Los refugios de montaña de Bariloche: cómo llegar, tarifas y nuevos protocolos

Caracterizados desde siempre por la convivencia grupal y los espacios compartidos en comedores y dormitorios, la pandemia obligó a adaptar la modalidad de uso. Lo que hay que saber para ir.

Luego de una larga espera el turismo se puso en movimiento y si bien no alcanzará el volumen de otros veranos, es un hecho que los circuitos de senderos y refugios de montaña se convertirán en uno de los atractivos preferidos para quienes elijan pasar sus vacaciones en Bariloche.

La experiencia única de ascender cumbres, remontar arroyos o desandar largos valles sin obligación de regresar en el día es posible gracias a una red de refugios que pertenecen al Club Andino Bariloche (salvo el emplazado en el cerro López) y que nació en los años cincuenta del siglo pasado, con el fin de brindar cobijo a los excursionistas.

La variedad de paisajes a disposición es muy grande, lo mismo que la dificultad de acceso. Aunque en general para llegar a cualquiera de ellos sólo basta contar con calzado cómodo, abrigo y buen estado físico, sin ningún conocimiento técnico especial.

Una de las maravillas camino a laguna Negra. (Foto Néstor Pérez)

Los refugios son una puerta de entrada a la historia regional, enlazada con el espíritu de los pioneros, y también ofrecen la oportunidad de sumergirse en el mundo de la montaña con la comodidad de tener un espacio cálido y acogedor.

En las caminatas de aproximación es posible descubrir paisajes de ensueño, como un bosque de lengas que desafía la altura allí donde ninguna otra especie se atreve; miradores y filos con vistas deslumbrantes, lagunas empotradas entre los cerros que reciben arroyitos de deshielo y hasta la fortuna de cruzar un cóndor, un zorro, un monito del monte o un pájaro carpintero, que son de avistaje menos frecuente en el entorno de la ciudad.

Al llegar a Laguna Negra. (Foto Mercedes Andrade)

El responsable de Refugios del Club Andino Bariloche, Fernando Márquez, dijo que los refugios de Bariloche tienen una impronta propia, casi una “marca”, que los convierten en el paseo más buscado por los amantes de la montaña del país y de todo el mundo, Aunque este año el dato saliente será la ausencia de extranjeros.

El Bolsón también tiene su propia red de refugios, incluso una cantidad mayor. Pero Márquez subrayó que en su mayoría son de más fácil acceso que los de Bariloche.

“Igual no es para plantear una competencia -señaló-. Lo importante es destacar este patrimonio conjunto que tiene toda la región y que sin dudas es la cadena de refugios más importantes de América Latina”.

Una temporada especial

Este año la pandemia de Covid obligó a adaptar la modalidad de uso de los refugios, que siempre se caracterizaron por la convivencia grupal y los espacios compartidos tanto en comedores como en dormitorios.

Almuerzo en las montañas desde el Refugio Frey. (Foto Néstor Pérez)

El protocolo implementado pone el acento en la limpieza y el distanciamiento, como en el resto de las actividades turísticas. Los “aforos” permitidos bajaron a la mitad. Por ejemplo el refugio San Martín (lago Jakob) está habilitado para alojar 24 personas y otras 80 en el espacio de camping. El refugio ubicado en cerro López alberga este verano un máximo de 20, por las limitaciones de su comedor, aunque si es solo para dormir puede duplicar esa cifra.

En todos los refugios existe obligación de reserva previa y ya reciben consultas permanentes. Si bien no habrá una “explosión” de visitantes, como la que el año pasado llevó hasta 800 personas por día al refugio Frey, algunos calculan que las reservas para enero y febrero se agotarán en poco tiempo.

Márquez dijo que las restricciones obligaron a limitar la capacidad y también algunos hábitos instalados, por ejemplo la de los montañistas que se alojan en el refugio pero llevan su propia comida. En esta temporada está prohibido ingresar con alimentos y contratar el “uso de cocina”. Sólo es posible consumir lo que se vente en el refugio o bien llevar calentador y cocinar afuera.

El descanso reparador después de llegar a Laguna Negra. (Foto Néstor Pérez)

En los dormitorios, donde hay cuchetas con colchones dispuestos uno al lado del otro, este año la consigna es respetar el distanciamiento, dejar libres espacios intermedios y ubicarse “uno con la cabeza para un lado y otro para el lado opuesto, en forma alternada” .

Márquez dijo que organizar este tipo de uso no es sencillo, porque hasta ahora sólo el Frey funcionaba con reservas y la llegada de caminantes sin lugar garantizado “pone en problemas al concesionario del refugio”, que se ve obligado a “mandarlos de vuelta”. Algo que, según la hora de llegada, no siempre es posible.

Sergio Barbagallo, concesionario del refugio López, dijo que el costo de abrir el refugio es alto y no están seguros de poder recuperarlo, pero no podían romper la continuidad de tantos años y dejar de brindar los servicios en la montaña que ya son un clásico. Señaló que consultas hay, pero “el verano viene muy tranquilo” y calculó que trabajarán “a un 20%” de lo que podrían en condiciones normales.

Camino al refugio Frey (Foto Lorena Guanella)

La oferta de refugios en el área Bariloche incluye el Otto Meiling, emplazado a 2000 metros, entre imponentes lenguas glaciarias, en el cerro Tronador, al que se llega luego de una caminata de 4 a 5 horas desde Pampa Linda. También en la zona de Tronador están el refugio Agostino Rocca y el camping organizado Laguna Ilón, donde es posible pernoctar en domos, con servicios de cocina.

Otros refugios muy visitados son el Frey en el cerro Catedral, reducto predilecto de los escaladores; el Jakob, al que se llega luego de recorrer un largo valle de casi 20 kilómetros y el Manfredo Segre, en Laguna Negra, con una picada que combina un bello bosque con el ascenso final por exigente caracol. El López, que permite disfrutar de la nieve de altura aun en pleno verano y se le suma el Neumeyer, en el valle del Challhuaco, también en formato “domo”, y al que se llega en vehículos.
Márquez dijo que la prohibición de llegar a los refugios sin reservas pone a prueba a los refugieros en algo que “no debería ser su función” y sugirió que Parques Nacionales asigne más personal para el control y orientación en el ingreso de las picadas.

Cómo llegar, precios y condiciones

Refugio Otto Meiling. La picada se inicia en Pampa Linda. Distancia, 14 kilómetros. Desnivel 1.050 metros. Tiempo estimado, de 5 a 6 horas. El pernocte cuesta 2.400 pesos y el acampe 365 pesos.

Refugio Agostino Rocca. Inaugurado en el año 2012. También se accede desde Pampa Linda. Distancia 14,6 kilómetros. Tiempo de 4 a 6 horas. Desnivel 530 metros. La tarifa de pernocte es de 2.000 pesos.

Refugio Emilio Frey. Se accede desde Villa Catedral o desde el puesto de guardaparques Lago Gutiérrez. Desnivel, 700 metros. Distancia 10 kilómetros, Tiempo de marcha, 3 a 5 horas. La tarifa para pernoctar es de 1.500 pesos y el acampe cuesta 150 pesos.

Refugio San Martín (lago Jakob). Fue inaugurado en 1952 y se reconstruyó en 2018, después de un incendio. Se accede desde la ruta vieja a Colonia Suiza. El sendero tiene 18 kilómetros. El tiempo es de 5 a 7 horas. Desnivel: 800 metros. El pernocte cuesta 1.600 pesos y el acampe 200 pesos.

Refugio Manfredo Segre (Laguna Negra). La picada comienza en Colonia Suiza. Desnivel, 800 metros. Distancia, 14 kilómetros. Tiempo de marcha, 4 a 6 horas. La tarifa de pernocte es de 1.500 pesos y el camping 250 pesos.

Refugio López. Está ubicado a 1.650 metros de altura. Se accede desde el kilómetro 22,5 del Circuito Chico, puente sobre el arroyo López. Distancia 4 kilómetros. Desnivel 800 metros. Tiempo estimado, entre 2 y 3 horas. Precio del pernocte 1.500 pesos, 3.000 con cena y desayuno. El acampe, 300 pesos.

Refugio laguna Ilón. Se accede desde Pampa Linda por un sendero de dificultad media. Distancia 5,3 kilómetros. Tiempo, entre 2,5 y 3,5 horas. Un opcional es continuar hasta el punto panorámico Mirada del Doctor. Alojamiento en domos por 1.200 pesos. Acampe 600 pesos.

Refugio Juan Javier Neumeyer. Se puede acceder en vehículo desde ruta de circunvalación (consultar antes el estado del camino). Es punto de partida para varias excursiones y acceso al cerro Callhuaco. Ofrece pernocte en eco dormis por 4.600 pesos.

Rumbo al refugio Otto Meiling.

Datos de interés

– Comer en los refugios puede costar entre 850 y 1700 pesos, según el menú.

– En todos los casos la reserva previa se puede pactar en la página o redes de cada refugio.

– La información en general está agrupada en la web del Club Andino Bariloche www.clubandino.org


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios