Amenazaba con prenderla fuego si lo denunciaba

Luis García

NEUQUÉN (AN) – La intervención de un tercero permitió que efectivos policiales allanaran un domicilio y liberaran a una mujer que, se supo, su esposo la mantenía secuestrada, sometida a castigos físicos, sexuales y psicológicos. No se supo desde cuándo estaba encerrada y era golpeada, pero sería de más de un par de meses. “La había amenazado con prenderla fuego con nafta dentro del auto, junto a su hijo, si se le ocurría denunciarlo”, comentó una fuente. El hombre permanecía ayer demorado en la comisaría Tercera, donde se radicó la denuncia, en tanto la joven y su hijo se mudaron a otro domicilio. La víctima se decidió a que un allegado pidiera la intervención policial en la mañana de ayer, ante la amenaza de que su esposo y el padre de éste – que había llegado a esta ciudad desde Bahía Blanca, pudieran estar tramando hacerla desaparecer, como había sido tantas veces amenazada. El escenario de la violencia familiar fue un dúplex de la calle Automóvil Club Argentino, en el barrio Huiliches. Allí en la tarde de la víspera se cerró un capítulo, porque la joven abandonó el lugar asistida por su padre, amigos y la policía. “Todavía no sabe dónde irá a vivir, pero ese es un dato menor, porque el paso trascendente es que permitió que se denunciara su situación”, dijo la fuente. El hombre, que estaba desocupado desde hacía un tiempo, tiene alrededor de 36 años y la joven 34. Convivía con su esposo desde hace al menos cinco años, y con él tiene un niño de dos años y ocho meses. “Los castigos fueron crueles, porque además de las agresiones de los golpes, también la martirizaba obligándola a mantener relaciones sexuales contra de su voluntad”, señaló la fuente. Entre muchas otras acciones de humillación la dejaba encerrada en la vivienda, con las puertas bajo llave. “Al chico no lo golpeaba, pero sí le decía a su mujer que le rebajara la leche con agua. La conducta del hombre era temible y la expresaba de distinta manera”, se indicó. Añadió que hacía mucho tiempo que la joven comenzó a ser sometida, “al punto de caer en un sometimiento cruel, porque no tenía la fortaleza para denunciar el hecho”. Sin embargo, la víctima le fue contando el drama que soportaba a una persona amiga y a su vez ésta lo comentó con otras. La víctima habría comentado a sus amigos que no encontraba la forma de hacer conocer su calvario, hasta que en la víspera la situación llegó a un extremo que le hizo pedir ayuda. Ayer, ante el encuentro de su esposo con el padre y los diálogos que mantenían en voz baja, temió que pudieran estar tramando su muerte y pidió a terceros que apelaran a la policía. Los efectivos policiales iniciaron las actuaciones de rigor, entre ellas las constataciones médicas sobre el estado de la joven y su niño y el inicio de las investigaciones. La víctima se habría desempeñado tiempo atrás -serían años- como empleada en una clínica y fue a través de ex compañeras de ese lugar fue que hizo la denuncia. En cuanto al padre del esposo, se supo que se habría limitado a expresar su malestar por la detención de su hijo por parte de los efectivos, pero sin oponer otra resistencia al allanamiento del domicilio. No obstante, la fuente planteó que se abren interrogantes “entre otros si el padre ignoraba lo que pasaba en la pareja o si de alguna manera era cómplice”.