos y económicos siguen equivocándose en beneficio propio o de grandes intereses, traicionando a sus pueblos y menoscabando sus posibilidades de desarrollo…

-Sí. Más allá de los tiempos, de los cambios de gobierno, de todo lo que conlleva continuar la vida, la necesidad de decir lo que se siente, de escribir sobre lo que uno vivió y vive, se mantiene intacta. Algunos países han mejorado y otros están peor que antes. Es imposible de dejar de decirlo…

-De dejarlo de lado.

-¡Total! No podés ignorarlo. Y ya no pasa por una cuestión netamente latinoamericana sino mundial. La crisis de igualdad de condiciones, de respeto, el abuso de poder desmedido, no toca solo al latino. Lo estamos viendo en Grecia y hasta hace poco tiempo en Estados Unidos con una crisis impresionante, en países como España, Italia… Entonces, no estamos fuera del entorno de penurias y del raciocinio que abandona. Lo que anteriormente era Latinoamérica, el foco infectado y los demás se salvaban porque decían tener la vacuna contra esa infección. Hoy se ha globalizado… A.N.I.M.A.L siempre dijo lo que sentía al respecto. No solamente en defensa de los pueblos originarios, sino de la dignidad humana. Lo vengo diciendo mucho en los recitales, lo más triste es que se les quitó esa dignidad, no se los respetó ni valoró. Pasa lo mismo actualmente en cualquier país del planeta, siendo o no parte de una comunidad indígena.

-¿Cómo resultó el reencuentro de la banda?

-Muy bueno, con mucha emoción. Si hablábamos hace ocho meses de esto, jamás te hubiese dicho que se me pasaba por la cabeza estar de nuevo en A.N.I.M.A.L. Esto no fue premeditado ni gestionado por un productor, ninguna de esas pavadas. Marcelo Castro grabó el disco A.N.I.M.A.L 6 y vivimos un montón de cosas erróneas porque pifiamos también; a partir de una llamada telefónica suya, cuando volví de una gira con “De la tierra”, me junté con Marcelo pensando en otra historia, no en que me iba a hablar del trío sino de la música. Y fue muy sincero. Dijo algo que me tocó: loco, mis mejores momentos los viví en A.N.I.M.A.L, aunque en muchas cuestiones hayamos cometido errores, tocar con vos fue impresionante; me lo crucé hace unos días a Titi (Christian Lapolla) y nos pasó lo mismo. No entiendo por qué no seguimos tocando juntos, ya estamos más grandes y no comprendo la causa… Yo le contesté que no lo sabía, hoy tampoco. Antes sí lo supe, porque no dio, porque mirábamos la vida de diferente forma. Ahora podemos valorar lo que anteriormente no valoramos como correspondía…

-Quizá hacía falta una década de distancia, para darse cuenta.

-Sí, cuando se está dentro de algo, no se lo valora hasta que se lo pierde, al dejar ese lugar. Lo que más me gustó es que fue muy sincero, muy sencillo, noble, muy de charla de amigos. Entonces, les pedí que me dejaran pensarlo, era muy fuerte. Yo armé A.N.I.M.A.L (en el 92) en mi casa, solo. Y hablé con los que me quieren, mi vieja, mi mujer, mis amigos y todos me dijeron lo mismo: siempre amaste A.N.I.M.A.L e hiciste todo por la banda, por qué no retomarla? Así fue. A.N.I.M.A.L pesa más que una persona, una canción también, una letra más que un nombre propio.

Eduardo Rouillet


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