“A pesar de todo, hay gente que responde”
El 4 del corriente a la tarde, con mi esposa fuimos testigos de un accidente de tránsito en la zona céntrica en el que resultó herida una señora que viajaba en la parte trasera de una moto. El hecho, más allá de lo impresionante, pues vimos el impacto e inmediatamente la caída sobre el asfalto prácticamente de cabeza de ambos ocupantes de la motocicleta, me generó sentimientos encontrados. Paso a detallar. Caída ya en la calle la señora (pues quien conducía se levantó enseguida), de una manera silenciosa y entre las personas que comenzaron a juntarse vi a un hombre joven que prácticamente sin hablar se postró ante esa persona y comenzó a contenerla dándole instrucciones para su seguridad: “no se mueva”, “la ambulancia ya viene”, “cálmese” y todo lo que alguien solidario puede decir en esos momentos. Por otro lado, también por iniciativa de otro hombre joven, comenzamos a controlar el tránsito, que a esa hora de la tarde (18 aproximadamente) era sumamente intenso. Todo era casi un caos y muchas personas, al pedirles que esperaran su turno para avanzar por la calzada, se enojaban o hacían conocer su desacuerdo con gestos y palabras altisonantes cuando no, algunos de ellos, seguramente movidos por el morbo que guardamos dentro, querían pasar cerca de la caída “para verla” y satisfacer así ¿qué? Lo que no querían ver muchos de éstos era que varios pasaban con las ruedas del auto muy cerca de la cabeza de la persona lesionada. Como es común en estos casos, los teléfonos a los que llamé, por h o por b, ninguno contestó rápido, sólo conseguí informar a la URII de Policía. Qué largos se hicieron esos momentos con la señora caída, la policía que no llegaba y la ambulancia menos. Arribados estos servicios, pausadamente comenzó a normalizarse la situación. A pesar de que con mis años vi muchas cosas, también esto en particular me dejó algunas reflexiones. Estoy dolido junto a mi esposa porque, más allá del suceso lamentable, también vimos la otra cara de nosotros: la intolerancia, la poca solidaridad, la poca comprensión, aquel al que no le importa lo que le pasa al otro, el “sólo me interesa lo mío” y lo más lamentable: que la mayoría de estos intolerantes eran mujeres al volante. ¿Qué nos pasa como seres humanos? ¿Estamos dejando de serlo para convertirnos en qué? A la mayoría de los argentinos católicos y aun a los que no lo son nos alegró el nombramiento reciente del nuevo papa, nuestro querido Francisco, quien diariamente habla de valores… pero parece que en estos casos muchos los olvidamos. Más allá de todo, felicitamos, estimulamos y agradecemos a esos dos hombres que tomaron la iniciativa de conmoverse y solidarizarse con esa señora caída en la calle, porque a través de ellos (pocos por cierto) vemos la esperanza. Sí, la esperanza de que, a pesar de todo lo que narré antes, hay gente buena, gente que callada y munida de mucho amor por el otro en circunstancias como éstas responde con su razón y no con la ira de los intolerantes. Francisco Castañeda, DNI 8.211.676 Roca
Francisco Castañeda, DNI 8.211.676 Roca
El 4 del corriente a la tarde, con mi esposa fuimos testigos de un accidente de tránsito en la zona céntrica en el que resultó herida una señora que viajaba en la parte trasera de una moto. El hecho, más allá de lo impresionante, pues vimos el impacto e inmediatamente la caída sobre el asfalto prácticamente de cabeza de ambos ocupantes de la motocicleta, me generó sentimientos encontrados. Paso a detallar. Caída ya en la calle la señora (pues quien conducía se levantó enseguida), de una manera silenciosa y entre las personas que comenzaron a juntarse vi a un hombre joven que prácticamente sin hablar se postró ante esa persona y comenzó a contenerla dándole instrucciones para su seguridad: “no se mueva”, “la ambulancia ya viene”, “cálmese” y todo lo que alguien solidario puede decir en esos momentos. Por otro lado, también por iniciativa de otro hombre joven, comenzamos a controlar el tránsito, que a esa hora de la tarde (18 aproximadamente) era sumamente intenso. Todo era casi un caos y muchas personas, al pedirles que esperaran su turno para avanzar por la calzada, se enojaban o hacían conocer su desacuerdo con gestos y palabras altisonantes cuando no, algunos de ellos, seguramente movidos por el morbo que guardamos dentro, querían pasar cerca de la caída “para verla” y satisfacer así ¿qué? Lo que no querían ver muchos de éstos era que varios pasaban con las ruedas del auto muy cerca de la cabeza de la persona lesionada. Como es común en estos casos, los teléfonos a los que llamé, por h o por b, ninguno contestó rápido, sólo conseguí informar a la URII de Policía. Qué largos se hicieron esos momentos con la señora caída, la policía que no llegaba y la ambulancia menos. Arribados estos servicios, pausadamente comenzó a normalizarse la situación. A pesar de que con mis años vi muchas cosas, también esto en particular me dejó algunas reflexiones. Estoy dolido junto a mi esposa porque, más allá del suceso lamentable, también vimos la otra cara de nosotros: la intolerancia, la poca solidaridad, la poca comprensión, aquel al que no le importa lo que le pasa al otro, el “sólo me interesa lo mío” y lo más lamentable: que la mayoría de estos intolerantes eran mujeres al volante. ¿Qué nos pasa como seres humanos? ¿Estamos dejando de serlo para convertirnos en qué? A la mayoría de los argentinos católicos y aun a los que no lo son nos alegró el nombramiento reciente del nuevo papa, nuestro querido Francisco, quien diariamente habla de valores... pero parece que en estos casos muchos los olvidamos. Más allá de todo, felicitamos, estimulamos y agradecemos a esos dos hombres que tomaron la iniciativa de conmoverse y solidarizarse con esa señora caída en la calle, porque a través de ellos (pocos por cierto) vemos la esperanza. Sí, la esperanza de que, a pesar de todo lo que narré antes, hay gente buena, gente que callada y munida de mucho amor por el otro en circunstancias como éstas responde con su razón y no con la ira de los intolerantes. Francisco Castañeda, DNI 8.211.676 Roca
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $750 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios