Arabela Carreras sobre la segunda ola


Hay indicadores en la zona cordillerana muy similares a los que llevaron al presidente Alberto Fernández a aplicar restricciones en Buenos Aires y el Conurbano.


Arabela Carreras se adelantó un año en la comunicación cuando en 2020 comparó el coronavirus con el VIH para darle entidad a su teoría de que no debemos actuar por temor al castigo del Estado sino como principales interesados en nuestra propia salud. Es lo que hace ahora su gobierno: una apelación a la responsabilidad individual en vez de una decidida vigilancia, que está probado que en nuestro país es el mayor disuasivo.

Según una encuesta de Management & Fit, el 39,3% de los argentinos está “muy dispuesto” a retornar a un confinamiento estricto y el 19,9%, “algo dispuesto”. Entre los “poco dispuestos” y el rechazo liso y llano a las restricciones suman un 34,1%.

A pesar de este grado de aprobación, que por otro lado tiene lógica (es preferible estar vivo que morir, desde todo punto de vista), el discurso de una resistencia épica gana espacio.

“La escuela debe estar abierta” es la consigna que impuso Juntos por el Cambio, cuyos dirigentes llaman a la desobediencia civil y analizan la situación argentina como si el resto del mundo viviera otra realidad.

La escuela primaria es más una guardería sociabilizadora que un centro académico. Millones de personas no tienen dónde dejar a sus hijos si los colegios cierran. Muchos de los que optan por la educación privada debieron pagar en 2020 religiosamente las cuotas y no están dispuestos a que su dinero no rinda un largo período de presencialidad.

Por las dudas, la gobernadora les dio 10 millones de pesos a 23 colegios privados de la provincia para hacer frente a la crisis que la pandemia les provocó.


Bariloche precisa llegar en condiciones sanitarias aceptables y con buenos indicadores al inicio de la temporada de invierno. Es preciso sembrar hoy para cosechar después.


El mundo cierra y abre sus economías y sus circulaciones de acuerdo con sus curvas sanitarias. Evalúa la cantidad de casos y decide en consecuencia. Bariloche tiene todos los parámetros para aplicar las mismas restricciones que en el área metropolitana de Buenos Aires. Hay apenas un par de camas libres en las terapias intensivas. Y la ciudad está en el inicio de la temporada baja, un momento ideal para hacerle un corte a la cadena de contagios.

Pero esta semana se comenzó a oír el reclamo de los empresarios del turismo que se resisten a que todo se vuelva a cerrar. La gobernadora los conoce bien porque, como ella, son de Bariloche.

El año pasado fue muy duro para el turismo de la cordillera, y el verano en Las Grutas no estalló.

¿Podrá Bariloche llegar a la temporada alta de invierno, cuando los turistas son de mayor poder adquisitivo, con una curva de contagios menor? No depende de la religión ni del azar, ni siquiera estrictamente de la vacunación, sino del comportamiento de la sociedad.

“El hombre es bueno, pero si se lo vigila es mejor”. La frase que se le atribuye a Perón se ajusta a este momento como un émbolo a su jeringa. Sólo el temor a perder el auto y ganarse una multa exorbitante empujó a los conductores a cuidarse de beber antes de manejar.

El punitivismo rinde más que la apelación a la responsabilidad.

En el largo año de pandemia que arrastra nuestro país (y el mundo) hay violaciones continuas de las normas que los Estados dispusieron para evitar que el virus se propague: desde gente sin barbijo por la calle hasta bares con todas sus medidas en estado de laxitud, pasando por miles de fiestas clandestinas.

Sin embargo, en los tribunales rionegrinos se tramitaron poco más de 300 causas penales por delitos contra la seguridad pública, que son los que quebraron las normas sanitarias (“será reprimido con prisión de seis meses a dos años el que violare las medidas adoptadas por las autoridades competentes, para impedir la introducción o propagación de una epidemia”).

Pero además se abrieron casi 700 legajos por delitos contra la administración pública; en algunos casos se trata de gente que quebró la cuarentena.

En general, el criterio de oportunidad de los jueces y fiscales empuja los sobreseimientos. Sin castigo, la rebelión y la violación de las normas son gratuitas.


Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios