Bolivia y el por qué del giro de la cúpula militar

Había excelente relación entre Evo y las Fuerzas Armadas. El “click” de cara a la rebelión popular.

Foto: AP

¿Por qué las Fuerzas Armadas y la Policía se plegaron al sector de la población que exigía la renuncia de Evo Morales, no reprimieron en las calles y hasta fueron protagonistas del ultimátum al presidente que precipitó su caída?.


El periodista, escritor y pensador Fernando Molina, en el diario español El País, recuerda que “paradójicamente, los militares fueron sistemáticamente cortejados por Morales y su Gobierno, que los ayudó financieramente, les cedió espacios de la Administración del Estado, como la aeronáutica, aumentó su presupuesto y mantuvo excelentes relaciones con sus comandantes, el último, Williams Kaliman, incluido, quien fue criticado por sus halagos a Morales, que los oficiales consideraban ‘su presidente favorito’”.


Subraya Molina que “la explicación más importante del comportamiento de los militares en esta crisis se halla en el encarcelamiento de los comandantes de las tres Fuerzas que dirigieron la represión de otra sublevación popular, la que se produjo en octubre de 2003 en contra del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. Estos militares fueron los únicos condenados con penas severas, de entre 10 y 15 años, en el juicio de responsabilidades instruido en contra de Sánchez de Lozada durante el Gobierno de Evo. En su momento, se dijo que esta sentencia, fuertemente impulsada por el presidente, inhibiría a los sucesores de estos comandantes de volver a aceptar órdenes para encargarse del orden interno, cuando esto fuera necesario”.


Otra medida que el presidente Morales tuvo que pagar en esta crisis ha sido su distanciamiento de la Policía, que explica en gran parte el amotinamiento en los días finales de la crisis. “La Policía se sintió ofendida por el Gobierno, especialmente por las circunstancias: la propia crisis interna de la institución, que la condujo a incumplir las expectativas que el presidente y la sociedad habían puesto en ella. Los escándalos se acumularon, siendo el peor de ellos el involucramiento del general René Sanabria, exjefe de la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen, en un caso de narcotráfico. En respuesta, el Gobierno tuvo que relevar a la Policía de dos tareas claves: la concesión de cédulas de identidad y de licencias de conducir. Se sabía que este hecho estaba causando un malestar dentro de la Policía”, sostiene el analista.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios