La encrucijada de Macri a dos años y medio de la llegada a la presidencia

Cambiemos cumple hoy dos años y medio en el poder. Mauricio Macri llega a sus 30 meses como presidente con la imagen desgastada y lo mismo sucede con la valoración de la opinión pública sobre la gestión del gobierno, o al menos así lo indican las últimas encuestas. El Ejecutivo acaba de cerrar un importante acuerdo con el FMI, un éxito en el plano internacional, que al mismo tiempo expone la gravedad de la situación económica. El crédito permitiría tener cubiertas las necesidades financieras para el resto del mandato y manejar, evitando un desmadre social, la profundidad del ajuste. Pero sí deberá discutir en el Congreso un Presupuesto 2019 con mayores recortes de gasto público.

Mientras, empieza la campaña electoral, que parece haberse adelantado a los pronósticos. Con el peronismo cada vez más endurecido, el gobierno enfrenta una encrucijada para los próximos meses: salir ya al ring a cruzar golpes y al mismo tiempo intentar mantener el diálogo para aprobar leyes, fundamentalmente el Presupuesto 2019.

La caída de la imagen del gobierno no es novedad. De hecho, se viene acelerando desde noviembre del año pasado, apenas un mes después de haber ganado las elecciones legislativas a nivel nacional. Desde entonces, la sanción de la reforma previsional, los enfrentamientos dentro y fuera del Congreso, el impacto del aumento sostenido de tarifas, la agravaron. La alta inflación, el encarecimiento del crédito internacional y la corrida cambiaria desnudaron errores de cálculo, y la salida del Ejecutivo fue pedir un préstamo al FMI.

La concreción del acuerdo con el Fondo fue informado el jueves por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el titular del Banco Central, Federico Sturzenegger: el FMI accedió a dar un préstamo stand-by de 50.000 millones de dólares. La cifra le garantizaría al gobierno el financiamiento necesario para continuar con un ajuste que entiende gradual y volvería al menos sustentable la esperanza de triple reelección que el oficialismo ya lanzó: Mauricio Macri, presidente, María Eugenia Vidal, gobernadora bonaerense, y Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gobierno.

¿Qué pide el Fondo? Una aceleración en la reducción del déficit fiscal. El gobierno buscará con la oposición, y sobre todo el peronismo, un acuerdo político para discutir un Presupuesto 2019 en el Congreso con metas ambiciosas: un déficit del 1,3 (antes 2,2%), una inflación del 17% y un crecimiento entre 1,5 y 2%. Pero también necesitará consenso para aprobar una reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, para darle mayor autonomía a la entidad monetaria tal como pide el FMI.

Sufrirá, en parte, la obra pública, pérdida que el Ejecutivo evalúa que puede ser contrarrestada al menos parcialmente con programas de inversión público-privados. El diálogo con los gobernadores será central; en el gobierno entienden que las provincias nunca recibieron tantos fondos de Nación, y que deberán colaborar en el recorte del gasto.

Pero hay un problema: la campaña se adelantó, el peronismo se endurece y empieza a diferenciarse cada vez más. Así lo demostró el reciente tratamiento del proyecto de tarifas, con el que el PJ le envió un “mensaje” al gobierno. Así lo empieza a demostrar también la CGT, con amenazas de paro y la actitud sumamente confrontativa de algunos de sus miembros. En los dos terrenos hay, sin embargo, también matices y ensayos de negociación con el Ejecutivo. El gobierno busca evitar tener que enfrentar al mismo tiempo la discusión política en el Congreso y la protesta en la calle.

En el oficialismo hay quien entienden que el peronismo ya olfateó sangre y que hay que salir a cambiar golpe por golpe, e incluso están dispuestos a gobernar el año que viene sin Presupuesto aprobado por el Congreso. Pero al mismo tiempo, otros, como el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, apuestan a la mesura, recuerdan la necesidad de acuerdos y sobre todo el diálogo con los gobernadores del PJ. En el 2017 la campaña para las legislativas paralizó el Congreso durante la primera mitad del año.

En términos de imagen y de cara a la lucha electoral que empieza a abrirse, al oficialismo le queda por ahora un consuelo. Las encuestas indican que nadie capitaliza la caída de imagen de Macri, y que Vidal sigue manteniendo niveles muy altos de aprobación, lejos la dirigente mejor valorada de todo el país. La figura de la oposición con mayor intención de voto sigue siendo Cristina Kirchner, que mantiene su núcleo duro en torno al 30%. El peronismo federal por ahora no perfila un candidato y ninguno surge espontáneamente en las mediciones.

Pero falta para octubre de 2019, y varios desafíos para otro año y medio de gobierno.

El impacto delacuerdo con el Fondo

El gobierno nacional cerró el jueves un acuerdo con el FMI, que accedió a financiar a la Argentina con préstamo de u$s 50.000 millones. A cambio, el gobierno tendrá que acelerar el ajuste fiscal: este año deberá cerrar con un déficit de 2,7% de PBI, en 2019 en 1,3% (antes 2,2%); equilibrio en 2020 (antes 1,2%) y 0,5% de superávit en el 2021 (ver páginas 18 y 19).

La campaña se adelantó, el peronismo se endurece y empieza a diferenciarse cada vez más. Así lo demostró el reciente tratamiento del proyecto de tarifas.

El oficialismo por ahora tiene consuelo. Las encuestas indican que nadie capitaliza la caída de imagen y que Vidal sigue manteniendo un alto nivel de aprobación.

De salir del default, al FMI