Cabezas quemadas: otro factor de bajas en el sistema de salud

Entre principios de abril y lo que va de agosto hubo 338 trabajadores de la salud contagiados de covid-19 en Río Negro. Pero no se trata del único factor de bajas en el recurso humano indispensable para contener la pandemia: el síndrome de bornout está afectando cada vez más a los equipos y sólo en el sector privado de la provincia ya fueron 150 los agentes que recibieron atención psicológica.

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Distribuida en el período de aislamiento que atraviesa la Argentina, la cifra aportada por el gremio ATSA indica que, en promedio, todos los días un empleado de una clínica o sanatorio demandó ayuda para salir del estado de estrés laboral en el que se encontraba.

Claro que esa consecuencia no fue lineal en el tiempo, sino que empezó a sentirse con fuerza entre fines de julio y este mes, complicando las posibilidades de respuesta de la red sanitaria porque el período es coincidente con el pico de contagios que se registra en la provincia.

“En Roca, en una sola institución, 15 personas presentaron certificados psicológicos”, detallaron desde la filiar rionegrina de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina.

Desde el sindicato indicaron que desde el inicio de la pandemia se dispuso a una profesional de salud mental que también dio asistencia a otros gremios.

“El objetivo es brindar un espacio de acompañamiento -privado, confidencial y a la distancia- a los trabajadores de la salud privada de toda la provincia”, sostuvo Gloria Ovejero, secretaria general de ATSA.

La dirigente agregó que “buscamos promover el cuidado integral de esas personas, poder identificar y aceptar los sentimientos como parte fundamental e inseparable de cada persona. Y dentro de este proceso, tender a la distinción entre lo esperable en esta situación y lo que no lo es, acudiendo a la consulta profesional y haciendo el debido tratamiento, si es necesario”.

Desde el sindicato adelantaron que, además del acompañamiento psicológico, se pondrá en marcha un equipo interdisciplinario para acompañar a los trabajadores ante el avance del “síndrome de cabeza quemada”, que se dio mucho en Roca.

Una baja que no es mejora

Con respecto al sector público, la cantidad de bajas por razones psicológicas no fue informada por Salud, pero sí se detalló que el 7% del total de casos activos de covid-19 en la provincia son de trabajadores de la salud.
“Hemos llegado a tener el 13% de personal de salud de baja”, indicó el viernes por la noche la secretaria de Políticas de Salud, Mercedes Iberó.

La cifra menor no hay que interpretarla como una mejora, sino como el resultado lógico del aumento exponencial de nuevos casos en el total de la población.

Con una base mucho más amplia, la incidencia del virus en el personal de salud aparece reducida, pero en realidad el ritmo de los contagios entre agentes de hospitales y centros privados sigue acelerándose.

Río Negro publicó hace dos semanas que hasta el 6 de agosto eran 250 los trabajadores del sector que padecieron el coronavirus en la provincia y que en ese momento el promedio de nuevos positivos era de cuatro por día.

El jueves pasado, 14 días después de aquél reporte, se habían sumado otros 88 casos. Es decir que el promedio en el período reciente fue de al menos 6 contagios diarios puertas adentro de las instituciones sanitarias.