Archivan la denuncia de un fiscal contra un juez: ¿un escándalo menos o una polémica más?

El archivo, luego de cinco meses de investigación, no implica el fin de la causa. Si aparecen elementos nuevos se puede reabrir el caso.

El 18 de junio pasado ocurrió un hecho inédito en Neuquén: fuerzas policiales, bajo las órdenes de un fiscal y con autorización de un magistrado, allanaron la vivienda de un juez en funciones y le secuestraron todas las computadoras, pen drive y discos externos que encontraron.

El operativo se realizó en el contexto de una investigación por presunta extorsión contra un fiscal. Fue el pico más alto de una serie de escándalos que giraron alrededor de la figura de un juez que renunciaría pocos días después.

El juez, ahora retirado por renuncia, era Diego Hernán Piedrabuena. El fiscal que lo denunció el 3 de junio pasado fue Andrés Guillermo Azar, por entonces fiscal del caso de Delitos Sexuales y hoy en Homicidios.

Azar lo acusó de confeccionar y hacer circular por correo electrónico un pdf con denuncias falsas de delitos presuntamente cometidos en su rol de fiscal y en su vida privada. El objetivo, según dijo, era intimidarlo, ya que Azar debía declarar como testigo en el jurado de enjuiciamiento que por aquellos días se preparaba contra Piedrabuena.

El allanamiento sin precedentes fue autorizado por la jueza Leticia Lorenzo, y lo dirigió el fiscal Diego Fermín Azcárate quien cinco meses y ocho días después (el escrito tiene fecha 26 de noviembre, aunque recién toma difusión pública hoy), mandó la causa al archivo. De allí podrá salir sólo si aparecen nuevas pruebas.


Hay delito…


Allanamiento sin precedentes a la vivienda de un juez. (Archivo)

Azcárate archivó la causa con un escrito de 7 páginas al que accedió Río Negro. Señala, entre otras consideraciones, que «esta fiscalía entiende que existió una clara acción intimidante hacia el Sr. Andrés Guillermo Azar que encuentra el reproche jurídico penal en el delito de coacción. Es el propio denunciante, quien manifiesta que la difusión del archivo PDF le generó una clara intimidación y afectación de su libertad psíquica».

También tiene en cuenta que «al momento de los hechos, el Dr. Diego Piedrabuena se encontraba sometido a un proceso de enjuiciamiento, próximo a realizar la audiencia y en la cual el Sr. Andrés Azar era testigo de cargo, juicio que se declaró en abstracto con la decisión del ex magistrado de presentar su renuncia al cargo que revestía».

«Las circunstancias enunciadas se consideraron elementos más que suficientes para sospechar que ese documento o informe proviene o se relacionaba con Liliana Geldres (esposa del exjuez) y Piedrabuena, y que notoriamente tenía por finalidad una acción que busca amedrentar a Azar con cuestiones de su vida privada, y que ello repercuta –por su calidad de denunciante y testigo- en el proceso de jury que se le sigue a Piedrabuena».


…pero no hay autor


Fiscal Andrés Azar. (Gentileza)

El fiscal arriba entonces al nudo de la cuestión. Afirma: «Sin embargo, a la fecha, con las medidas de investigación dispuestas, no se ha logrado establecer con certeza la participación de Geldres y Piedrabuena en la creación y difusión del archivo PDF».

Azcárate indica que «es insoslayable mencionar que las circunstancias iniciales de esta investigación claramente cambiaron con la renuncia del ex magistrado, ya que la hipótesis inicial versaba puntualmente en que la acción típica pudo haber consistido en intimidar al denunciante por su calidad de testigo en el mencionado jury, cuestión esta que, con la suspensión del jury, devino en abstracta».

«Por lo tanto, no existiendo medidas probatorias pendientes que permitan echar luz sobre esta cuestión, y de conformidad con los argumentos mencionados, no puede sino concluirse que con la información colectada a lo largo de la investigación preliminar, resulta materialmente imposible achacar dicho accionar a Geldres y Piedrabuena, por lo que se resuelve el archivo de la presente».


Jury sin jury


El fiscal general José Gerez, consultado por Río Negro, destacó que «los fiscales tienen libertad de investigar, y en este caso llegaron a esta conclusión que no es definitiva, porque en caso de aparecer nueva prueba el legajo puede reabrirse».

Destacó que «lo importante de todo esto es que un juez que no debía seguir en funciones ya no está en su cargo. Hicimos un jury sin hacer un jury».

Gerez fue el principal denunciante contra Piedrabuena, y estaba preparado para ser el acusador en el Jurado de Enjuiciamiento.

El cierre provisorio de esta denuncia contra Piedrabuena ahorra un nuevo escándalo al Poder Judicial, pero todo tiene un costo. Avanzar con la investigación podría haber abierto camino a pasillos oscuros del Ministerio Público, tanto como el archivo no significa un baño purificador en aguas del Jordán.


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