Análisis: un paro inusual en Buenos Aires

Foto: AP

Un paro inusual, en el que nadie sabe bien a qué atenerse.

La medida de fuerza de los gremios encolumnados detrás de Hugo Moyano y las CTA se traduce en un raro escenario en las calles, sobre todo por la despareja adhesión del transporte público. Sobre 300 líneas de transporte, 80 adhirieron a la medida. El sector hará su propio paro mañana, 1º de mayo, en reclamo por la eliminación del impuesto a las ganancias.

Un ejemplo: los días de paro, el gobierno de la Ciudad garantiza el libre estacionamiento en todas las calles para facilitar los traslados. No es el caso. Quien se haya movido hacia el centro de la ciudad deberá respetar las reglas, en una ciudad donde no hay reglas.

Sin vuelos ni recolección de residuos, sin transporte de carga ni atención en la administración pública, sin clases ni subte. La mirada sobre la medida está puesta en la movilización que encabezan los gremios rebeldes hacia la Plaza de Mayo. La actividad en la zona del Obelisco empezó a declinar desde entonces, con un corte intermitente en el Metrobús de la avenida 9 de julio.

Desde lo político, la protesta refleja de manera más explícita la interna gremial. La CGT no participa de la medida de fuerza y mantiene un canal de diálogo abierto con el gobierno. Son los grandes gremios, los “gordos” y los “independientes”, que mantienen una histórica pulseada con Moyano.

Esa división se acentúa en momentos en que se están definiendo los alineamientos en el peronismo de cara a las elecciones. Los sectores que hoy se movilizan olvidaron las diferencias del pasado y acompañan masivamente el regreso de Cristina Kirchner. Los une su rechazo a Macri. La conducción de la CGT juega detrás de la apuesta de Roberto Lavagna y el peronismo federal, que administra el senador Miguel Pichetto. Otra curiosidad: ni Cristina ni Lavagna han definido aún sus candidaturas.

Si algo caracteriza las movilizaciones de Moyano es la organización. Pero un paro tan desarticulado como este no es una garantía de seguridad. El gobierno ha montado un fuerte despliegue de fuerzas policiales en la Ciudad. Hubo una decena de detenidos por el incendio de colectivos durante la madrugada, cuando arrancaba el paro. Y se registraron algunos incidentes aislados antes del mediodía.

El ministerio de Hacienda ya le puso precio a la medida: se perderán 34.000 millones de pesos. No lejos de los 800 millones de dólares que costó la última huelga, en septiembre.

Agencia: Buenos Aires


Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios