Análisis: Entretelones de una salida a los gritos
Por Arnaldo Paganetti
Alberto Fernández habló ayer al mediodía con Cristina Kirchner, cuando ya había sido reemplazado por Sergio Massa. No le cayó bien a la presidenta que su colaborador íntimo se haya «cortado solo». En rigor, Alberto dio por cerrada su participación en el gobierno el martes por la noche. Estaba muy enojado: «no me escuchan, no quieren saber nada con los cambios. Para mí se equivocan», refirió a un grupo de colaboradores. El matrimonio Kirchner se sintió «apurado por los medios», algo que le disgusta profundamente. Alberto, según contó, quería que reaccionasen. Manifestó su pena porque ve «muy cerrada» a la presidenta ante una nueva etapa que el considera histórica. No se va de la mejor manera. Le dijo que no estaba teniendo una lectura correcta de los hechos y planteo correcciones y cambios más amplios de hombres. «Me quiero morir siendo tu amigo, no peleado. si no se van otros – rogó -, sino no habremos entendido nada y estaremos dando malas señales a la sociedad». Cristina lo escuchó, le contestó que también quería mantener la amistad y tener un buen nexo. Lo invito para hoy al acto de asunción de Massa. A raíz de la derrota del proyecto oficialista sobre retenciones móviles en el Senado, la relación se había puesto muy tirante. La semana pasada, cuando la presidenta amago con irse por sugerencia de Néstor Kirchner, Alberto la encaro por teléfono, subiendo el tono de voz: ¿qué vas a hacer? te olvidas que este proyecto no les pertenece exclusivamente a ustedes dos. Es de todos, de los muchos que te acompáñanos». Sorprendida por la filipica, Cristina atinó a decirle: «es la primera vez que me gritas», y se sumió en un estado reflexivo. Ayer mismo, la presidenta recibió a Massa. No hubo imposiciones aunque si se planteo expresamente la necesidad de retomar la iniciativa. «Todo puede ir muy bien económicamente pero esta faltando política y acción de gobierno». Es posible que vaya habiendo salidas escalonadas del gobierno, luego de la asunción de Massa. Por ahora, se tratara de no introducir nuevas modificaciones. Julio De Vido permanece en su puesto. Hubo algarabía en el Ministerio de Planificación por la salida de su archí enemigo. En cuanto a Massa, no es un pingüino puro, pero es el que quería Néstor Kirchner. Viene del duhaldismo y es una síntesis de lo que es hoy el peronismo. Desde hace un mes que se venia preparando para asumir el cargo.
Agencia Buenos Aires
Alberto Fernández habló ayer al mediodía con Cristina Kirchner, cuando ya había sido reemplazado por Sergio Massa. No le cayó bien a la presidenta que su colaborador íntimo se haya "cortado solo". En rigor, Alberto dio por cerrada su participación en el gobierno el martes por la noche. Estaba muy enojado: "no me escuchan, no quieren saber nada con los cambios. Para mí se equivocan", refirió a un grupo de colaboradores. El matrimonio Kirchner se sintió "apurado por los medios", algo que le disgusta profundamente. Alberto, según contó, quería que reaccionasen. Manifestó su pena porque ve "muy cerrada" a la presidenta ante una nueva etapa que el considera histórica. No se va de la mejor manera. Le dijo que no estaba teniendo una lectura correcta de los hechos y planteo correcciones y cambios más amplios de hombres. "Me quiero morir siendo tu amigo, no peleado. si no se van otros - rogó -, sino no habremos entendido nada y estaremos dando malas señales a la sociedad". Cristina lo escuchó, le contestó que también quería mantener la amistad y tener un buen nexo. Lo invito para hoy al acto de asunción de Massa. A raíz de la derrota del proyecto oficialista sobre retenciones móviles en el Senado, la relación se había puesto muy tirante. La semana pasada, cuando la presidenta amago con irse por sugerencia de Néstor Kirchner, Alberto la encaro por teléfono, subiendo el tono de voz: ¿qué vas a hacer? te olvidas que este proyecto no les pertenece exclusivamente a ustedes dos. Es de todos, de los muchos que te acompáñanos". Sorprendida por la filipica, Cristina atinó a decirle: "es la primera vez que me gritas", y se sumió en un estado reflexivo. Ayer mismo, la presidenta recibió a Massa. No hubo imposiciones aunque si se planteo expresamente la necesidad de retomar la iniciativa. "Todo puede ir muy bien económicamente pero esta faltando política y acción de gobierno". Es posible que vaya habiendo salidas escalonadas del gobierno, luego de la asunción de Massa. Por ahora, se tratara de no introducir nuevas modificaciones. Julio De Vido permanece en su puesto. Hubo algarabía en el Ministerio de Planificación por la salida de su archí enemigo. En cuanto a Massa, no es un pingüino puro, pero es el que quería Néstor Kirchner. Viene del duhaldismo y es una síntesis de lo que es hoy el peronismo. Desde hace un mes que se venia preparando para asumir el cargo.
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